Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar el riesgo de contraer la gripe o tener complicaciones relacionadas incluyen:
- Edad. La influenza estacional tiende a tener peores resultados en niños pequeños, en particular aquellos menores de 12 meses. Los adultos mayores de 65 años también tienden a presentar peores resultados.
- Condiciones de vida o de trabajo. Las personas que viven o trabajan en centros con muchos otros residentes, como asilos de ancianos y convalecientes, tienen más probabilidad de enfermarse con la gripe. Las personas internadas en un hospital también corren un mayor riesgo.
- Sistema inmunitario debilitado. Los tratamientos contra el cáncer, los medicamentos antirrechazo, el uso prolongado de esteroides, un trasplante de órganos, un cáncer de la sangre o el VIH/SIDA pueden debilitar el sistema inmunitario. Esto puede facilitar el contagio con el virus de la gripe y podría aumentar el riesgo de tener complicaciones.
- Enfermedades crónicas. Las afecciones crónicas pueden aumentar el riesgo de tener complicaciones vinculadas a la influenza. Algunos ejemplos incluyen asma y otras enfermedades pulmonares, diabetes, enfermedades cardíacas y del sistema nervioso, antecedentes de accidente cerebrovascular, trastornos metabólicos, problemas en las vías respiratorias y enfermedades de los riñones, el hígado o la sangre.
- Uso de aspirina en menores de 20 años. Las personas menores de 20 años que reciben un tratamiento a largo plazo con aspirina corren el riesgo de desarrollar el síndrome de Reye si se infectan con el virus de la gripe.
- Embarazo. Las personas embarazadas tienen más probabilidad de presentar complicaciones a raíz de la gripe, particularmente en el segundo y tercer trimestre. El riesgo continúa hasta dos semanas después del nacimiento.
- Obesidad. Las personas con un índice de masa corporal (IMC) de 40 o superior tienen un mayor riesgo de presentar complicaciones por la gripe.