Diagnóstico

Diagnóstico

Una parte importante del diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer incluye poder explicar los síntomas, como la perspectiva de un familiar o amigo cercano sobre estos y su repercusión en la vida diaria. Las pruebas de memoria y de las habilidades de pensamiento también ayudan a diagnosticar la enfermedad de Alzheimer.

Los análisis de sangre y los estudios por imágenes pueden descartar otras causas potenciales para los síntomas. También pueden ser útiles para que el profesional de atención médica identifique mejor la enfermedad que causa los síntomas de demencia.

Posiblemente, el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se hará con pruebas como las siguientes:

Exploración física y neurológica. El médico te hará un examen físico. Un examen neurológico puede incluir una prueba de lo siguiente:

  • Reflejos.
  • Tono muscular y fuerza.
  • Capacidad para levantarte de una silla y caminar por la habitación.
  • Sentido de la vista y la audición.
  • Coordinación.
  • Equilibrio.

Análisis de laboratorio. Los análisis de sangre pueden ayudar a descartar otras causas posibles para la pérdida de la memoria y la confusión, como son un trastorno de la tiroides o niveles demasiado bajos de vitaminas. Los análisis de sangre también pueden medir los niveles de la proteína beta amiloide y la proteína tau, pero estos análisis no están ampliamente disponibles y la cobertura puede ser limitada.

Análisis neuropsicológicos y del estado mental. El profesional de atención médica puede darte una breve prueba del estado mental para evaluar tu memoria y tus habilidades de pensamiento. Las formas más extensas de este tipo de prueba pueden ofrecer más detalles sobre la función mental que pueden compararse con otras personas de una edad y un nivel de educación similares.

Diagnóstico por imágenes del cerebro. Habitualmente se utilizan imágenes del cerebro para precisar cambios visibles relacionados con afecciones distintas de la enfermedad de Alzheimer, que pueden causar síntomas similares, como accidentes cerebrovasculares, traumatismos o tumores. Las nuevas técnicas de obtención de imágenes pueden ayudar a detectar cambios específicos en el cerebro ocasionados por la enfermedad de Alzheimer, pero se usan principalmente en centros médicos importantes o en ensayos clínicos.

Prevención

Prevención

La enfermedad de Alzheimer es una afección que no se puede prevenir. Sin embargo, se pueden modificar varios factores de riesgo en el estilo de vida.

Existe evidencia de que tomar medidas para reducir el riesgo para enfermedades cardiovasculares también puede disminuir el riesgo de demencia.

Estas son algunas opciones de un estilo de vida saludable para el corazón que se pueden seguir para reducir el riesgo de demencia:

  • Hacer ejercicio con regularidad.
  • Llevar una alimentación de frutas y verduras frescas, aceites saludables y alimentos bajos en grasas saturadas, como la dieta mediterránea.
  • Quédate en casa cuando estés enfermo y no vayas a trabajar si tienes vómitos, diarrea o fiebre. No envíes a tu hijo a la escuela si él o ella tienen estos signos, tampoco.
  • Seguir las pautas de tratamiento para controlar la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol alto.
  • Si fumas, pide al profesional de atención médica que te ayude a dejar el hábito.

En un estudio grande y prolongado que se hizo en Finlandia, se descubrió que los cambios en el estilo de vida ayudaban a reducir el deterioro cognitivo en personas que corrían el riesgo de tener demencia. Se impartió a los sujetos del estudio sesiones individuales y grupales centradas en alimentación, ejercicio y actividades sociales.

En otro estudio que se llevó a cabo en Australia, a quienes corrían el riesgo de tener demencia les ofrecieron sesiones de asesoramiento sobre alimentación, ejercicio y otros cambios en el estilo de vida. Obtuvieron mejores resultados en las pruebas cognitivas después de uno, dos y tres años en comparación con quienes no recibieron el asesoramiento.

Otros estudios han demostrado que comprometerse mental y socialmente ayuda a conservar las habilidades de pensamiento en el futuro y disminuir el riesgo para la enfermedad de Alzheimer. Esto incluye participar en eventos sociales, leer, bailar, jugar juegos de mesa, realizar tareas artísticas, tocar un instrumento y otras actividades.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

  • La edad avanzada es el factor de riesgo más importante para la enfermedad de Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer no es parte del proceso normal de envejecimiento. Pero, al envejecer, aumentan las probabilidades de desarrollarla.
  • El riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer es un poco más alto si un familiar de primer grado (el padre, la madre, un hermano o una hermana) tiene la enfermedad.
  • En general, hay más casos de mujeres con la enfermedad porque suelen vivir más que los hombres.
  • Varios estudios de gran magnitud hallaron que hubo un aumento en el riesgo de demencia o enfermedad de Alzheimer en personas de 50 años o más que tuvieron una lesión cerebral traumática.
  • Se sabe desde hace tiempo que el consumo de grandes cantidades de alcohol ocasiona cambios en el cerebro. En varios estudios y revisiones grandes se determinó que los trastornos por el consumo de alcohol estaban relacionados con más riesgo para demencia, en particular, con la demencia de aparición temprana.
  • Según las investigaciones, los patrones de sueño irregulares, como la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, se asocian con más riesgo para la enfermedad de Alzheimer.

Tratamiento

Tratamiento

Los tratamientos para la enfermedad de Alzheimer incluyen fármacos que ayudan con los síntomas y otros medicamentos más nuevos que permiten desacelerar el deterioro del pensamiento y la funcionalidad. Estos medicamentos más nuevos están aprobados para personas con enfermedad de Alzheimer en etapa temprana.

Medicamentos

Los medicamentos para la enfermedad de Alzheimer ayudan con los síntomas de la memoria y otros cambios cognitivos. Actualmente, hay dos tipos de medicamentos para tratar los síntomas:

  • Inhibidores de la colinesterasa. Estos medicamentos mejoran los niveles de comunicación intercelular. Estos medicamentos preservan un neurotransmisor que la enfermedad de Alzheimer extingue en el cerebro. Suelen ser los primeros medicamentos que se administran y la mayoría de las personas muestra mejoras razonables en los síntomas.
  • Memantina (Namenda). Este medicamento actúa en otra red de comunicación neuronal y desacelera el avance de los síntomas en los casos moderados o graves de la enfermedad de Alzheimer. A veces, se lo combina con un inhibidor de la colinesterasa. Entre los efectos secundarios relativamente inusuales están mareos y confusión.

Creación de un entorno de seguridad y contención

Una parte importante de cualquier plan de tratamiento es la adaptación a las necesidades de una persona con enfermedad de Alzheimer. Establece y fortalece los hábitos de rutina y reduce las tareas que requieran el uso de la memoria. Estas medidas pueden hacer que la vida sea mucho más fácil.

Causas

Causas

La causa más frecuente de la enfermedad de manos, pies y boca es la infección por el virus de Coxsackie 16. Este virus de Coxsackie pertenece al grupo de los enterovirus no polio. Otros tipos de enterovirus también pueden causar la enfermedad de manos, pies y boca.

La mayoría de las personas contraen la infección por el virus de Coxsackie (y la enfermedad de manos, pies y boca) a través de la boca. La enfermedad se trasmite por el contacto con la persona infectada, a través de lo siguiente:

  • Secreciones nasales y de la garganta
  • Saliva
  • Líquido de ampollas
  • Heces
  • Gotitas respiratorias rociadas por el aire luego de toser o estornudar

La enfermedad de manos, pies y boca es muy común en niños que asisten a la guardería. Esto se debe a que los niños pequeños necesitan ayuda para ir al baño y cambios frecuentes de pañal. Además, tienden a llevarse las manos a la boca.

El niño es más propenso a contagiar a otros durante la primera semana en que padece la enfermedad de manos, pies y boca. Sin embargo, el virus puede permanecer en el organismo durante semanas una vez que desaparecen los síntomas. Esto significa que tu hijo todavía puede infectar a otros niños.

Algunas personas, especialmente los adultos, pueden trasmitir el virus sin mostrar síntomas de la enfermedad.

Síntomas

Enfermedad de manos, pies y boca

La enfermedad de manos, pies y boca es una infección viral leve y contagiosa frecuente en los niños pequeños. Los síntomas incluyen llagas en la boca y sarpullido en las manos y los pies. La causa más frecuente de la enfermedad de manos, pies y boca es el virus de Coxsackie.

No hay un tratamiento específico para esta afección. Lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto cercano con personas que padecen la enfermedad de manos, pies y boca puede ayudar a reducir el riesgo de que tu hijo contraiga esta infección.

Síntomas

La enfermedad de manos, pies y boca puede causar todos los síntomas siguientes, o solo algunos. Por ejemplo:

  • Fiebre
  • Dolor de garganta.
  • Náuseas.
  • Lesiones dolorosas similares a ampollas en la lengua, las encías y la cara interna de las mejillas.
  • Sarpullido en las palmas de las manos, las plantas de los pies y los glúteos. El sarpullido no pica, pero a veces presenta ampollas.
  • Irritabilidad en bebés y niños pequeños.
  • Pérdida del apetito.

¿Cuándo consultar al médico?

La enfermedad de manos, pies y boca suele ser una enfermedad de poca importancia. Normalmente, solo provoca fiebre y síntomas leves durante unos días. Llama al proveedor de atención médica si tu hijo es menor de seis meses, tiene su sistema inmunitario debilitado o tiene llagas en la boca o dolor de garganta que le provoca dolor al beber líquidos. Llámalo también si los síntomas de tu hijo no mejoran luego de 10 días.

Diagnóstico

Diagnóstico

Probablemente, el médico de tu hijo determinará si padece la enfermedad de manos, pie y boca u otro tipo de infección vírica evaluando lo siguiente:

  • La edad de tu hijo
  • Los síntomas de tu hijo
  • El aspecto de las llagas o erupciones de tu hijo

El médico podría tomar una muestra de garganta o de heces, y después mandará las muestras al laboratorio para identificar el virus causante de la enfermedad.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

La edad es el principal factor de riesgo de la enfermedad de manos, pies y boca. La enfermedad afecta principalmente a niños pequeños entre 5 y 7 años. Los niños que se encuentran en centros de cuidado infantil son especialmente vulnerables porque la infección se propaga en el contacto de una persona con otra.

Por lo general, la enfermedad de manos, pies y boca afecta a niños pequeños, pero cualquiera puede contraerla.

Se cree que los niños mayores y los adultos tienen inmunidad contra la enfermedad de manos, pies y boca. Suelen producir anticuerpos después de la exposición a los virus que causan la enfermedad. Sin embargo, a veces, los adolescentes aun así contraen la enfermedad de manos, pies y boca.

Tratamiento

Tratamiento

No hay tratamiento específico para la enfermedad de manos, pies y boca. Por lo general, los síntomas de la enfermedad de manos, pies y boca desaparecen al cabo de 7 a 10 días.
Un anestésico oral tópico puede ayudar a aliviar el dolor de las llagas en la boca. Tomar analgésicos de venta libre que no contengan aspirina.

Autocuidados

Algunos alimentos y bebidas pueden irritar las ampollas de la lengua, la boca o la garganta. Prueba estos consejos para disminuir el dolor en las ampollas que tiene tu hijo. Estos consejos también pueden hacer que comer y beber sea más fácil.

  • Chupa paletas heladas o trozos de hielo.
  • Toma helado o sorbetes con un poco de lácteo.
  • Bebe bebidas frías, como agua.
  • Bebe bebidas calientes, como té.
  • Evita los alimentos y bebidas ácidos, como las frutas cítricas, las bebidas de fruta y las gaseosas.
  • Come alimentos blandos que no requieran masticar demasiado.

Si tu hijo puede enjuagarse la boca sin tragar, dile que lo haga con agua salada y tibia para que lo alivie. Haz que tu hijo se enjuague varias veces al día para aliviar el dolor y la inflamación de las llagas de la boca y la garganta.

Prevención

Prevención

Puedes reducir el riesgo de que tu hijo desarrolle una afección de manos, pies y boca de diversas maneras:

  • Lavarse las manos a menudo. Lávate las manos durante al menos 20 segundos. Asegúrate de lavar tus manos después de ir al baño o cambiar un pañal. Lávate las manos antes de preparar o comer alimentos, y después de limpiarte la nariz, toser o estornudar. Si no dispones de agua ni de jabón, utiliza un desinfectante de manos.
  • Enseña buenos hábitos de higiene. Enseña a tus hijos a lavarse las manos y ayúdalos a hacerlo con frecuencia. Enséñales a poner en práctica buenos hábitos de higiene en general. Explícales por qué conviene no ponerse los dedos, las manos u otros objetos en la boca.
  • Desinfecta las áreas comunes. Limpia las áreas y superficies de gran circulación primero con agua y jabón. Luego, aplica con una solución diluida de lejía y agua. Si te encuentras en un centro de cuidado infantil, sigue un cronograma estricto de limpieza y desinfección. Un virus puede sobrevivir varios días en las superficies de las áreas comunes, incluidos los picaportes, y en objetos de uso compartido, como los juguetes.
  • Evita el contacto cercano. Mantén a los niños con la enfermedad de manos, pies y boca alejados del centro de cuidado infantil o de la escuela hasta que la fiebre desaparezca y las llagas en la boca se hayan curado. Si tienes la enfermedad, permanece en casa sin ir a trabajar.