Factores de riesgo

Factores de riesgo

La gingivitis es común y cualquiera puede desarrollarla. Algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de gingivitis son:

  • Malos hábitos de cuidado bucal.
  • Fumar o mascar tabaco.
  • Edad avanzada.
  • Sequedad en la boca.
  • Mala nutrición, incluida la falta de vitamina C.
  • Reparaciones en los dientes que no encajan correctamente o están en malas condiciones, como empastes, puentes, implantes dentales o carillas.
  • Dientes torcidos que son difíciles de limpiar.
  • Afecciones que reducen la inmunidad, como la leucemia, el VIH o el SIDA, o el tratamiento contra el cáncer.
  • Cambios hormonales, por ejemplo, aquellos relacionados con el embarazo, el ciclo menstrual o el consumo de píldoras anticonceptivas.
  • Determinados genes.
  • Afecciones médicas, como ciertas infecciones virales y fúngicas.

Síntomas

Gingivitis

La gingivitis es una forma común y leve de enfermedad de las encías, también llamada enfermedad periodontal. Provoca irritación, enrojecimiento, hinchazón y sangrado del tejido gingival, que es la parte de la encía que se encuentra alrededor de la base de los dientes. Es importante tomar en serio la gingivitis y tratarla con prontitud. La gingivitis no causa pérdida ósea. Pero si no se trata, puede provocar una enfermedad de las encías mucho más grave, llamada periodontitis, y pérdida de dientes.

La causa más común de gingivitis es no mantener los dientes y las encías limpios y sanos. Los buenos hábitos de salud bucal, como cepillarse los dientes al menos dos veces al día, usar hilo dental a diario y hacerse chequeos dentales regulares, pueden ayudar a prevenir y revertir la gingivitis.

Síntomas

Las encías sanas son firmes y de color rosa pálido. Se ajustan con firmeza alrededor de los dientes. Algunos de los síntomas de la gingivitis corresponden a los siguientes:

Reconocer los síntomas tempranos de la hiperglicemia ayuda a identificarla y tratarla de inmediato. Presta atención a lo siguiente:

  • Encías inflamadas o hinchadas.
  • Encías de color rojo vivo o rojo oscuro, o encías más oscuras de lo habitual.
  • Encías que sangran con facilidad cuando te cepillas los dientes o usas hilo dental.
  • Encías sensibles.
  • Mal aliento.

¿Cuándo consultar al médico?

Pide una cita con tu dentista lo antes posible si observas algún síntoma de gingivitis. Cuanto antes busques atención, mayores serán tus posibilidades de revertir el daño causado por la gingivitis y no contraer periodontitis. Es posible que tu dentista quiera que consultes a un periodoncista si los síntomas no mejoran. El periodoncista es un dentista con formación avanzada que se especializa en el tratamiento de enfermedades de las encías.

Diagnóstico

Diagnóstico

Los dentistas generalmente diagnostican la gingivitis basándose en:/p>

  • Una revisión de tus antecedentes médicos y dentales y de las afecciones que pueden contribuir a tus síntomas.
  • Una observación de tus dientes, encías, boca y lengua en busca de signos de placa, irritación o hinchazón.
  • Una medición de la profundidad de la bolsa del surco entre las encías y dientes. Se inserta una sonda dental al lado del diente debajo de la línea de las encías, generalmente en varios lugares de la boca. En una boca sana, la profundidad de las bolsas es de entre 0,03 y 0,11 pulgadas (1 y 3 milímetros). Las bolsas con una profundidad superior a 0,15 pulgadas (4 mm) pueden indicar enfermedad de las encías.
  • Radiografías dentales para saber si hay una pérdida ósea en las áreas donde el dentista observa bolsas de mayor profundidad.
  • Otras pruebas según sea necesario. Si la causa de la gingivitis no es clara, tu dentista puede recomendarte que te sometas a una evaluación médica para determinar la existencia de otras enfermedades. Si tu enfermedad de las encías está más avanzada, tu dentista puede remitirte a un periodoncista. El periodoncista es un dentista con formación avanzada que se especializa en el tratamiento de enfermedades de las encías.

Tratamiento

Tratamiento

El tratamiento inmediato generalmente revierte los síntomas de la gingivitis y evita que lleve a enfermedades más graves de las encías y a la pérdida de dientes. Tendrás más posibilidades de éxito en el tratamiento si también practicas un buen cuidado bucal diario y dejas de consumir tabaco.

La atención profesional de la gingivitis incluye lo siguiente:

  • Limpieza dental. Tu primera limpieza profesional incluirá la eliminación de todo rastro de placa, sarro dental y productos bacterianos. Este procedimiento se conoce como raspado y alisado radicular. El raspado elimina el sarro dental y las bacterias de la superficie de los dientes y debajo de las encías. El alisado radicular quita los productos bacterianos producidos por la hinchazón y la irritación, y alisa las superficies de las raíces. Esto desalienta una mayor acumulación de sarro dental y bacterias, y permite una recuperación adecuada. El procedimiento puede realizarse con instrumentos, un láser o un dispositivo ultrasónico.
  • Cualquier reparación dental necesaria. Los dientes torcidos o las coronas, los puentes y otras reparaciones dentales con ajuste deficiente pueden irritar las encías y dificultar la eliminación de placa durante el cuidado bucal diario. Si existen problemas con los dientes o las reparaciones dentales que sean parte de tu gingivitis, el dentista podría recomendarte arreglar estos problemas.
  • Atención continua. A menudo, la gingivitis se cura después de una limpieza profesional profunda, siempre que continúes con un buen cuidado bucal en casa. Tu dentista te ayudará a planificar un programa eficaz en casa y un cronograma de controles y limpiezas regulares.

Si sigues las sugerencias de tu dentista, te cepillas los dientes y utilizas hilo dental regularmente, el tejido sano de las encías debería regresar en unos días o semanas.

Prevención

Prevención

Para prevenir la gingivitis:

  • Practica un buen cuidado bucal. Eso significa cepillarte los dientes durante dos minutos al menos dos veces al día, por la mañana y antes de ir a dormir, y usar hilo dental al menos una vez al día. Mejor aún, cepíllate después de cada comida o colación o como te recomiende tu dentista. Usar hilo dental antes de cepillarte los dientes limpia las partículas de comida sueltas y las bacterias.
  • Asiste al dentista con regularidad. Visita a tu dentista o higienista dental con regularidad para realizarte una limpieza, generalmente cada 6 a 12 meses. Si tienes factores de riesgo que aumentan tus probabilidades de desarrollar periodontitis, como tener boca seca, tomar ciertos medicamentos o fumar, es posible que necesites realizarte una limpieza profesional con más frecuencia. Las radiografías dentales anuales pueden ayudar a identificar enfermedades que no se detectan mediante un examen dental visual y observar cambios en tu salud dental.
  • Toma medidas para llevar un estilo de vida saludable. Prácticas como una alimentación saludable y controlar el nivel de glucosa en la sangre si tienes diabetes, por ejemplo, también son importantes para apoyar la salud de las encías.

Síntomas

Golpe de calor

El golpe de calor es un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas o del esfuerzo físico en altas temperaturas. El golpe de calor es la forma más grave de lesión por calor y puede ocurrir si la temperatura del cuerpo alcanza los 104 °F (40 °C) o más. Esta afección es más frecuente en los meses de verano.

El golpe de calor requiere tratamiento de urgencia. El golpe de calor sin tratar puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos. El daño empeora cuanto más se retrasa el tratamiento, lo que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones graves o la muerte.

Síntomas
  • Temperatura corporal elevada. Una temperatura corporal de 40 °C o más, es el principal signo de insolación.
  • Alteración del estado mental o del comportamiento. La insolación puede provocar confusión, agitación, dificultad para hablar, irritabilidad, delirio, convulsiones y coma.
  • Alteración de la sudoración. En caso de insolación provocada por el clima cálido, la piel se sentirá caliente y seca al tacto. Sin embargo, en caso de insolación provocada por un ejercicio extenuante, la piel puede sentirse seca o ligeramente húmeda.
  • Náuseas y vómitos. Es posible que el paciente sienta malestar estomacal o vómito.
  • Piel enrojecida. La piel puede enrojecerse a medida que aumenta la temperatura del cuerpo.
  • Respiración rápida. La respiración puede volverse rápida y superficial.
  • Ritmo cardíaco acelerado. El pulso puede aumentar significativamente porque el estrés por calor supone una carga tremenda para el corazón para ayudar a enfriar el cuerpo.

¿Cuándo consultar al médico?

Si crees que una persona puede estar sufriendo un golpe de calor, busca ayuda médica de inmediato. Llama al 911 o al número local de servicios de emergencia.

Toma medidas de inmediato para enfriar a la persona afectada mientras espera el tratamiento de emergencia.

  • Lleva a la persona a la sombra o a un ambiente cerrado.
  • Enfría a la persona con cualquier medio disponible: colócala en una bañera con agua fría o en una ducha fresca, rocíala con una manguera de jardín, pásale una esponja con agua fresca, abanícala mientras la rocías con agua fresca, o colócale compresas de hielo o toallas húmedas y frías sobre la cabeza, el cuello, las axilas y la ingle.

Causas

Causas

El golpe de calor puede ocurrir como resultado de:

  • Exposición a un ambiente caluroso. El tipo de insolación denominado «insolación sin realizar esfuerzo» (clásico) se produce al estar en un ambiente caluroso que provoca un aumento de la temperatura corporal central. A menudo, este tipo de insolación ocurre después de haber estado expuesto a un clima húmedo y caluroso, en especial, durante períodos prolongados. Ocurre con mayor frecuencia en adultos mayores y en personas que padecen enfermedades crónicas.
  • Actividad extenuante. La insolación por esfuerzo ocurre por el aumento en la temperatura corporal central que provoca realizar actividad física intensa en un clima caluroso. Cualquier persona que se ejercite o que haga actividades en un clima caluroso puede sufrir un golpe de calor por esfuerzo, pero es más probable que ocurra si no estás acostumbrado a las temperaturas altas.

En cualquiera de los dos tipos de golpe de calor, la afección puede aparecer por los siguientes motivos:

  • Usar demasiada ropa, lo que evita que el sudor se evapore fácilmente y enfríe el cuerpo.
  • Beber alcohol, lo que puede afectar la capacidad del organismo de regular la temperatura.
  • Deshidratarse al no beber suficiente agua para recuperar los líquidos que se pierden al sudar.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

Cualquiera puede sufrir un golpe de calor, pero hay varios factores que aumentan el riesgo:

  • Edad. Tu capacidad para afrontar el calor extremo depende de la fortaleza de tu sistema nervioso central. En los niños, el sistema nervioso central no está plenamente desarrollado y, en los adultos mayores de 65 años, comienza a deteriorarse, lo que hace que el organismo sea menos capaz de afrontar los cambios de la temperatura corporal. Estos dos grupos etarios suelen tener dificultades para mantenerse hidratados, lo que también aumenta el riesgo.
  • Esfuerzo en un clima caluroso. El entrenamiento militar y la práctica de deportes, como jugar al fútbol o correr maratones de larga distancia, en un clima caluroso son algunas de las situaciones en las que se puede sufrir un golpe de calor.
  • Exposición repentina al clima caluroso. Es posible que seas más propenso a las enfermedades relacionadas con el calor si te expones a un aumento de temperatura repentino, por ejemplo, una ola de calor al principio del verano o un viaje a una región con temperaturas más altas.
  • Falta de aire acondicionado. Durante los períodos de temperatura alta sostenida, los ventiladores pueden darte algo de alivio, pero el aire acondicionado es el sistema más eficaz para bajar la temperatura y reducir la humedad.
  • Ciertos medicamentos. Algunos medicamentos afectan la capacidad del organismo de mantenerse hidratado y responder al calor. En el clima caluroso, ten especial cuidado con los medicamentos que estrechan los vasos sanguíneos (vasoconstrictores), regulan la presión arterial al bloquear la adrenalina (betabloqueadores), hacen que el cuerpo elimine sodio y agua (diuréticos) o disminuyen los síntomas psiquiátricos (antidepresivos o antipsicóticos).
  • Algunas enfermedades. Algunas enfermedades crónicas, como las cardíacas o las pulmonares, podrían aumentar el riesgo de sufrir un golpe de calor. Lo mismo puede decirse de la obesidad, el sedentarismo y los antecedentes de haber padecido un golpe de calor.

Diagnóstico

Diagnóstico

A menudo, resulta claro para los médicos si tuviste un golpe de calor, pero los análisis de laboratorio pueden confirmar el diagnóstico, descartar otras causas para tus síntomas y evaluar las lesiones en los órganos. Estas pruebas comprenden las siguientes:

  • La temperatura rectal para verificar tu temperatura corporal central. La temperatura rectal es el modo más preciso de determinar tu temperatura corporal central, ya que es más exacta que las temperaturas de la boca y de la frente.
  • Un análisis de sangre para determinar la concentración de sodio o de potasio, así como el contenido de gases en la sangre para ver si hubo daño en el sistema nervioso central.
  • Un análisis de orina para examinar el color de la orina porque, en general, es más oscura si tienes un trastorno relacionado con el calor, y para comprobar el funcionamiento renal, que puede verse afectado por un golpe de calor.
  • Pruebas del funcionamiento de los músculos para determinar si hay lesiones graves en los tejidos de los músculos (rabdomiólisis).
  • Radiografías y otras pruebas de diagnóstico por imágenes para comprobar si existen lesiones en los órganos internos.

Prevención

Prevención

El golpe de calor se puede predecir y evitar. Toma estas medidas para evitar el golpe de calor durante el tiempo de calor:

  • Usa vestimenta holgada y liviana. Usar demasiada ropa o ropa que es muy ceñida no permite que el cuerpo se enfríe de forma adecuada.
  • Protégete contra las quemaduras por el sol. Las quemaduras por el sol afectan la capacidad del cuerpo para enfriarse, por ello, debes protegerte con un sombrero de ala ancha y gafas de sol, y utilizar un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar de, al menos, 15 cuando estés al aire libre.
  • Bebe mucho líquido. Mantenerte hidratado ayudará a tu cuerpo a sudar y a mantener una temperatura normal.
  • Nunca dejes a nadie en un automóvil estacionado. Las altas temperaturas son causa frecuente en los niños de muerte asociada al calor. Cuando estacionas al sol, la temperatura en el automóvil puede elevarse 11 °C en 10 minutos.
  • Tómate las cosas con calma durante los momentos más calurosos del día. Si no puedes evitar las actividades extenuantes cuando hace calor, bebe líquido y descansa frecuentemente en lugares frescos.
  • Aclimátate. Limita el tiempo que pasas trabajando o haciendo ejercicios cuando hace calor hasta que te hayas aclimatado.
  • Toma precauciones si presentas un riesgo mayor. Si tomas medicamentos o tienes una afección que aumenta el riesgo de padecer problemas relacionados con el calor, evita la exposición y actúa rápidamente si observas síntomas de exceso de calor.