Hiperplasia prostática benigna
Aspectos básicos
La hiperplasia prostática benigna (HPB) es común. Afecta aproximadamente a la mitad de los varones después de los 60 años, y a 90 por ciento de los varones después de los 80 años.
La glándula prostática tiende a crecer con la edad, empezando a los 50 años.
La gravedad de los síntomas varía y podría incluir:
- Chorro de orina débil.
- Dificultad para empezar a orinar
- Detenerse y empezar nuevamente mientras orina.
- Goteo al final de la diuresis.
- Una necesidad frecuente o urgente de orinar.
- Aumento de la diuresis en la noche (nicturia).
- Incapacidad para vaciar por completo la vejiga.
- Sangre en la orina (hematuria).
- Infección del tracto urinario.
Conforme los tejidos de la glándula crecen, a menudo comprimen la uretra y bloquean parcialmente el flujo de orina. Si presentas problemas urinarios, busca consejo médico. Él puede ayudarte a determinar si tienes HPB y si los síntomas ameritan tratamiento.
Factores de riesgo
El principal factor de riesgo para la HPB es la edad. Mientras mayor seas, más probable es que se presente esta condición. Otros factores de riesgo incluyen:
- Herencia. La historia familiar de crecimiento prostático puede aumentar las probabilidades de desarrollar problemas de próstata.
- Estado marital. Por razones que no se conocen, los varones casados tienen más probabilidad de presentar crecimiento prostático que los solteros.
Tratamiento
El tratamiento de la HPB depende de su gravedad y de la preferencia del paciente.
Si los síntomas son leves y no molestan, el paciente y el médico podrían decidir que la vigilancia expectante es lo adecuado. El médico debe evaluar periódicamente los síntomas para ver si permanecen iguales o empeoran.
La terapia medicamentosa es el método más común para controlar los síntomas moderados de HPB.
Los alfa bloqueadores mejoran el flujo de orina al relajar los músculos en el área de la glándula prostática. Por lo general son los más efectivos para aliviar los síntomas.
Si la terapia medicamentosa no da alivio, o si desarrolla factores que complican, como retención urinaria, sangrado por la uretra o cálculos en la vejiga, la cirugía podría ser una opción.
¿Qué puedes hacer?
- Deja de tomar agua y otras bebidas después de las 7:00 p.m. Esto reducirá la necesidad de ir al baño en la noche. En particular, evita bebidas que contienen cafeína.
- Orina todo lo que puedas cada vez que vayas al baño.
- Limita el consumo de alcohol. El alcohol aumenta la producción de orina e irrita a la vejiga.
- Mantente activo. Incluso una pequeña cantidad de ejercicio puede reducir los problemas urinarios causados por una próstata crecida.

Cerca de 80 por ciento de los ataques vasculares cerebrales son ataques isquémicos.
Para reducir el riesgo de ataque vascular cerebral, desarrolla buenos hábitos de salud.
Incontinencia por rebosamiento. La uretra está bloqueada debido a que los músculos de la vejiga no se contraen con fuerza con la suficiente frecuencia para mantener una diuresis normal.
Conforme avanza la edad, la vagina tarda más tiempo en congestionarse y lubricarse cuando está sexualmente excitada. La abertura de la vagina también se puede estrechar y hacerse menos elástico su interior.
Los hombres pueden notar que los orgasmos son menos intensos, el volumen de la eyaculación se reduce y el tiempo de recuperación entre erecciones aumenta
Consumo de tabaco. Las sustancias químicas en el tabaco pueden dañar el recubrimiento de las paredes arteriales, haciendo que se formen depósitos grasos (placas) que contienen colesterol dentro de las arterias.
Toma de presión arterial. La presión arterial alta se puede detectar fácilmente y, una vez que sabes que la tienes, puedes trabajar con el médico para controlarla.
Pérdida de masa ósea.A medida que las personas envejecen, la masa ósea se pierde más rápido de lo que se crea.
Infección viral la causa más común. El virus invasor puede dañar a la membrana mucosa que recubre al intestino delgado, alterando la absorción de líquidos y nutrientes.
Síndrome de Intestino Irritable. Algunos investigadores piensan que la condición está relacionada con los nervios en los intestinos que controlan las sensaciones.