Introducción
Una vez que hayas planteado objetivos razonables y establecido un plan viable, el desafío siguiente, y quizá el mayor ¡es hacerlo! Empezar un programa de acondicionamiento requiere iniciativa. Apegarse a él exige compromiso.
Empieza de manera gradual
Roma no se construyó en un día, y no vas pasar de la noche a la mañana desde dar vueltas a la manzana hasta un maratón.
- No te exceda. Si tu cuerpo no está acostumbrado al ejercicio vigoroso, tus articulaciones, ligamentos y músculos son más vulnerables a lesión.
- Establece un ritmo y nivel de intensidad convenientes.
Planea una progresión lógica
- Si estás en mala forma o tienes articulaciones inestables por lesión o artritis, empieza por mejorar la fuerza y la flexibilidad de tus músculos.
- Incrementa la fuerza al ejercitar las partes más débiles del cuerpo.
- Cuando estés listo para añadir ejercicio aeróbico, empieza a un nivel cómodo, como caminar con lentitud durante 5 a 10 minutos.
- Aumenta de manera gradual la duración y la velocidad cada vez que hagas ejercicio.
- Programa citas para hacer ejercicio, del mismo modo que lo harías para una reunión. Un registro del ejercicio también es útil para establecer el hábito de realizar actividad física.