Causas

Causas

Un absceso dental periapical se produce cuando las bacterias invaden la pulpa dental. La pulpa dental es la parte más profunda del diente que contiene vasos sanguíneos, nervios y tejido conectivo.

Las bacterias ingresan a través de una caries o por una grieta o rajadura en el diente y se extienden hasta llegar a la raíz. La infección bacteriana puede provocar hinchazón e inflamación en la punta de la raíz.

Un absceso dental no desaparecerá a menos que lo trates. Si el absceso se rompe, el dolor puede mejorar mucho y te hará creer que el problema se ha ido, pero aún necesitas recibir tratamiento dental.

Si el absceso no drena, la infección puede extenderse a la mandíbula y a otras áreas de la cabeza y el cuello. Si el diente se encuentra cerca de los senos maxilares (dos espacios grandes debajo de los ojos y detrás de las mejillas), también puedes desarrollar una abertura entre el absceso y los senos paranasales. Esto puede causar una infección en la cavidad de los senos paranasales. Incluso podrías desarrollar una septicemia, que es una infección potencialmente mortal que se propaga por todo el cuerpo.

Si tienes un sistema inmunitario debilitado y dejas un absceso dental sin tratar, el riesgo de que se propague una infección aumenta aún más.

Diagnóstico

Diagnóstico

Además de examinar el diente y el área alrededor de este, el dentista puede hacer lo siguiente:

  • Dar pequeños golpecitos en los dientes. Un diente que tiene un absceso en la raíz suele ser sensible al tacto o a la presión.
  • Recomendar una radiografía. Una radiografía del diente doloroso puede ayudar a identificar un absceso. El dentista también puede usar la radiografía para determinar si la infección se ha extendido y ha causado abscesos en otras áreas.
  • Recomendar una tomografía computarizada. Si la infección se ha extendido a otras áreas en el cuello, se puede usar una tomografía computarizada para determinar la gravedad de la infección.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

Estos factores pueden aumentar el riesgo de padecer un absceso dental:

  • Malos hábitos y cuidados dentales. No tener los cuidados adecuados de los dientes y las encías, como no cepillarte los dientes dos veces al día y no usar hilo dental, puede aumentar el riesgo de problemas dentales. Estos problemas pueden incluir caries dentaria, enfermedad de las encías, abscesos dentales y otras complicaciones de la boca y los dientes.
  • Una alimentación con alto contenido de azúcar. Comer y beber frecuentemente productos con alto contenido de azúcar, como dulces y gaseosas, puede contribuir a la formación de caries, que pueden provocar abscesos dentales.
  • Sequedad en la boca. Tener la boca seca puede aumentar el riesgo de caries dentarias. Por lo general, la boca seca se debe al efecto secundario de determinados medicamentos o problemas relacionados con el envejecimiento.

Prevención

Prevención

Evitar las caries dentarias es fundamental para prevenir los abscesos dentales.

Cuida bien tus dientes para evitar que se formen caries dentarias:

  • Bebe agua con fluoruro.
  • Cepíllate los dientes durante dos minutos al menos dos veces al día usando pasta dental con fluoruro.
  • Usa hilo dental para limpiar entre los dientes todos los días.
  • Reemplaza el cepillo de dientes cada 3 o 4 meses, o cuando veas que las cerdas están deshilachadas.
  • Ingiere alimentos saludables, limita la ingesta de productos azucarados y de refrigerios entre comidas.
  • Visita periódicamente al dentista para hacer controles y limpiezas profesionales.
  • Considera usar un enjuague bucal antiséptico o con fluoruro para sumar una capa adicional de protección contra la caries dentaria.

Tratamiento

Tratamiento

El objetivo del tratamiento es deshacerse de la infección. Para lograrlo, el dentista puede hacer lo siguiente:

  • Abrir (hacer una incisión) y drenar el absceso. El dentista hace un corte pequeño en el absceso, que permite que drene el pus y luego lava el área con agua salada (solución salina). Ocasionalmente, se coloca un pequeño drenaje de goma para mantener abierta el área y drenar mientras la hinchazón disminuye.
  • Hacer un procedimiento del canal radicular. Esto puede ayudar a eliminar la infección y salvar el diente. Para hacerlo, el dentista perfora el diente, elimina el tejido central afectado (pulpa) y drena el absceso. Luego, llena y sella la cámara de la pulpa y el canal radicular del diente. El diente puede cubrirse con una corona para hacerlo más fuerte, especialmente si se trata de una muela. Si cuidas el diente arreglado de manera adecuada, puede durar toda la vida.
  • Extraer el diente afectado. Si el diente afectado no se puede salvar, el dentista lo sacará (extraerá) y drenará el absceso para eliminar la infección.
  • Recetar antibióticos. Si la infección se limita al área del absceso, es posible que no necesites antibióticos. Pero si la infección se ha propagado a los dientes cercanos, la mandíbula u otras áreas, es posible que el dentista te recete antibióticos para detener la propagación. También puede recomendar antibióticos si tienes un sistema inmunitario debilitado.

Autocuidados

Mientras la zona cicatriza, el dentista te podría recomendar estas medidas para ayudar a aliviar las molestias:

  • Enjuagarte la boca con agua tibia con sal.
  • Tomar analgésicos de venta libre, sin embargo, es importante que antes de automedicarte visites a tu médico.

Aprende a leer de forma saludable

Empieza a leer

La lectura es una actividad enriquecedora que nos permite expandir nuestro conocimiento y estimular nuestra imaginación. Sin embargo, para garantizar que esta actividad no perjudique nuestra salud, es esencial adoptar ciertos hábitos saludables.

La lectura es una actividad enriquecedora que nos permite expandir nuestro conocimiento y estimular nuestra imaginación. Sin embargo, para garantizar que esta actividad no perjudique nuestra salud, es esencial adoptar ciertos hábitos saludables.

Buena Iluminación

Asegúrate de que el lugar donde lees esté bien iluminado. La luz natural es ideal, pero si lees en la noche, utiliza una lámpara que ilumine adecuadamente la página o la pantalla.

Postura Correcta

Mantén una postura ergonómica. Siéntate con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo. Evita leer acostado en posiciones incómodas por largos periodos de tiempo.

Descansos Regulares

Sigue la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mira algo a 20 pies (aproximadamente 6 metros) de distancia durante al menos 20 segundos. Esto ayuda a reducir la fatiga ocular.

Parpadea Frecuentemente

Cuando leemos, tendemos a parpadear menos, lo que puede causar sequedad ocular. Recuerda parpadear con frecuencia para mantener los ojos hidratados.

Ajusta el Tamaño del Texto

Si estás leyendo en una pantalla, ajusta el tamaño del texto para que sea cómodo de leer sin forzar la vista. El uso de aplicaciones o dispositivos con opciones de personalización de texto puede ser útil.

Empieza a leer

Empieza a leer

La lectura es un pasatiempo que vale la pena realizar. Perderse en un buen libro tiene más beneficios que simplemente ser una forma divertida de relajarse.

Reduce el estrés

No es necesario ir a leer a la playa para experimentar la reducción del estrés que supone perderse en un buen libro. La lectura es una increíble fuente de relajación y ¡es más barata que un masaje!

Protege tu cerebro

La estimulación intelectual de la lectura puede proteger el cerebro de la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo a medida que envejecemos. Las personas que leen pueden incluso tener tasas más bajas de demencia por Alzheimer en sus últimos años.

Te hace más inteligente

Las personas que Ieen tienen un vocabulario más amplio, desarrollan habilidades cognitivas, aprenden cosas nuevas y están expuestas a más hechos e ideas. Entre las páginas de un libro se pueden encontrar conocimientos sobre muchos temas interesantes y útiles.

Aumenta la empatía

La lectura proporciona un portal al mundo de otra persona, incluso si esa persona es ficticia. Explorar un punto de vista diferente desarrolla la compasión hacia los demás y aumenta nuestra capacidad para desarrollar relaciones de calidad.

Impulsa la creatividad

La exposición a una amplia gama de ideas e imágenes puede mejorar los músculos creativos de tu cerebro. Ya sea que leas para aprender algo nuevo o simplemente te sumergas en una historia creativa, es muy probable que encuentres inspiración.