Factores de riesgo
Existen muchos factores que aumentan el riesgo de que se manifieste o se desencadene la depresión adolescente. Entre estos, se incluyen los siguientes:
- Tener problemas que impacten de forma negativa en su autoestima, como obesidad, malas relaciones con sus compañeros, acoso prolongado o dificultades académicas.
- Haber sido víctima de violencia o testigo de casos de violencia, como abuso sexual o físico.
- Tener otras afecciones de salud mental, como trastorno bipolar, de ansiedad o de la personalidad; sufrir anorexia o bulimia.
- Tener problemas de aprendizaje o trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
- Tener dolor constante o una enfermedad física crónica, como cáncer, diabetes o asma.
- Tener ciertos rasgos de personalidad, como autoestima baja o depender demasiado de los demás, ser autocrítico o pesimista.
- Consumir alcohol, nicotina u otras sustancias ilícitas.
- Ser gay, lesbiana, bisexual o transgénero en un entorno que no le brinda apoyo.
Los antecedentes familiares y los problemas en el hogar o con otras personas pueden aumentar el riesgo de que el adolescente sufra depresión. Por ejemplo:
- Tener padres, abuelos u otros parientes consanguíneos con depresión, trastorno bipolar o problemas por consumo de alcohol.
- Tener un familiar que se haya suicidado.
- Tener un familiar con problemas importantes para relacionarse o comunicarse.
- Haber vivido eventos de vida estresantes recientes, como el divorcio de los padres, el servicio militar de los padres o la muerte de un ser querido.