Tratamiento

Tratamiento

El tratamiento de la apendicitis suele consistir en una intervención quirúrgica para extirpar el apéndice. Antes de la intervención, es posible que te administren antibióticos para tratar la infección.

La apendicectomía es una intervención quirúrgica para extirpar el apéndice. La apendicectomía puede realizarse como cirugía abierta mediante un corte abdominal de entre 2 y 4 pulgadas (de 5 a 10 cm) de longitud. Esto se conoce como laparotomía. La cirugía también puede realizarse a través de unos pequeños cortes abdominales. Eso se conoce como cirugía laparoscópica. Durante la apendectomía laparoscópica, el cirujano coloca instrumentos quirúrgicos especiales y una cámara de video en el abdomen para extirpar el apéndice.

En general, la cirugía laparoscópica permite tener una recuperación más rápida y una fase de curación con menos dolor y cicatrices. Puede ser mejor para los adultos mayores y las personas con obesidad.

Pero este tipo de cirugía no es el más adecuado para todos los casos. Es posible que necesites una apendicectomía abierta si el apéndice se ha roto y la infección se ha extendido más allá del apéndice, o si tienes un absceso. La apendicectomía abierta permite al cirujano limpiar la cavidad abdominal.

Si el apéndice ha reventado y se ha formado un absceso a su alrededor, es posible drenarlo. Para drenarlo, se coloca una sonda a través de la piel hasta el absceso. La apendicectomía puede realizarse varias semanas después, una vez controlada la infección.

Si la apendicitis no es grave y no requiere cirugía, pueden utilizarse solo antibióticos. Sin embargo, si no se extirpa el apéndice, hay más probabilidades de que la apendicitis reaparezca.

Prevención

Prevención

La apendicitis es difícil de prevenir debido a que sus causas no están completamente claras, y en muchos casos, ocurre de manera impredecible. Sin embargo, hay ciertas prácticas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar apendicitis, principalmente mediante el mantenimiento de una buena salud digestiva. Sigue estas recomendaciones:

  • Incluir en tu dieta una variedad de frutas y verduras frescas que son ricas en fibra, como manzanas, peras, zanahorias, brócoli, y espinacas.
  • Incorporar alimentos como frijoles, lentejas, garbanzos, almendras, y nueces, que también son buenas fuentes de fibra.
  • Mantenerse bien hidratado ayuda a prevenir el estreñimiento, lo que reduce el riesgo de obstrucción en el apéndice.
  • Hacer ejercicio regularmente mejora la motilidad intestinal y ayuda a prevenir el estreñimiento.
  • Actividades como caminar, nadar, andar en bicicleta, y hacer yoga son beneficiosas para mantener un sistema digestivo saludable.
  • Practicar técnicas como la meditación, la respiración profunda, y el yoga puede ayudar a reducir el estrés, lo que a su vez puede tener un efecto positivo en la salud digestiva.

Síntomas

Ataque cardíaco

El ataque cardíaco se produce cuando se bloquea o se reduce gravemente el flujo de sangre que va al corazón. Por lo general, la obstrucción se debe a una acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las arterias del corazón (coronarias). Los depósitos de grasa que contienen colesterol se llaman placas. El proceso de acumulación de placas se llama ateroesclerosis.

A veces, una placa puede romperse y formar un coágulo que bloquea el flujo de sangre. La interrupción del flujo de sangre puede dañar o destruir una parte del músculo cardíaco.

El ataque cardíaco también se conoce como infarto de miocardio.

Si se produce un ataque cardíaco, es necesario recibir tratamiento de inmediato a fin de evitar la muerte. Llama al 911 o busca atención médica de emergencia si crees que estás teniendo un ataque cardíaco.

Síntomas

Los síntomas de un ataque cardíaco varían. En algunas personas, estos síntomas son leves. Otras personas tienen síntomas graves. Algunas personas no presentan síntomas.

Los síntomas frecuentes de un ataque cardíaco incluyen:

  • Dolor en el pecho que puede sentirse como presión, opresión, dolor, o sensación opresiva o de dolor
  • Dolor o molestias que se propagan al hombro, al brazo, a la espalda, al cuello, a la mandíbula, a los dientes o, a veces, a la parte superior del abdomen
  • Sudor frío
  • Fatiga
  • Acidez estomacal o indigestión
  • Aturdimiento o mareos repentinos
  • Náusea
  • Falta de aire
  • Problemas físicos inexplicables, como dolor de espalda o de cabeza

¿Cuándo consultar al médico?

Busca ayuda de inmediato si crees que estás teniendo un ataque cardíaco. Adopta las siguientes medidas:

  • Llama a emergencias. Si crees que estás teniendo un ataque cardíaco, llama inmediatamente al 911 o al número de emergencia local.
  • Toma aspirina, si el médico lo recomienda. El consumo de aspirina durante un ataque cardíaco podría reducir el daño cardíaco al evitar que la sangre forme coágulos.
  • La aspirina puede interactuar con otros medicamentos, así que no la tomes a menos que un médico lo indique.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo de un ataque cardíaco, se incluyen los siguientes:

  • Edad. Los hombres mayores de 45 años y las mujeres mayores de 55 años tienen una mayor probabilidad de tener un ataque cardíaco que los hombres y las mujeres más jóvenes.
  • Consumo de tabaco. Se incluye fumar y la exposición por largo tiempo al humo de segunda mano. Si fumas, deja de hacerlo.
  • Presión arterial alta. Con el tiempo, la presión arterial alta pude dañar las arterias que conducen al corazón.
  • Niveles elevados de colesterol o triglicéridos. Es muy probable que un nivel alto de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (el colesterol «malo») estreche las arterias.
  • Obesidad. La obesidad está asociada con la presión arterial alta, la diabetes, niveles altos de triglicéridos o colesterol malo y niveles bajos de colesterol bueno.
  • Diabetes. Los niveles altos de glucosa sanguínea aumentan el riesgo de tener un ataque cardíaco.
  • Falta de ejercicio. La falta de actividad física (estilo de vida sedentario) está relacionada con un mayor riesgo de sufrir ataques cardíacos. Hacer ejercicio de forma regular mejora la salud del corazón.
  • Dieta no saludable. Llevar una dieta con alto contenido de azúcar, grasas animales, alimentos procesados, grasas trans y sal aumenta el riesgo de tener un ataque cardíaco. Come mucha cantidad de frutas, verduras, fibra y aceites saludables.
  • Estrés. El estrés emocional, como la ira extrema, puede aumentar el riesgo de tener un ataque cardíaco.

Diagnóstico

Diagnóstico

Idealmente, el proveedor de atención médica debe examinarte durante los exámenes periódicos en busca de factores de riesgo que puedan ocasionar un ataque cardíaco.

A menudo, un ataque cardíaco se diagnostica en un entorno de emergencias. Si tuviste o tienes un ataque cardíaco, los proveedores de atención médica tomarán medidas inmediatas para tratar tu afección. Si puedes responder preguntas, es posible que te pregunten sobre tus síntomas y tus antecedentes médicos.

El diagnóstico de un ataque cardíaco incluye controlar la presión arterial, el pulso y la temperatura. Se hacen pruebas para determinar cómo está latiendo el corazón y revisar el estado general de salud.

Las pruebas para diagnosticar un ataque cardíaco incluyen las siguientes:

  • Electrocardiograma (ECG). Esta primera prueba para diagnosticar un ataque cardíaco registra las señales eléctricas a medida que se desplazan por el corazón. Se colocan parches adhesivos (electrodos) en el pecho y, a veces, en los brazos y las piernas. Las señales se registran como ondas y se muestran en una pantalla o se imprimen en papel. Un electrocardiograma puede mostrar si estás teniendo o has tenido un ataque cardíaco.
  • Análisis de sangre. Algunas proteínas cardíacas se filtran lentamente a la sangre después del daño ocasionado por un ataque cardíaco. Se pueden hacer análisis de sangre para comprobar la presencia de estas proteínas (marcadores cardíacos).
  • Radiografía de tórax. La radiografía de tórax muestra la condición y el tamaño del corazón y los pulmones.
  • Ecocardiograma. Las ondas sonoras (ecografía) crean imágenes del corazón en movimiento. Esta prueba puede mostrar el flujo sanguíneo a través del corazón y las válvulas cardíacas. Un ecocardiograma puede ayudar a identificar si un área del corazón está dañada.

Causas

Causas

La enfermedad de las arterias coronarias causa la mayoría de los ataques cardíacos. En la enfermedad de las arterias coronarias, una o más de las arterias del corazón (coronarias) están obstruidas. Esto usualmente se debe a los depósitos de colesterol llamados placas. Las placas estrechan las arterias y disminuyen el flujo sanguíneo al corazón.

Si se rompe una placa puede ocasionar un coágulo sanguíneo en el corazón. Se puede producir un ataque cardíaco por una obstrucción total o parcial de una arteria del corazón (coronaria).

No todos los ataques cardíacos se deben a obstrucciones en las arterias. Otras causas incluyen las siguientes:

  • Espasmo de la arteria coronaria. Consiste en una constricción grave de un vaso sanguíneo que no está obstruido. La arteria generalmente tiene placas de colesterol o hay un endurecimiento prematuro del vaso sanguíneo por causa de fumar u otros factores de riesgo.
  • Determinadas infecciones. La COVID-19 y otras infecciones virales pueden dañar el músculo cardíaco.
  • Disección espontánea de la arteria coronaria. Esta afección que pone en riesgo la vida se debe a una rotura en el interior de una arteria del corazón.

Causas

Causas

No existe una causa única o simple que lleve a alguien a autolesionarse. En general, las autolesiones pueden deberse a lo siguiente:

  • Falta de capacidad para afrontar una situación difícil. Las autolesiones que no están relacionadas con el suicidio suelen ser el resultado de no poder afrontar el estrés y el dolor emocional de una forma saludable.
  • Dificultad para gestionar las emociones. Tener dificultades para controlar, expresar o comprender las emociones puede llevar a la autolesión. La mezcla de emociones que desencadena la autolesión es compleja. Por ejemplo, puede haber sentimientos de inutilidad, soledad, pánico, ira, culpa, rechazo y autodesprecio. Haber recibido acoso o tener dudas sobre la identidad sexual puede ser parte de la mezcla de emociones.

La autolesión puede ser un intento de lograr lo siguiente:

  • Gestionar o reducir un sufrimiento emocional o ansiedad extremos y brindar una sensación de alivio.
  • Distraerse de las emociones dolorosas a través del dolor físico.
  • Sentir control sobre el propio cuerpo, sentimientos o situaciones de la vida.
  • Externalizar sentimientos internos.
  • Comunicar sentimientos de estrés o depresión al mundo exterior.
  • Castigarse a uno mismo.

Tratamiento

Tratamiento

Cada minuto que pasa después de tener un ataque cardíaco, se daña o muere más tejido cardíaco. Es necesario el tratamiento de urgencia para corregir el flujo sanguíneo y restablecer los niveles de oxígeno. El tratamiento específico para el ataque cardíaco depende de si la obstrucción del flujo sanguíneo es parcial o total.

Si tuviste un ataque cardíaco, se puede hacer una cirugía o un procedimiento para abrir la arteria bloqueada. Las cirugías y los procedimientos para tratar un ataque cardíaco incluyen:

  • Angioplastia coronaria y colocación de estents. Este procedimiento se realiza para abrir las arterias cardíacas obstruidas.
  • Cirugía de baipás de las arterias coronarias. Esta es una cirugía a corazón abierto. El cirujano toma un vaso sanguíneo sano de otra parte del cuerpo para crear una nueva vía para la sangre en el corazón.
Rehabilitación cardíaca

La rehabilitación cardíaca es un programa de ejercicio educativo y personalizado que te enseña formas de mejorar la salud del corazón después de la cirugía cardíaca. Se centra en hacer ejercicio, seguir una dieta saludable para el corazón, manejar el estrés y regresar poco a poco a las actividades habituales.

Autocuidados

Si quieres mejorar la salud del corazón, sigue estos pasos:

  • Haz ejercicio. El ejercicio regular ayuda a mejorar la salud del corazón. Como meta general, procura realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada o intensa cinco o más días a la semana.
  • Adopta una alimentación saludable para el corazón. Evita o limita las comidas con muchas grasas saturadas, grasa trans, sal y azúcar.
  • Mantén un peso saludable. El exceso de peso sobrecarga al corazón. El sobrepeso aumenta el riesgo de colesterol alto, presión arterial alta y diabetes.
  • No fumes. Lo más importante que puedes hacer para mejorar la salud del corazón es dejar de fumar.
  • Limita el consumo de alcohol. Si eliges beber alcohol, hazlo con moderación.
  • Controla la presión arterial, el colesterol y la glucosa en la sangre. Consulta con el proveedor de atención médica con qué frecuencia debes controlarte la presión arterial, la glucosa en la sangre y los niveles de colesterol.
  • Controla el estrés. Busca maneras de reducir el estrés emocional. Hacer más ejercicio, practicar la atención plena y conectarte con otras personas en grupos de apoyo son algunas maneras de aliviar el estrés.

Prevención

Prevención

Nunca es demasiado tarde para tomar medidas para prevenir un ataque cardíaco, incluso si ya has tenido uno. A continuación, te presentamos maneras de prevenir un ataque cardíaco.

  • Mantén un estilo de vida saludable. No fumes. Mantén un peso saludable con una dieta saludable para el corazón. Haz ejercicio con regularidad y controla el estrés.
  • Controla otras afecciones médicas. Algunas afecciones, como la presión arterial alta y la diabetes, pueden aumentar el riesgo de sufrir ataques cardíacos. Consulta al proveedor de atención médica con qué frecuencia debes controlarte.
  • Toma los medicamentos según lo indicado. El proveedor de atención médica puede recetar medicamentos para proteger y mejorar la salud del corazón.

También se recomienda aprender a hacer reanimación cardiopulmonar correctamente para que puedas ayudar a una persona que está teniendo un ataque cardíaco. Considera hacer un curso acreditado de primeros auxilios en el que te enseñen a hacer reanimación cardiopulmonar y a utilizar un desfibrilador externo automático.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

Si bien los adolescentes y los adultos jóvenes tienen más probabilidades de autolesionarse, hay personas de otras edades que también lo hacen. Las autolesiones suelen comenzar en la preadolescencia o en los primeros años de la adolescencia, cuando hay cambios emocionales rápidos, frecuentes e inesperados. Durante este tiempo, los adolescentes enfrentan una mayor presión de grupo, soledad y conflictos con los padres u otras figuras de autoridad.

Estos son algunos de los factores que pueden incrementar el riesgo de autolesiones:

  • Tener amigos que se autolesionan. Tener amigos que se lesionan intencionalmente hace que sea más probable que una persona comience a hacerlo.
  • Problemas en la vida. Las experiencias pasadas de descuido, abuso emocional, físico o sexual u otros eventos traumáticos pueden incrementar el riesgo de autolesiones, al igual que crecer y permanecer en un entorno familiar inestable. Otros factores de riesgo son cuestionarse la identidad personal o sexual y el aislamiento social.
  • Problemas de salud mental. Ser demasiado autocrítico y tener dificultades para resolver problemas aumentan el riesgo de autolesiones. Además, las autolesiones suelen vincularse con determinadas enfermedades de salud mental, como trastorno límite de la personalidad, depresión, trastornos de ansiedad, trastorno por estrés postraumático y trastornos alimentarios.
  • Consumo de alcohol o drogas ilícitas. Estar bajo la influencia del alcohol o las drogas ilícitas recreativas puede aumentar el riesgo de autolesiones.