Definición
El analgésico ideal sería aquel que proporcione suficiente alivio del dolor, produzca un mínimo de efectos secundarios, actúe con prontitud, evite la aparición de tolerancia aumentada y no sea adictivo. Lamentablemente, no existe ese analgésico ideal.
Adictivos: incluye opiáceos y opioides, como morfina y metadona, y son muy potentes. Los opiáceos son medicamentos narcóticos derivados de la planta del opio. Los opioides son sustancias narcóticas sintéticas que tienen las mismas propiedades. La morfina, un opiáceo de uso frecuente para tratar dolor intenso, por lo general se prescribe únicamente para periodos breves, porque puede ser adictiva si se usa de manera inapropiada y durante un periodo mayor que el tiempo durante el cual existe dolor.
El opiáceo codeína a menudo se usa en combinación con medicamentos no narcóticos, como acetaminofén y supresores de la tos.
No adictivos: comprende analgésicos no opioides, como la aspirina y el acetaminofén.