Prevención

Prevención

No existe una manera segura para evitar la depresión. Sin embargo, las siguientes estrategias pueden ser útiles.

  • Toma medidas para controlar el estrés, mejorar tu resiliencia y levantar tu autoestima.
  • Acércate a la familia y a los amigos, especialmente en momentos de crisis, para que te ayuden a superar los malos tiempos.
  • Consigue tratamiento ante el primer signo de un problema para que te ayude a impedir que la depresión empeore.
  • Considera tener tratamiento de apoyo de larga duración para que te ayude a prevenir la reaparición de los síntomas.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

Existen muchos factores que aumentan el riesgo de que se manifieste o se desencadene la depresión adolescente. Entre estos, se incluyen los siguientes:

  • Tener problemas que impacten de forma negativa en su autoestima, como obesidad, malas relaciones con sus compañeros, acoso prolongado o dificultades académicas.
  • Haber sido víctima de violencia o testigo de casos de violencia, como abuso sexual o físico.
  • Tener otras afecciones de salud mental, como trastorno bipolar, de ansiedad o de la personalidad; sufrir anorexia o bulimia.
  • Tener problemas de aprendizaje o trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
  • Tener dolor constante o una enfermedad física crónica, como cáncer, diabetes o asma.
  • Tener ciertos rasgos de personalidad, como autoestima baja o depender demasiado de los demás, ser autocrítico o pesimista.
  • Consumir alcohol, nicotina u otras sustancias ilícitas.
  • Ser gay, lesbiana, bisexual o transgénero en un entorno que no le brinda apoyo.

Los antecedentes familiares y los problemas en el hogar o con otras personas pueden aumentar el riesgo de que el adolescente sufra depresión. Por ejemplo:

  • Tener padres, abuelos u otros parientes consanguíneos con depresión, trastorno bipolar o problemas por consumo de alcohol.
  • Tener un familiar que se haya suicidado.
  • Tener un familiar con problemas importantes para relacionarse o comunicarse.
  • Haber vivido eventos de vida estresantes recientes, como el divorcio de los padres, el servicio militar de los padres o la muerte de un ser querido.

Causas

Causas

Se desconoce la causa exacta de la depresión, pero puede haber varios problemas implicados. Estos incluyen los siguientes:

  • Neuroquímica cerebral. Los neurotrasmisores son sustancias químicas que se encuentran naturalmente en el cerebro y que trasmiten señales a otras partes del cerebro y del cuerpo. Cuando estas sustancias químicas son anormales o se ven alteradas, la función de los receptores y sistemas nerviosos cambia, lo que genera depresión.
  • Rasgos hereditarios. La depresión es más común en las personas que tienen parientes consanguíneos (como uno de los padres o de los abuelos) con este trastorno.
  • Trauma de la primera infancia. Los eventos traumáticos durante la infancia, como el abuso físico o emocional o la pérdida de uno de los padres, pueden causar cambios en el cerebro que aumentan el riesgo de presentar depresión.
  • Patrones aprendidos de pensamiento negativo. La depresión en los adolescentes puede estar asociada a aprender a sentirse inútil, contrario a aprender a sentirse capaz de encontrar soluciones para los desafíos de la vida.

Tratamiento

Tratamiento

El tratamiento depende del tipo y de la gravedad de los síntomas de depresión del adolescente. Una combinación de terapia de conversación (psicoterapia) y medicamentos puede ser muy efectiva para la mayoría de los adolescentes con depresión.

Si el adolescente sufre depresión grave o corre peligro de autolesionarse, es posible que necesite una internación hospitalaria o participar en un programa de tratamiento ambulatorio hasta que mejoren sus síntomas.

A continuación, se presentan con más detalle las opciones de tratamiento para la depresión.

Medicamentos

La mayoría de los antidepresivos suelen ser seguros, pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) exige que todos los antidepresivos tengan una advertencia en un recuadro negro, que es la advertencia más estricta para los medicamentos recetados.

Psicoterapia

La psicoterapia, también llamada asesoramiento psicológico o terapia de conversación, es un término general para tratar la depresión en la que se habla con un profesional de salud mental sobre la depresión y otras cuestiones relacionadas. Los diferentes tipos de psicoterapia pueden resultar efectivos para la depresión, como la terapia cognitivo-conductual o la terapia interpersonal.

La psicoterapia puede realizarse de manera individual, con los miembros de la familia o en grupo. A lo largo de las sesiones regulares, su hijo podrá:

  • Aprender sobre las causas de la depresión
  • Aprender a identificar y modificar las conductas o pensamientos perjudiciales para la salud.
  • Explorar relaciones y experiencias
  • Encontrar mejores formas de enfrentar y solucionar problemas
  • Establecer objetivos realistas
  • Recuperar el sentimiento de felicidad y de control.
  • Ayudar a aliviar los síntomas de depresión, como la desesperanza y el enojo
  • Adaptarse a una crisis u otra dificultad actual

Hospitalización y otros programas de tratamiento

En algunos adolescentes, la depresión es tan grave que se requiere la hospitalización, especialmente si hay riesgos de que se autolesionen o lastimen a otras personas. El tratamiento psiquiátrico en un hospital puede ayudar a que el joven se sienta tranquilo y seguro hasta que mejore su capacidad de afrontar una situación difícil y se desarrolle un plan de seguridad.

Los programas de tratamiento de día también pueden ayudar. Estos programas brindan el apoyo y el asesoramiento necesarios mientras el adolescente trabaja para controlar los síntomas de depresión.

Diagnóstico

Diagnóstico

Cuando se sospecha de depresión adolescente, el médico habitualmente realiza estos exámenes y pruebas.

  • Examen físico. El médico puede hacer un examen físico y hacer preguntas exhaustivas sobre la salud de tu hijo adolescente para determinar la posible causa de la depresión. En algunos casos, la depresión puede estar vinculada con un problema de salud no diagnosticado.
  • Análisis de laboratorio. Por ejemplo, el médico de tu hijo puede hacer una prueba de sangre llamada hemograma completo o analizar la tiroides de tu hijo para asegurarse de que esté funcionando correctamente.
  • Evaluación psicológica. Un médico o un profesional de salud mental pueden hablar con tu hijo adolescente sobre sus pensamientos, sentimientos y comportamientos, y también puede incluir un cuestionario. Esto permitirá llegar a un diagnóstico y revisar las complicaciones relacionadas.

Los síntomas causados por la depresión mayor pueden variar de una persona a otra. A fin de aclarar el tipo de depresión que padece tu hijo adolescente, el médico puede utilizar uno o más especificadores, lo cual significa depresión con características específicas. A continuación, te ofrecemos algunos ejemplos:

  • Ansiedad: depresión con inquietud inusual o preocupación por posibles eventos o pérdida del control.
  • Características melancólicas: depresión grave con falta de respuesta a algo que solía causar placer y está relacionado con el despertar temprano por la mañana, empeoramiento en el estado de ánimo de la mañana, cambios importantes en los hábitos alimenticios y sentimientos de culpa, nerviosismo o lentitud.
  • Características atípicas: depresión que incluye la capacidad de estar temporalmente alegre como consecuencia de eventos felices, mayor apetito, aumento excesivo de sueño, sensibilidad al rechazo y pesadez en brazos o piernas.

Prevención

Prevención

No existe una manera definitiva de prevenir la depresión. Sin embargo, las siguientes estrategias pueden ser útiles. Alienta a tu hijo adolescente a hacer lo siguiente:

  • Tomar medidas para controlar el estrés, aumentar la resiliencia y potenciar la autoestima para ayudar a manejar los problemas cuando surgen.
  • Practicar hábitos de cuidado personal, por ejemplo, mediante la creación de una rutina de sueño saludable y el uso responsable y moderado de la electrónica.
  • Buscar el apoyo social y de amigos, especialmente en momentos de crisis.
  • Obtener tratamiento ante el primer signo de un problema para ayudar a impedir que la depresión empeore.
  • Si el médico lo recomienda, continuar con el tratamiento, incluso luego de que los síntomas disminuyan, para ayudar a prevenir una recaída de los síntomas de la depresión.

Síntomas

Diabetes gestacional

La diabetes gestacional es la diabetes que se diagnostica por primera vez durante el embarazo (gestación). Al igual que con otros tipos de diabetes, la diabetes gestacional afecta la forma en que las células utilizan el azúcar (glucosa). La diabetes gestacional causa un nivel alto de glucosa sanguínea que puede afectar tu embarazo y la salud de tu bebé.

Si bien cualquier complicación del embarazo es preocupante, hay buenas noticias. Durante el embarazo, puedes ayudar a controlar la diabetes gestacional con una alimentación saludable, ejercicio y, si es necesario, con medicamentos. Controlar la glucosa sanguínea puede mantenerte a ti y a tu bebé sanos y evitar un parto difícil.

Si tienes diabetes gestacional durante el embarazo, por lo general, los niveles de glucosa sanguínea vuelven a sus valores normales poco después del parto. Sin embargo, si tuviste diabetes gestacional, el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 es mayor. Necesitarás que te hagan pruebas más a menudo para detectar cambios en la glucosa sanguínea.

Síntomas

La mayor parte del tiempo, la diabetes gestacional no causa signos ni síntomas perceptibles. El aumento de la sed y la micción más frecuente son síntomas posibles.

¿Cuándo consultar al médico?

Siempre que sea posible, busca atención médica lo antes posible (en cuanto pienses que quieres quedar embarazada) para que el proveedor de atención médica pueda evaluar el riesgo de diabetes gestacional y tu bienestar general. Cuando estés embarazada, el proveedor de atención médica te hará pruebas de diabetes gestacional como parte de la atención médica prenatal.

Si presentas diabetes gestacional, es posible que necesites exámenes más frecuentes. Lo más probable es que estos se hagan en los últimos tres meses del embarazo, cuando el proveedor de atención médica controle tu nivel de glucosa en la sangre y la salud del bebé.

Causas

Causas

Los investigadores siguen sin conocer el motivo por el cual algunas mujeres desarrollan diabetes gestacional y otras no. El exceso de peso antes del embarazo a menudo es un factor importante.

Por lo general, diversas hormonas trabajan para mantener los niveles de glucosa sanguínea bajo control. Sin embargo, durante el embarazo, los niveles hormonales cambian, lo que dificulta que el cuerpo procese la glucosa sanguínea de manera eficiente. Esto hace que aumente el nivel de glucosa sanguínea.

Prevención

Prevención

No hay garantías a la hora de prevenir la diabetes gestacional, pero cuantos más hábitos saludables puedas adoptar antes del embarazo, mejor. Si tuviste diabetes gestacional, estas opciones saludables también podrían reducir el riesgo de volver a tenerla en futuros embarazos o de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.

  • Come alimentos saludables. Elige alimentos ricos en fibra, con bajo contenido en grasa y pocas calorías. Céntrate en las frutas, las verduras y los granos integrales. Intenta consumir alimentos variados para alcanzar tus metas sin renunciar al gusto ni a la nutrición.
  • Haz actividad física. Hacer ejercicio antes del embarazo y durante este puede ayudar a evitar que desarrolles diabetes gestacional. Trata de hacer 30 minutos de actividad moderada la mayoría de los días de la semana. Da un paseo diario a paso ligero. Anda en bicicleta. Ve a nadar y haz algunos largos.
  • Comienza el embarazo con un peso saludable. Si planeas quedar embarazada, perder el peso extra de antemano puede ayudarte a tener un embarazo más saludable. Céntrate en hacer cambios duraderos en tus hábitos alimenticios que puedan ayudarte durante el embarazo, como comer más verduras y frutas.
  • No ganes más peso del recomendado. Ganar algo de peso durante el embarazo es habitual y saludable. Sin embargo, subir mucho de peso muy rápidamente puede aumentar el riesgo de diabetes gestacional. Pregúntale al proveedor de atención médica cuánto peso sería razonable aumentar en tu caso.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

Algunos de los factores de riesgo de la diabetes gestacional son:

  • Sobrepeso u obesidad
  • Falta de actividad física
  • Prediabetes
  • Diabetes gestacional en un embarazo previo
  • Síndrome de ovario poliquístico
  • Miembro de la familia inmediata con diabetes
  • Parto previo de un bebé con un peso de más de 4,1 kilos