Tratamiento

Tratamiento

El tratamiento para la colitis ulcerosa, por lo general, implica terapia farmacológica o cirugía.

Varias categorías de medicamentos pueden ser eficaces en el tratamiento para la colitis ulcerosa. El tipo de medicamento que tomes dependerá de la gravedad de tu afección. Los medicamentos que funcionan bien en algunas personas quizás no funcionen en otras. Puede tomar tiempo encontrar medicamentos que te ayuden.

Además, como algunos medicamentos tienen efectos secundarios graves, necesitarás evaluar los beneficios y los riesgos de cada tratamiento.

A veces quizás te sientas muy vulnerable cuando te enfrentes a la colitis ulcerosa. Pero los cambios en tu dieta y estilo de vida pueden ayudar a controlar tus síntomas y a hacer más largo el tiempo entre las crisis.

No hay ninguna evidencia sólida de que lo que comes realmente cause enfermedades intestinales inflamatorias. Pero ciertas comidas y bebidas pueden agravar tus signos y síntomas, especialmente durante una crisis.

Es útil llevar un diario para registro de alimentos para tener un récord de lo que comes y de cómo te sientes. Si descubres que algunas comidas están provocando los síntomas, puedes tratar de eliminarlas.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

La colitis ulcerosa afecta casi a la misma cantidad de mujeres que de hombres. Los factores de riesgo podrían incluir los siguientes:

  • Edad. La colitis ulcerosa normalmente empieza antes de los 30 años, pero puede ocurrir a cualquier edad. Es posible que algunas personas no desarrollen la enfermedad hasta después de los 60 años.
  • Raza o grupo étnico. Si bien las personas de piel blanca corren el mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, esta se puede presentar en cualquier raza. Si eres de descendencia judía asquenazí, el riesgo es incluso mayor.
  • Antecedentes familiares. Si algún familiar cercano, como un padre o una madre, un hermano o un hijo, tiene esta enfermedad, corres un mayor riesgo de contraerla.

Diagnóstico

Diagnóstico

Los procedimientos endoscópicos con biopsia de tejidos son la única manera de diagnosticar con total certeza la colitis ulcerosa. Existen otros exámenes que pueden ayudar a descartar complicaciones u otras formas de la enfermedad inflamatoria intestinal, como la enfermedad de Crohn.

A fin de confirmar el diagnóstico de colitis ulcerosa, es posible que te realicen una o más de las siguientes pruebas y procedimientos:

Análisis de laboratorio
  • Análisis de sangre. El proveedor de atención médica puede sugerirte análisis de sangre para ver si tienes anemia (una afección en la que no hay suficientes glóbulos rojos para transportar la cantidad necesaria de oxígeno a los tejidos), ni signos de infección o inflamación.
  • Estudios de heces. La presencia de glóbulos blancos o de determinadas proteínas en las heces puede indicar colitis ulcerosa. Una muestra de heces también ayuda a descartar otros trastornos, como las infecciones cuyas causas son bacterias, virus y parásitos.

Procedimientos endoscópicos
  • Colonoscopia. Este examen le permite al proveedor de atención médica ver todo el colon con una sonda delgada, flexible, iluminada y que tiene una cámara en el extremo. Durante el procedimiento, se toman muestras de tejido para análisis en el laboratorio. Esto se conoce como biopsia de tejido. La muestra de tejido es necesaria para realizar el diagnóstico.
  • Sigmoidoscopia flexible. El proveedor de atención médica usa una sonda delgada, flexible e iluminada para examinar el recto y el colon sigmoide, que es el extremo inferior del colon. Si el colon está muy inflamado, es posible que se prefiera esta prueba a una colonoscopia completa.

Prevención

Prevención

Un forma efectiva de reducir el riesgo de padecer colitis ulcerosa o reducir el malestar es:

  • Limitar el consumo de productos lácteos. Muchas personas con enfermedades intestinales inflamatorias encuentran que los problemas como la diarrea, el dolor abdominal y los gases mejoran al limitar o eliminar los productos lácteos.
  • Come porciones pequeñas de comida. Quizás notes que te sientes mejor cuando comes cinco o seis comidas pequeñas durante el día en lugar de dos o tres más grandes.
  • Bebe mucho líquido. Trata de beber mucho líquido todos los días. Lo mejor es beber agua. El alcohol y las bebidas que contienen cafeína estimulan los intestinos y pueden hacer que la diarrea empeore, mientras que las bebidas gaseosas con frecuencia producen gas.
  • Habla con un dietista. Si comienzas a perder peso, o tu dieta se ha limitado mucho, habla con un dietista diplomado.

Aunque el estrés no causa la enfermedad inflamatoria intestinal, puede empeorar los signos y los síntomas, además de desencadenar brotes.

Para controlar el estrés, prueba lo siguiente:

  • Haz ejercicio. El ejercicio, aunque sea leve, puede ayudar a reducir el estrés, aliviar la depresión y corregir la función intestinal. Consulta al proveedor de atención médica para que te informe sobre el mejor plan de ejercicios para ti.
  • Biorretroalimentación. Esta técnica para reducir el estrés permite disminuir la tensión muscular y el ritmo cardíaco con la ayuda de una máquina de retroalimentación. El objetivo es ayudarte a que entres en un estado de relajación para que te resulte más fácil lidiar con el estrés.
  • Ejercicios periódicos de relajación y respiración. Un modo eficaz de hacerle frente al estrés es hacer ejercicios de relajación y respiración.

Síntomas

Depresión (trastorno depresivo mayor)

La depresión es un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. También denominada «trastorno depresivo mayor» o «depresión clínica», afecta los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento de una persona, y puede causar una variedad de problemas físicos y emocionales. Es posible que tengas dificultades para realizar las actividades cotidianas y que, a veces, sientas que no vale la pena vivir.

Más que solo una tristeza pasajera, la depresión no es una debilidad y uno no puede recuperarse de la noche a la mañana de manera sencilla. La depresión puede requerir tratamiento a largo plazo. Pero no te desanimes. La mayoría de las personas con depresión se sienten mejor con medicamentos, con psicoterapia o con ambos.

Síntomas

Si bien la depresión puede producirse solamente una vez en la vida; por lo general, las personas tienen varios episodios de depresión. Durante estos episodios, los síntomas se producen durante gran parte del día, casi todos los días y pueden consistir en:

  • Sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza
  • Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos de poca importancia
  • Pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales o todas, como las relaciones sexuales, los pasatiempos o los deportes
  • Alteraciones del sueño, como insomnio o dormir demasiado
  • Ansiedad, agitación o inquietud
  • Lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales
  • Sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o autorreproches
  • Pensamientos frecuentes o recurrentes sobre la muerte, pensamientos suicidas, intentos suicidas o suicidio
  • Problemas físicos inexplicables, como dolor de espalda o de cabeza

Para muchas personas con depresión, los síntomas suelen ser lo suficientemente graves para causar problemas evidentes en las actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela, las actividades sociales o las relaciones con otras personas. Algunas personas pueden sentirse infelices o tristes en general sin saber realmente porqué.

¿Cuándo consultar al médico?

Si te sientes deprimido, pide una cita con un médico o un profesional de salud mental tan pronto como sea posible. Si no quieres buscar tratamiento, habla con un amigo o un ser querido, cualquier proveedor de atención médica, un líder religioso u otra persona en quien confíes.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

Por lo general, la depresión comienza en la adolescencia o entre los veinte o treinta y tantos años, pero puede aparecer en cualquier momento de la vida. Esta enfermedad se les diagnostica más a las mujeres que a los hombres, pero puede ser, en parte, porque es más probable que las primeras busquen recibir tratamiento.

Algunos de los factores que parecen aumentar el riesgo de que se manifieste o se desencadene la depresión son:

  • Ciertos rasgos de la personalidad, como tener la autoestima baja y ser demasiado dependiente, muy autocrítico o pesimista
  • Situaciones traumáticas o estresantes, como maltrato físico o abuso sexual, la muerte o la pérdida de un ser querido, una relación difícil o problemas económicos
  • Familiares consanguíneos que tienen antecedentes de depresión, trastorno bipolar, alcoholismo o suicidio
  • Ser lesbiana, gay, bisexual, transgénero o presentar variaciones en el desarrollo de los órganos genitales que no son claramente ni masculinos ni femeninos (intersexualidad) en un entorno que no brinda apoyo
  • Antecedentes de otros trastornos de salud mental, como un trastorno de ansiedad, de la alimentación o de estrés postraumático
  • Una enfermedad grave o crónica, como cáncer, un accidente cerebrovascular, dolor crónico o una enfermedad cardíaca
  • Ciertos medicamentos, como los que se indican para la presión arterial alta o las pastillas para dormir (habla con el médico antes de suspender la toma de cualquier medicamento

Diagnóstico

Diagnóstico

El médico puede determinar un diagnóstico de depresión a partir de lo siguiente:

  • Exploración física. Es probable que el médico te realice una exploración física y te haga preguntas sobre tu salud. En algunos casos, la depresión puede estar relacionada con un problema de salud físico no diagnosticado.
  • Análisis de laboratorio. Por ejemplo, el médico puede realizarte un análisis de sangre llamado «hemograma completo» o analizar la glándula tiroides para asegurarse de que funcione correctamente.
  • Evaluación psiquiátrica. El profesional de salud mental te realizará preguntas acerca de tus síntomas, tus pensamientos, tus sentimientos y tus patrones de conducta. Es posible que te pida que completes un cuestionario para ayudar a responder estas preguntas.
  • DSM-5. El profesional de salud mental puede utilizar los criterios que se describen en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5) (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría).

Tratamiento

Tratamiento

Los medicamentos y la psicoterapia son eficaces para la mayoría de las personas con depresión. Tu médico o psiquiatra te pueden recetar medicamentos para aliviar los síntomas. Sin embargo, muchas personas que padecen depresión también se benefician con ver a un psiquiatra, a un psicólogo o a otro profesional de salud mental.

Si sufres depresión grave, es posible que necesites una estancia hospitalaria o participar en un programa de tratamiento para pacientes ambulatorios hasta que los síntomas mejoren.

Medicamentos

Se encuentran disponibles muchos tipos de antidepresivos. Asegúrate de hablar con el médico o con el farmacéutico sobre los efectos secundarios más importantes.

  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
  • Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina
  • Antidepresivos atípicos
  • Antidepresivos tricíclicos
  • Inhibidores de la monoaminooxidasa
Los antidepresivos y el embarazo

Si estás embarazada o en período de lactancia, es posible que algunos antidepresivos representen un mayor riesgo para la salud del feto o del bebé lactante. Habla con el médico si estás embarazada o si piensas tener un bebé.

Psicoterapia

La psicoterapia es un término general que se usa para aludir al tratamiento de la depresión mediante la conversación con un profesional de salud mental acerca de la enfermedad y de los problemas relacionados. La psicoterapia también se conoce como “terapia de conversación” o “terapia psicológica”.
Hay diferentes tipos de psicoterapias que pueden ser efectivas para tratar la depresión, como la terapia cognitiva conductual o la terapia interpersonal.

Tratamiento hospitalario y residencial.

En algunos casos, la depresión es tan grave que se necesita una estancia hospitalaria. Esto puede ser necesario si no te puedes cuidar solo adecuadamente o si estás en peligro inminente de lastimarte a ti mismo o a alguien más. El tratamiento psiquiátrico en un hospital te puede ayudar a mantenerte tranquilo y seguro hasta que mejore tu estado de ánimo.

Causas

Causas

Se desconoce la causa exacta de la depresión. Al igual que sucede con muchos trastornos mentales, puede comprender diversos factores, como:

  • Diferencias biológicas. Las personas con depresión tienen cambios físicos en el cerebro. La importancia de estos cambios aún es incierta, pero con el tiempo pueden ayudar a identificar las causas.
  • Química del cerebro. Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encuentran naturalmente en el cerebro y que probablemente desempeñan un rol en la depresión. Las investigaciones recientes indican que los cambios en la función y el efecto de estos neurotransmisores, y cómo interactúan con los neurocircuitos involucrados en mantener la estabilidad del estado de ánimo pueden tener un rol importante en la depresión y su tratamiento.
  • Hormonas. Es posible que los cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo tengan un rol al causar o desencadenar la depresión. Los cambios hormonales pueden presentarse en el embarazo y durante las semanas o meses después del parto (posparto), y por problemas de tiroides, menopausia u otros trastornos.
  • Rasgos hereditarios. La depresión es más frecuente en las personas cuyos parientes consanguíneos también tienen este trastorno. Los investigadores están buscando genes que puedan intervenir en el origen de la depresión.

Síntomas

Depresión en adolescentes

La depresión en adolescentes es un problema de salud mental grave que provoca un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. Afecta la manera en que tu hijo adolescente piensa, se siente y se comporta, y puede provocar problemas emocionales, funcionales y físicos. Aunque la depresión puede ocurrir en cualquier momento de la vida, los síntomas entre los adolescentes y los adultos pueden ser diferentes.

Algunos problemas como la presión de sus compañeros, las expectativas académicas y los cuerpos que cambian pueden ocasionar muchos altibajos en los adolescentes. Sin embargo, para algunos adolescentes, estar deprimido es mucho más que solo sentimientos temporales, sino que es un síntoma de depresión.

La depresión en adolescentes no es una debilidad o algo que se pueda superar con fuerza de voluntad, puede tener consecuencias graves y requiere tratamientos a largo plazo. Para la mayoría de los adolescentes, los síntomas de depresión se calman con tratamientos como medicamentos y terapia psicológica.

Síntomas

Los signos y síntomas de depresión en los adolescentes incluyen un cambio en la actitud y el comportamiento previos del adolescente que pueden provocar angustia y dificultades importantes en la escuela o el hogar, en actividades sociales o en otros aspectos de la vida.

Los síntomas de depresión pueden variar en su gravedad, pero los cambios en las emociones y el comportamiento del adolescente pueden incluir los siguientes ejemplos.

Debes prestar atención a los cambios emocionales, tales como:

  • Sentimientos de tristeza, los cuales pueden incluir episodios de llanto sin razón aparente
  • Frustración o sentimientos de ira, incluso por asuntos menores
  • Sentimientos de desesperanza o vacío
  • Estado de ánimo irritable o molesto
  • Pérdida del interés o del placer en las actividades cotidianas
  • Autoestima baja
  • Sentimientos de falta de valoración de sí mismo o culpa
  • Fijación en fallas pasadas o autoinculpación o autocrítica excesiva
  • Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio

Debes estar atento a cambios en el comportamiento, como, por ejemplo:

  • Cansancio y pérdida de energía
  • Insomnio o dormir demasiado
  • Aislamiento social
  • Bajo rendimiento escolar o ausencias frecuentes de la escuela
  • Menor atención a la higiene o al aspecto personales
  • Arrebatos de ira, comportamiento problemático o arriesgado, u otros comportamientos para llamar la atención.
  • Autolesiones: por ejemplo, cortarse o quemarse
  • Armar un plan de suicido o un intento de suicidio
¿Cuándo consultar al médico?

Si los signos y síntomas de la depresión continúan, comienzan a interferir en la vida de tu hijo adolescente o te causan inquietudes relacionadas con el suicidio o la seguridad de tu hijo adolescente, habla con un médico o profesional de salud mental capacitado para trabajar con adolescentes. Un buen inicio sería consultar con el médico de cabecera o el pediatra de tu hijo. O tal vez podrían recomendarte a alguien en la escuela de tu hijo.