Tratamiento
El tratamiento principal para la preeclampsia consiste en dar a luz al bebé o controlar la afección hasta que sea el mejor momento para realizar el parto. La decisión que tomes junto con el proveedor de atención médica dependerá de la gravedad de la preeclampsia, la edad gestacional de tu bebé, y la salud general tuya y de tu bebé.
Si la preeclampsia no es grave, es posible que debas hacer consultas frecuentes al proveedor de atención médica para que te controle la presión arterial, si hay cambios en los signos y síntomas, y la salud de tu bebé. Es probable que te pida que te controles la presión arterial a diario en casa.
La preeclampsia grave requiere que permanezcas en el hospital para que te controlen la presión arterial y las posibles complicaciones. El proveedor de atención médica controlará con frecuencia el desarrollo y el bienestar de tu bebé.
Si tienes preeclampsia que no es grave, es posible que el proveedor de atención médica te recomiende el parto prematuro después de la semana 37. Si padeces preeclampsia grave, es probable que el proveedor de atención médica te recomiende realizar el parto antes de la semana 37, según la gravedad de las complicaciones, y la salud y preparación del bebé.
Luego del parto, se te controlará de cerca para ver si tienes presión arterial alta y otros signos de preeclampsia. Antes de volver a casa, se te indicará que busques atención médica si tienes signos de preeclampsia posparto, como dolor de cabeza intenso, cambios en la visión, dolor fuerte en el abdomen, náuseas y vómitos.