Causas

Causas

Si bien se desconoce la causa exacta de la prediabetes, los antecedentes familiares y la genética parecen ser un factor importante. Lo que está claro es que las personas con prediabetes ya no procesan el azúcar (glucosa) correctamente.

La mayor parte de la glucosa en el cuerpo proviene de los alimentos que comes. Cuando se digiere la comida, el azúcar entra en el torrente sanguíneo. La insulina permite que el azúcar entre en las células y reduce la cantidad de glucosa en la sangre.

La insulina es producida por una glándula situada detrás del estómago, llamada páncreas. El páncreas envía insulina a la sangre cuando comes. Cuando el nivel de glucosa en la sangre comienza a bajar, el páncreas ralentiza la secreción de insulina en la sangre.

Cuando tienes prediabetes, este proceso no funciona tan bien. En consecuencia, en lugar de alimentar las células, el azúcar se acumula en el torrente sanguíneo. Esto puede deberse a lo siguiente:

  • El páncreas no produce suficiente insulina
  • Las células se vuelven resistentes a la insulina y no permiten la entrada de tanta azúcar
  • Factores de riesgo

    Factores de riesgo

    Los mismos factores que aumentan las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 también aumentan el riesgo de prediabetes. Estos factores incluyen los siguientes:

    • Peso. El sobrepeso es un factor de riesgo importante de la prediabetes. Cuanto más tejido graso tengas, más resistentes a la insulina se volverán las células.
    • Alimentación. Comer carne roja y carne procesada, y beber bebidas endulzadas con azúcar, se asocia con un mayor riesgo de prediabetes.
    • Inactividad. Cuanta menos actividad física hagas, mayor será el riesgo de prediabetes.
    • Antecedentes familiares. El riesgo de prediabetes aumenta si tu padre, tu madre o un hermano tienen diabetes tipo 2.
    • Diabetes gestacional. Si tuviste diabetes durante el embarazo (diabetes gestacional), tú y tu hijo corren un mayor riesgo de desarrollar prediabetes.
    • Sueño. Las personas con apnea obstructiva del sueño, una afección que produce interrupciones repetidas mientras duermes, tienen un mayor riesgo de resistencia a la insulina.
    • Humo de tabaco. Fumar puede aumentar la resistencia a la insulina y el riesgo de diabetes tipo 2 en personas que tienen prediabetes.

    Diagnóstico

    Diagnóstico

    La Asociación Americana de la Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés) recomienda exámenes de detección de la diabetes para la mayoría de los adultos a partir de los 35 años. La Asociación Americana de la Diabetes aconseja que te hagas exámenes de detección de la diabetes antes de los 35 años si tienes sobrepeso y otros factores de riesgo de la prediabetes o la diabetes tipo 2.

    Si tuviste diabetes gestacional, es probable que el proveedor de atención médica te controle los niveles de glucosa sanguínea al menos una vez cada tres años.

    Hay varios análisis de sangre para detectar la prediabetes.

    • Prueba de hemoglobina glucosilada (A1C). Esta prueba indica el nivel promedio de tu glucosa sanguínea durante los últimos 2 a 3 meses.
    • Análisis de azúcar en sangre en ayunas. Se toma una muestra de sangre después de que no hayas comido durante al menos ocho horas o durante toda la noche (ayuno).

    Tratamiento

    Tratamiento

    Las elecciones de un estilo de vida saludable pueden ayudarte a que el nivel de glucosa en la sangre vuelva a la normalidad, o al menos a evitar que se eleve a los niveles que se observan en la diabetes tipo 2.

    Para evitar que la prediabetes progrese a la diabetes tipo 2, intenta lo siguiente:

    • Comer alimentos saludables. Una dieta con gran cantidad de frutas, verduras, frutos secos, granos integrales y aceite de oliva se asocia con un menor riesgo de prediabetes. Elige alimentos con bajo contenido de grasa y calorías y con alto contenido de fibra. Come una variedad de alimentos que te ayuden a alcanzar tus objetivos sin comprometer el sabor o la nutrición.
    • Ser más activo. La actividad física te ayuda a controlar tu peso, consume azúcar para generar energía y hace que el cuerpo utilice la insulina de manera más eficaz. Intenta realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa a la semana, o una combinación de actividad moderada e intensa.
    • Bajar el exceso de peso. Si tienes sobrepeso, perder solo entre el 5 y el 7 % de tu peso corporal 6,4 kilogramos si pesas 91 kilogramos puede reducir el riesgo de tener diabetes tipo 2. Para mantener tu peso en un rango saludable, concéntrate en los cambios permanentes en los hábitos de alimentación y de ejercicio.
    • Dejar de fumar. Dejar de fumar puede mejorar el funcionamiento de la insulina, lo que mejora el nivel de glucosa en la sangre.
    • Tomar los medicamentos que sean necesarios. También se podrían recetar medicamentos para controlar el colesterol y la presión arterial alta.

    Prevención

    Prevención

    Un estilo de vida saludable puede ayudarte a prevenir la prediabetes y su progresión a diabetes tipo 2, aunque tengas antecedentes familiares de diabetes. Estos incluyen los siguientes:

    • Consumir alimentos saludables
    • Mantenerse activo
    • Perder el exceso de peso
    • Controlar la presión arterial y el colesterol
    • No fumar

    Síntomas

    Preeclampsia

    La preeclampsia es una complicación del embarazo. Es posible que, a causa de la preeclampsia, tengas presión arterial alta, niveles altos de proteína en la orina que indiquen daño renal (proteinuria) u otros signos de daño en los órganos. La preeclampsia, por lo general, comienza luego de las 20 semanas de embarazo en mujeres cuya presión arterial ha estado dentro de los valores normales hasta entonces.

    Si no se trata, la preeclampsia puede generar complicaciones graves, incluso mortales, tanto para la madre como para el bebé.

    Por lo general, se recomienda adelantar el parto. El momento ideal para el parto depende de la gravedad de la preeclampsia y de cuántas semanas tengas de embarazo. Antes del parto, el tratamiento incluye un control riguroso y medicamentos para bajar la presión arterial y tratar las complicaciones.

    La preeclamsia también se puede desarrollar después del nacimiento del bebé, una afección que se conoce como preeclampsia posparto.

    Síntomas

    Las características que definen la preeclampsia son la presión arterial alta, la proteinuria u otros signos de daños renales o en otros órganos. Es posible que no se presenten síntomas. Los primeros signos de preeclampsia suelen detectarse durante las visitas prenatales de rutina con un proveedor de atención médica.

    • Exceso de proteínas en la orina (proteinuria) u otros signos de problemas renales
    • Niveles más bajos de plaquetas en la sangre (trombocitopenia)
    • Aumento de las enzimas hepáticas, que indican problemas en el hígado
    • Dolores de cabeza intensos
    • Cambios en la visión, que incluyen pérdida temporal de esta, visión borrosa o sensibilidad a la luz

    ¿Cuándo consultar al médico?

    Asegúrate de asistir a las consultas prenatales para que el proveedor de atención médica pueda controlar tu presión arterial. Comunícate con el proveedor de atención médica de inmediato o acude a una sala de emergencias si tienes dolores de cabeza intensos, visión borrosa u otra alteración de la vista, dolor intenso en el abdomen o falta de aire grave.

    Factores de riesgo

    Factores de riesgo

    Las siguientes son algunas afecciones relacionadas con un mayor riesgo de preeclampsia:

    • Preeclampsia en un embarazo previo
    • Embarazo múltiple
    • Presión arterial alta crónica (hipertensión)
    • Diabetes tipo 1 o tipo 2 previa al embarazo
    • Enfermedad renal
    • Trastornos autoinmunitarios
    • Uso de fertilización in vitro

    Las afecciones relacionadas con un riesgo moderado de tener preeclampsia incluyen lo siguiente:

    • Primer embarazo con la pareja actual
    • Obesidad
    • Antecedentes familiares de preeclampsia
    • Madre de 35 años o más
    • Complicaciones en un embarazo previo
    • Período de más de 10 años desde el último embarazo

    Causas

    Causas

    La causa exacta de la preeclampsia posiblemente implique varios factores. Los especialistas creen que comienza en la placenta, el órgano que nutre al feto durante el embarazo. En las primeras semanas del embarazo, se forman nuevos vasos sanguíneos y estos evolucionan para suministrar oxígeno y nutrientes a la placenta.

    Cuando una mujer tiene preeclampsia, estos vasos sanguíneos no parecen desarrollarse o funcionar correctamente. Los problemas de circulación de la sangre en la placenta pueden provocar que la presión arterial en la madre no se regule correctamente.

    Otros trastornos de presión arterial alta durante el embarazo son:

    • La hipertensión gestacional es la presión arterial alta que comienza después de la semana 20 sin causar problemas en los riñones u otros órganos. Algunas mujeres con hipertensión gestacional pueden padecer preeclampsia.
    • La hipertensión crónica es la presión arterial alta que estaba presente antes del embarazo o que aparece antes de la semana 20 de embarazo. La presión arterial alta que continúa durante más de tres meses después del embarazo también se denomina “hipertensión crónica”.
    • La hipertensión crónica con preeclampsia superpuesta se produce en mujeres con el diagnóstico de hipertensión crónica desde antes del embarazo, en quienes empeora la hipertensión arterial y que presentan proteína en la orina u otras complicaciones durante el embarazo.

    Tratamiento

    Tratamiento

    El tratamiento principal para la preeclampsia consiste en dar a luz al bebé o controlar la afección hasta que sea el mejor momento para realizar el parto. La decisión que tomes junto con el proveedor de atención médica dependerá de la gravedad de la preeclampsia, la edad gestacional de tu bebé, y la salud general tuya y de tu bebé.

    Si la preeclampsia no es grave, es posible que debas hacer consultas frecuentes al proveedor de atención médica para que te controle la presión arterial, si hay cambios en los signos y síntomas, y la salud de tu bebé. Es probable que te pida que te controles la presión arterial a diario en casa.

    La preeclampsia grave requiere que permanezcas en el hospital para que te controlen la presión arterial y las posibles complicaciones. El proveedor de atención médica controlará con frecuencia el desarrollo y el bienestar de tu bebé.

    Si tienes preeclampsia que no es grave, es posible que el proveedor de atención médica te recomiende el parto prematuro después de la semana 37. Si padeces preeclampsia grave, es probable que el proveedor de atención médica te recomiende realizar el parto antes de la semana 37, según la gravedad de las complicaciones, y la salud y preparación del bebé.

    Luego del parto, se te controlará de cerca para ver si tienes presión arterial alta y otros signos de preeclampsia. Antes de volver a casa, se te indicará que busques atención médica si tienes signos de preeclampsia posparto, como dolor de cabeza intenso, cambios en la visión, dolor fuerte en el abdomen, náuseas y vómitos.

    Diagnóstico

    Diagnóstico

    Se diagnostica preeclampsia si tienes presión arterial alta después de 20 semanas de embarazo y al menos uno de los siguientes síntomas:

    • Proteína en la orina (proteinuria), que indica deficiencia renal
    • Otros signos de problemas renales
    • Bajo recuento de plaquetas
    • Aumento de enzimas hepáticas que indican deficiencia hepática
    • Líquido en los pulmones (edema pulmonar)
    • Dolores de cabeza de reciente aparición que no desaparecen después de tomar un analgésico
    • Alteraciones de la vista recientes

    Si tienes presión arterial alta, el proveedor de atención médica te indicará pruebas adicionales para detectar la presencia de otros signos de preeclampsia:

    • Análisis de sangre. El análisis en laboratorio de una muestra de sangre permite determinar si el hígado y los riñones funcionan adecuadamente.
    • Análisis de orina. El proveedor de atención médica te pedirá una muestra de orina de 24 horas o una única muestra de orina para determinar cómo funcionan los riñones.
    • Ecografía fetal. Las imágenes de tu bebé que se generan durante las ecografías permiten estimar el peso del bebé y la cantidad de líquido en el útero (líquido amniótico).