Prevención

Prevención

Estos hábitos pueden ayudar a prevenir el contagio con esta infección:

  • Lavarse las manos con frecuencia. Enseña a tus hijos la importancia de lavarse las manos.
  • Evitar la exposición. Cúbrete la boca y la nariz al toser o estornudar. Limita el contacto que tenga tu bebé con las personas que tienen fiebre o están resfriadas.
  • Mantener todo limpio. Asegúrate de limpiar las superficies en la cocina y el baño, los pestillos de las puertas, y cualquier asa o mango que se toque. Pon los pañuelos descartables usados en la basura inmediatamente.
  • No compartir el vaso para beber con otros. Usa tu propio vaso o usa vasos desechables cuando estés enfermo o lo esté otra persona. Escribe el nombre de cada persona en su vaso.
  • No fumar. Los bebés que están expuestos al humo de tabaco corren más riesgo de tener el virus respiratorio sincitial con la probabilidad de síntomas de más gravedad. Si fumas, nunca lo hagas dentro de la casa ni en el automóvil.
  • Lavar los juguetes de manera regular. Lávalos especialmente si tu hijo está enfermo, o lo está un compañero suyo de juegos.

Síntomas

Anemia por deficiencia de hierro

La anemia por deficiencia de hierro es un tipo frecuente de anemia, trastorno en el cual la sangre no tiene la cantidad suficiente de glóbulos rojos sanos. Los glóbulos rojos transportan oxígeno a los tejidos del cuerpo.

Como su nombre lo indica, la anemia por deficiencia de hierro se debe a la falta de hierro. En general, se puede corregir con suplementos de hierro. A veces es necesario realizar pruebas o tratamientos adicionales para la anemia por deficiencia de hierro, especialmente, si el médico sospecha que puede haber sangrado interno.

Síntomas

Inicialmente, la anemia ferropénica puede ser tan leve que pasa desapercibida. Pero a medida que el cuerpo se vuelve más deficiente en hierro y la anemia empeora, los signos y síntomas se intensifican.

Los signos y síntomas de la anemia ferropénica pueden incluir:

  • Fatiga extrema
  • Debilidad
  • Piel pálida
  • Dolor torácico, latidos cardíacos rápidos o falta de aliento
  • Dolor de cabeza, mareos o vértigo
  • Manos y pies fríos
  • Inflamación o dolor en la lengua
  • Uñas quebradizas
  • Antojos inusuales de sustancias no nutritivas, como hielo, tierra o almidón
  • Falta de apetito, especialmente en bebés y niños con anemia ferropénica
¿Cuándo consultar al médico?

Si tú o tu hijo desarrollan signos y síntomas que sugieren la presencia de anemia ferropénica, consulta a tu médico. La anemia ferropénica no es algo que se autodiagnostica o trata. Así que consulta a tu médico para obtener un diagnóstico en lugar de tomar suplementos de hierro por tu cuenta. Sobrecargar el cuerpo con hierro puede ser peligroso porque la acumulación excesiva de hierro puede dañar el hígado y causar otras complicaciones.

Causas

Causas

La anemia por deficiencia de hierro ocurre cuando el cuerpo no tiene el hierro necesario para producir hemoglobina. La hemoglobina es la parte de los glóbulos rojos que le da a la sangre el color rojo y que les permite a los glóbulos rojos transportar la sangre oxigenada a través del cuerpo.

Si no consumes suficiente hierro, o si estás perdiendo mucho hierro, tu cuerpo no puede producir la hemoglobina necesaria, y con el tiempo se manifiesta la anemia por deficiencia de hierro.

Las causas de la anemia por deficiencia de hierro comprenden:

  • Pérdida de sangre. La sangre contiene hierro dentro de los glóbulos rojos. Si pierdes sangre, pierdes algo de hierro. Las mujeres con menstruaciones intensas tienen riesgo de padecer anemia por deficiencia de hierro porque pierden sangre durante el período menstrual. La pérdida lenta y continua de sangre dentro del cuerpo (por ejemplo, por una úlcera péptica, hernia de hiato, pólipo en el colon o cáncer colorrectal) puede causar anemia por deficiencia de hierro.
  • Falta de hierro en tu dieta. El cuerpo obtiene regularmente el hierro de los alimentos que comes. Si consumes muy poco hierro, con el tiempo puedes llegar a tener deficiencia de hierro. Algunos ejemplos de alimentos ricos en hierro son carnes, huevos, vegetales de hojas verdes y alimentos fortificados con hierro. Para un buen crecimiento y desarrollo, los lactantes y los niños también necesitan hierro en la dieta.
  • Incapacidad para absorber el hierro. El hierro de los alimentos se absorbe en el intestino delgado y pasa al torrente sanguíneo. Los trastornos intestinales que afectan la capacidad del intestino para absorber nutrientes de los alimentos digeridos, como la celiaquía, pueden causar anemia por deficiencia de hierro. Si has tenido un bypass intestinal o si te han extirpado una parte del intestino delgado mediante cirugía, es posible que se haya afectado tu capacidad de absorber el hierro y otros nutrientes.
  • Embarazo. Si no toman suplementos de hierro, muchas mujeres embarazadas podrían tener anemia por deficiencia de hierro porque sus reservas de hierro tienen que satisfacer la demanda de un mayor volumen de sangre y proporcionar hemoglobina para el feto en desarrollo.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

Los siguientes grupos de personas podrían tener un mayor riesgo de padecer anemia por deficiencia de hierro:

  • Mujeres. Debido a que las mujeres pierden sangre durante la menstruación, en general corren más riesgo de padecer anemia por deficiencia de hierro.
  • Lactantes y niños. Los bebés, especialmente los prematuros o los de bajo peso al nacer, que no obtienen el hierro suficiente de la leche materna o maternizada pueden correr riesgo de padecer deficiencia de hierro. Los niños necesitan una cantidad adicional de hierro durante los períodos de crecimiento.
  • Vegetarianos. Las personas que no comen carne pueden tener mayor riesgo de padecer anemia por deficiencia de hierro si no ingieren otros alimentos ricos en hierro.
  • Donantes de sangre frecuentes. Las personas que donan sangre regularmente pueden tener un mayor riesgo de padecer anemia por deficiencia de hierro debido a que donar sangre puede agotar las reservas de hierro. Un nivel bajo de hemoglobina relacionado con la donación de sangre puede ser un problema temporal que se soluciona comiendo más alimentos ricos en hierro.

Diagnóstico

Diagnóstico

Para diagnosticar la anemia por deficiencia de hierro, el médico puede hacer pruebas para detectar lo siguiente:

  • Tamaño y color de los glóbulos rojos. En la anemia por deficiencia de hierro, los glóbulos rojos son más pequeños y de color más pálido de lo normal.
  • Hematocrito. Este es el porcentaje de tu volumen sanguíneo compuesto por glóbulos rojos. Los niveles normales varían generalmente entre 35,5 y 44,9 % en las mujeres adultas y entre 38,3 y 48,6 % en los hombres adultos. Estos valores pueden cambiar según la edad.
  • Hemoglobina. Los niveles de hemoglobina inferiores a los normales indican anemia. El rango normal de hemoglobina varía generalmente de 13,2 a 16,6 gramos (g) de hemoglobina por decilitro (dL) de sangre en los hombres y de 11,6 a 15 gramos por decilitro en las mujeres.
  • Ferritina. Esta proteína ayuda a almacenar hierro en el cuerpo, y un nivel bajo de ferritina, por lo general, indica un nivel bajo de reservas de hierro.

Tratamiento

Tratamiento

Para tratar la anemia por deficiencia de hierro, el médico puede recomendarte que tomes suplementos de hierro. El médico también tratará la causa de fondo de la deficiencia de hierro si fuera necesario.

  • Toma los comprimidos de hierro con el estómago vacío. Si es posible, toma los comprimidos de hierro con el estómago vacío. Sin embargo, debido a que los comprimidos de hierro pueden causar malestar estomacal, es posible que debas tomarlos con las comidas.
  • No tomes hierro con antiácidos. Los medicamentos que alivian inmediatamente los síntomas de la acidez estomacal pueden interferir con la absorción de hierro. Toma el hierro dos horas antes o cuatro horas después de tomar los antiácidos.
  • Toma los comprimidos de hierro con vitamina C. La vitamina C mejora la absorción del hierro. Tu médico podría recomendarte tomar los comprimidos de hierro con un vaso de jugo de naranja o con un suplemento de vitamina C.

Los suplementos de hierro pueden causar estreñimiento, por lo que el médico también puede recomendar un laxante emoliente. El hierro puede hacer que tus heces se vuelvan negras, lo cual es un efecto secundario inofensivo.

La deficiencia de hierro no se puede corregir de la noche a la mañana. Es posible que necesites tomar suplementos de hierro durante varios meses o más para reponer tus reservas de hierro. Generalmente, comenzarás a sentirte mejor después de una semana de tratamiento.

Prevención

Prevención

Puedes reducir tu riesgo de anemia por deficiencia de hierro eligiendo alimentos ricos en hierro.

Los siguientes son algunos alimentos ricos en hierro:

  • Carne roja, carne de cerdo y aves de corral
  • Mariscos
  • Vegetales de hojas verdes oscuras, como la espinaca
  • Frutas desecadas, como uvas pasas y chabacanos (albaricoques, damascos)
  • Cereales, panes y fideos fortificados con hierro
    • Tu cuerpo absorbe más hierro de la carne que de otras fuentes. Si eliges no comer carne, es posible que necesites aumentar el consumo de alimentos vegetales ricos en hierro para absorber la misma cantidad de hierro que alguien que come carne.

      Puedes mejorar la absorción de hierro en el cuerpo tomando jugo de cítricos o comiendo otros alimentos ricos en vitamina C al mismo tiempo que ingieres alimentos ricos en hierro. La vitamina C en los jugos cítricos, como el jugo de naranja, ayuda al cuerpo a absorber mejor el hierro de la dieta.

Síntomas

Alergia alimentaria

Una alergia alimentaria es una reacción del sistema inmunitario que se presenta poco después de haber ingerido un determinado alimento. Incluso una pequeña cantidad del alimento que causa la alergia puede desencadenar síntomas, como problemas digestivos, urticaria o inflamación de las vías respiratorias. En algunos casos, una alergia alimentaria puede ocasionar síntomas graves o, incluso, anafilaxia, que es una reacción que puede poner en riesgo la vida.

Se calcula que la alergia alimentaria afecta al 8 % de los niños menores de 5 años y hasta al 4 % de los adultos. A pesar de que no existe cura, algunos niños superan sus alergias alimentarias cuando crecen.

Síntomas

Los síntomas de alergia alimentaria más comunes incluyen los siguientes:

  • Hormigueo o comezón en la boca
  • Urticaria, comezón o eccema
  • Hinchazón de los labios, la cara, la lengua y la garganta o de otras partes del cuerpo
  • Sibilancia, congestión nasal o dificultad para respirar
  • Dolor en el abdomen, diarrea, náuseas o vómitos
  • Mareos, aturdimiento o desmayos
Anafilaxia

En algunas personas, una alergia alimentaria puede causar anafilaxia, que es una reacción alérgica grave. Esta puede producir síntomas mortales, entre ellos:

  • Constricción y opresión de las vías respiratorias
  • Inflamación o sensación de un nudo en la garganta que dificulta la respiración
  • Estado de choque debido a un descenso abrupto de la presión arterial
  • Mareos, aturdimiento o pérdida del conocimiento

En casos de anafilaxia, el tratamiento de emergencia es fundamental. Si no se trata, la anafilaxia puede causar un estado de coma o incluso la muerte.

¿Cuándo consultar al médico?

Consulta a tu médico si tienes síntomas de alergia alimentaria inmediatamente después de comer. Esto puede ayudar a hacer un diagnóstico.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

Algunos factores de riesgo para alergia alimentaria incluyen los siguientes:

  • Antecedentes familiares. Si en tu familia son comunes el asma, el eccema, la urticaria o las alergias como la rinitis alérgica, tendrás un mayor riesgo de alergia alimentaria.
  • Otras alergias. Si ya eres alérgico a algún alimento en particular, es posible que tengas un mayor riesgo de ser alérgico a otro. Asimismo, si ya tienes otros tipos de reacciones alérgicas, como rinitis alérgica o eccema, tu riesgo de padecer alergia alimentaria será mayor.
  • Edad. Las alergias alimentarias son más comunes en niños, especialmente en bebés y niños pequeños. A medida que los niños crecen, sus aparatos digestivos maduran y es menos probable que sus cuerpos absorban alimentos o ingredientes que desencadenen alergias. Los niños generalmente superan las alergias a la leche, la soja, el trigo y los huevos cuando crecen. Las alergias graves y las alergias a los frutos secos y a los mariscos suelen ser de por vida.
  • Asma. El asma y las alergias alimentarias comúnmente se manifiestan juntas. En estos casos, es probable que los síntomas de ambas, tanto de las alergias alimentarias como del asma, sean graves.

Diagnóstico

Diagnóstico

No existe una prueba infalible para confirmar o descartar una alergia alimentaria. Tu equipo de atención médica considerará algunos factores antes de hacer un diagnóstico. Estos factores incluyen los siguientes:

  • Tus síntomas. Explícale detalladamente al equipo de atención médica los antecedentes de tus síntomas o los de tu hijo (qué alimentos y en qué cantidades parecen causar problemas).
  • Tus antecedentes familiares de alergias. Comparte también información sobre los miembros de tu familia que tengan algún tipo de alergia.
  • Un examen físico. Con frecuencia, un examen minucioso puede ayudar a identificar o descartar otros problemas médicos.
  • Una prueba cutánea. Una prueba de punción epidérmica puede determinar tu reacción a un alimento en particular. Para esta prueba, se coloca sobre la piel del antebrazo o la espalda una pequeña cantidad del alimento del que se sospecha que podría causar una reacción alérgica. Si eres alérgico a la sustancia que se está probando, te aparecerá un pequeño bulto o una reacción. Sin embargo, una reacción positiva a esta prueba no es suficiente para confirmar una alergia al alimento en cuestión.
  • Un análisis de sangre. Un análisis de sangre puede medir la respuesta del sistema inmunitario ante un alimento en particular, ya que mide un anticuerpo, denominado inmunoglobulina E, que se relaciona con las alergias.