Hiperplasia prostática benigna

Hiperplasia prostática benigna

Aspectos básicos

La hiperplasia prostática benigna (HPB) es común. Afecta aproximadamente a la mitad de los varones después de los 60 años, y a 90 por ciento de los varones después de los 80 años.

La glándula prostática tiende a crecer con la edad, empezando a los 50 años.
La gravedad de los síntomas varía y podría incluir:

  • Chorro de orina débil.
  • Dificultad para empezar a orinar
  • Detenerse y empezar nuevamente mientras orina.
  • Goteo al final de la diuresis.
  • Una necesidad frecuente o urgente de orinar.
  • Aumento de la diuresis en la noche (nicturia).
  • Incapacidad para vaciar por completo la vejiga.
  • Sangre en la orina (hematuria).
  • Infección del tracto urinario.
Conforme los tejidos de la glándula crecen, a menudo comprimen la uretra y bloquean parcialmente el flujo de orina.
Si presentas problemas urinarios, busca consejo médico. Él puede ayudarte a determinar si tienes HPB y si los síntomas ameritan tratamiento.

Factores de riesgo

El principal factor de riesgo para la HPB es la edad. Mientras mayor seas, más probable es que se presente esta condición. Otros factores de riesgo incluyen:

  • Herencia. La historia familiar de crecimiento prostático puede aumentar las probabilidades de desarrollar problemas de próstata.
  • Estado marital. Por razones que no se conocen, los varones casados tienen más probabilidad de presentar crecimiento prostático que los solteros.

Tratamiento

El tratamiento de la HPB depende de su gravedad y de la preferencia del paciente.
Si los síntomas son leves y no molestan, el paciente y el médico podrían decidir que la vigilancia expectante es lo adecuado. El médico debe evaluar periódicamente los síntomas para ver si permanecen iguales o empeoran.
La terapia medicamentosa es el método más común para controlar los síntomas moderados de HPB.

Los alfa bloqueadores mejoran el flujo de orina al relajar los músculos en el área de la glándula prostática. Por lo general son los más efectivos para aliviar los síntomas.

Si la terapia medicamentosa no da alivio, o si desarrolla factores que complican, como retención urinaria, sangrado por la uretra o cálculos en la vejiga, la cirugía podría ser una opción.

¿Qué puedes hacer?

  • Deja de tomar agua y otras bebidas después de las 7:00 p.m. Esto reducirá la necesidad de ir al baño en la noche. En particular, evita bebidas que contienen cafeína.
  • Orina todo lo que puedas cada vez que vayas al baño.
  • Limita el consumo de alcohol. El alcohol aumenta la producción de orina e irrita a la vejiga.
  • Mantente activo. Incluso una pequeña cantidad de ejercicio puede reducir los problemas urinarios causados por una próstata crecida.

Evento vascular cerebral

Evento vascular cerebral

Aspectos básicos

El ataque vascular cerebral es el nombre común para varios trastornos que se presentan segundos o minutos después de que se altera el suministro de sangre al cerebro.

Se presenta cuando el flujo sanguíneo al cerebro se bloquea o se derrama sangre en el cerebro o en los tejidos subyacentes. En unos minutos a unas horas, las células cerebrales empiezan a morir.

Los ataques isquémicos se presentan cuando coágulos sanguíneos u otras partículas bloquean arterias en el cerebro y producen una reducción grave en el flujo sanguíneo (isquemia). Un ataque hemorrágico se presenta cuando un vaso sanguíneo en el cerebro presenta una fuga o se rompe.

Los signos y síntomas más comunes de ataque vascular cerebral incluyen:

  • Entumecimiento, debilidad, o parálisis súbitos de la cara, brazo o pierna —por lo general en un lado del cuerpo.
  • Pérdida del lenguaje, o problemas para hablar o comprender el lenguaje
  • Visión borrosa, doble o disminuida súbitamente.
  • Mareo, pérdida del equilibrio o de la coordinación.
  • Dolor de cabeza intenso súbito o dolor de cabeza inusual, el cual se puede acompañar de cuello rígido, dolor facial, vómito o alteración de la conciencia.
  • Confusión o problemas con memoria, orientación espacial o percepción.

En la mayoría de las personas, un ataque vascular cerebral no da avisos.

Cerca de 80 por ciento de los ataques vasculares cerebrales son ataques isquémicos.

Factores de riesgo

  • El riesgo de ataque vascular cerebral se duplica con cada década después de los 35 años.
  • El ataque vascular cerebral afecta a varones y mujeres casi por igual. Pero las mujeres tienen más probabilidad de morir por ataque vascular cerebral que los varones.
  • Historia familiar. El riesgo es ligeramente mayor si uno de los padres o hermanos ha tenido ataque vascular cerebral.
  • Presión arterial alta. La presión arterial alta (hipertensión) puede dañar a los vasos sanguíneos dentro y alrededor del cerebro y aumentar la probabilidad de la formación de placa (aterosclerosis), haciendo que se estrechen o bloqueen las arterias.
  • Niveles indeseables de colesterol sanguíneo. Los niveles altos de colesterol de lipoproteína de baja densidad aumentan el riesgo de estrechamiento o bloqueo de arterias, incluyendo a las que llegan al cerebro.
  • Tabaquismo. Si fumas, el riesgo de ataque vascular cerebral puede ser de dos a tres veces mayor que si no lo haces.
  • Estilo de vida sedentario. La falta de actividad física regular aumenta el riesgo de ataque vascular cerebral.

Tratamiento

Para tratar un ataque isquémico, los médicos deben eliminar la obstrucción y restablecer el flujo sanguíneo al cerebro. Varios medicamentos pueden ser favorables:

  • Antiplaquetarios. Estos medicamentos reducen la tendencia de la sangre a coagularse al evitar que las plaquetas se adhieran conforme pasan a través de las arterias estrechas.
  • Anticoagulantes. El medicamento heparina funciona inmediatamente y se puede inyectar para reducir la coagulación
  • El tratamiento para ataque vascular cerebral hemorrágico por lo general incluye controlar la presión arterial y limitar los líquidos, y posiblemente medicamentos para minimizar el edema de los tejidos. La cirugía puede ser necesaria para reparar la ruptura.

¿Qué puedes hacer?

  • Consume una dieta saludable para el cerebro. Los alimentos que podrían ofrecer cierta protección contra ataque vascular cerebral incluyen frutas, verduras, avena, frijoles, productos de soja y alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 como pescado graso.
  • Consume menos colesterol y grasa saturada. Si no puedes controlar el colesterol con cambios en la dieta, podría necesitar medicamentos.
  • Mantén un peso saludable. Tener sobrepeso contribuye con otros factores de riesgo para ataque vascular cerebral.
  • Ejercítate regularmente. Esto puede reducir la presión arterial, aumentar el nivel de colesterol “bueno” y mejorar la salud general de los vasos sanguíneos y el corazón.
Para reducir el riesgo de ataque vascular cerebral, desarrolla buenos hábitos de salud.

Incontinencia urinaria

Incontinencia urinaria

Aspectos básicos

Incontinencia urinaria se refiere a la incapacidad para mantener la orina en la vejiga hasta el momento de ir al baño, lo cual da como resultado un accidente. Hay cinco tipos diferentes:

  • Con la incontinencia por estrés se fuga la orina cuando se tose o estornuda debido a que los músculos pélvicos y los tejidos están demasiado débiles para soportar las presiones en la vejiga.
  • Con la incontinencia de urgencia, el músculo de la vejiga se contrae involuntariamente, haciendo que la orina se fugue.
  • Incontinencia mixta significa tener más de un tipo, por lo general incontinencia por estrés y de urgencia.
  • La incontinencia por rebosamiento se origina de la incapacidad para vaciar completamente la vejiga, a menudo debido a que la uretra está bloqueada de alguna manera o debido a que los músculos de la vejiga no se contraen con fuerza con la suficiente frecuencia para mantener una diuresis normal.
Incontinencia por rebosamiento. La uretra está bloqueada debido a que los músculos de la vejiga no se contraen con fuerza con la suficiente frecuencia para mantener una diuresis normal.

Factores de riesgo

  • Excesiva ingesta de líquidos. Esto aumenta la cantidad de orina que la vejiga tiene que contener y puede dar como resultado un accidente ocasional.
  • Ingesta inadecuada de líquidos. Esto puede producir que los desechos se concentren en la orina, lo cual puede causar urgencia y frecuencia urinaria.
  • Consumo excesivo de irritantes de la vejiga. Las bebidas carbonatadas, el té, el café, los cítricos, los jugos y los endulzantes artificiales son culpables frecuentes.
  • Ingesta excesiva de alcohol o cafeína. Al igual que los diuréticos, la cafeína y el alcohol hacen que la vejiga se llene rápidamente, desencadenando una necesidad urgente y algunas veces incontrolable de orinar.
  • Infección del tracto urinario. Esta condición común puede producir irritación de la vejiga y finalmente incontinencia.
  • Medicamentos. Los sedantes, diuréticos, relajantes musculares y antidepresivos pueden causar o aumentar la incontinencia.
  • Falta de actividad física. Los músculos del piso pélvico pueden estar débiles de alguna manera, lo cual puede contribuir con la incontinencia.

Tratamiento

En muchos casos se puede recuperar el control de la vejiga al tratar la causa subyacente o al modificar los hábitos diarios. El médico podría aconsejar ejercicios especiales para fortalecer el área pélvica o técnicas de entrenamiento vesical como la diuresis programada.

Algunas veces, los simples ajustes en la rutina diaria, como recordar ir al baño con regularidad o limitar los líquidos antes de irse a dormir, pueden hacer la diferencia.
Si persiste la incontinencia urinaria, los medicamentos, los dispositivos médicos o la cirugía pueden ayudar a manejar el problema.
Para los síntomas de incontinencia de urgencia, los medicamentos llamados anticolinérgicos pueden ayudar a relajar la vejiga y a prevenir contracciones involuntarias.

¿Qué puedes hacer?

  • Los estudios sugieren que perder 5 a 10 % del peso corporal puede ayudar a mejorar los signos y síntomas de incontinencia.
  • Evita ciertos alimentos y bebidas que puedan irritar la vejiga. La cafeína es un culpable común.
  • Agrega fibra a tu dieta. La fibra puede ayudar a prevenir el estreñimiento, el cual puede ser una causa de incontinencia.
  • Ejercítate durante 30 minutos la mayoría de los días de la semana. La actividad física puede fortalecer a los músculos del piso pélvico, reducir el riesgo de crecimiento prostático y ayudar a que mantenga su movilidad, todo lo cual puede reducir el riesgo de incontinencia urinaria.
  • No fumes. Fumar puede producir tos crónica intensa, la cual puede agravar los síntomas de incontinencia por estrés.

Trastornos sexuales en las mujeres

Trastornos sexuales en las mujeres

Aspectos básicos

Muchas mujeres presentan dificultades sexuales en algún punto de sus vidas. A menudo es un problema temporal que se resuelve por sí solo.

La disfunción sexual se puede presentar en mujeres de todas las edades, pero durante la menopausia hasta la mitad de las mujeres —o incluso más— pueden presentar problemas sexuales.

Los médicos y terapeutas por lo general dividen la disfunción sexual en las mujeres en cuatro categorías:

  • Bajo deseo sexual. Puede haber disminución de la libido, o falta de impulso sexual, y hay alteraciones por ello.
  • Trastorno de excitación sexual. El deseo por el sexo está intacto, pero el cuerpo no produce suficiente lubricación.
  • Trastorno orgásmico. Existe dificultad o retraso persistente o recurrente para lograr el orgasmo después de suficiente excitación sexual y estimulación continua.
  • Trastorno de dolor sexual. Existe dolor asociado con la estimulación sexual o el contacto vaginal.

Si existe un problema sexual que es angustiante, vista a tu médico.

Factores de riesgo

  • Hay numerosas condiciones físicas que podrían causar o contribuir con los problemas sexuales, incluyendo artritis, diabetes, dolores de cabeza y dificultades urinarias o intestinales. La fatiga es un factor bien conocido.
  • La deficiencia de estrógenos después de la menopausia puede producir cambios en los genitales y la respuesta sexual.
  • Las dificultades emocionales como estrés, enojo, ansiedad o depresión pueden causar o contribuir a los problemas sexuales.
Conforme avanza la edad, la vagina tarda más tiempo en congestionarse y lubricarse cuando está sexualmente excitada. La abertura de la vagina también se puede estrechar y hacerse menos elástico su interior.

Tratamiento

Si existe una condición física que pudiera estar contribuyendo con la disfunción sexual, el médico podría recomendar tratamiento para la causa subyacente. Él también podría sugerir cambios en los medicamentos que tomas para determinar si están afectando la respuesta sexual.

En las mujeres posmenopáusicas que tienen problemas por sequedad vaginal, el médico podría recomendar terapia estrogénica vaginal, la cual se presenta en forma de crema, tabletas o un anillo vaginal flexible. El estrógeno vaginal se absorbe directamente a través del tejido vaginal para contrarrestar la sequedad y adelgazamiento vaginal que se presentan con la menopausia. Los lubricantes vaginales también pueden aliviar el dolor durante el coito.
Si existe un trastorno orgásmico, el médico podría sugerir ejercicios conocidos como Kegel.

Para los problemas psicológicos o de relación, el médico podría recomendar consejo o psicoterapia. Esto por lo general se enfoca en los aspectos que afectan el bienestar sexual.

¿Qué puedes hacer?

  • Comunícate abiertamente con tu pareja. Discute qué pueden hacer para satisfacerse uno a otro durante el sexo.
  • Dile a tu pareja exactamente qué quieres y qué no quieres. O si es más fácil, guía las caricias de tu pareja.
  • Si tu vida sexual se ha vuelto predecible, intenta algo nuevo. Toma un momento diferente del día para tener sexo, elije una habitación diferente de la casa o intenta una nueva posición sexual.
  • La actividad sexual regular puede fomentar la intimidad y mejorar la relación con la pareja. También mejora la lubricación vaginal y ayuda a mantener los tejidos genitales más flexibles.
  • Cuídate. Comer bien y hacer ejercicio regular ayudará a mantener tu cuerpo en armonía.

Trastornos sexuales en los varones

Trastornos sexuales en los varones

Aspectos básicos

Para los varones, uno de los problemas sexuales más comunes es la impotencia, también conocida como disfunción eréctil. La disminución del deseo sexual también puede ser un problema en algunos.

Son necesarios tres pasos importantes para producir y sostener la erección.

  • El primero es la excitación sexual, la cual puede provenir de las sensaciones y los pensamientos.
  • El segundo paso es la respuesta del sistema nervioso, en la cual el cerebro comunica la excitación sexual a los nervios del cuerpo, incluyendo los del pene.
  • El tercer paso es una acción relajante de los vasos sanguíneos que suministran sangre al pene, lo cual permite que fluya más sangre a los túbulos que producen la erección.

Si algo afecta a alguno de estos factores o al delicado equilibrio entre ellos, se puede presentar impotencia.

La impotencia es una incapacidad persistente para obtener una erección o para mantenerla el tiempo suficiente para el contacto sexual. La disminución del
deseo sexual o incluso la pérdida de deseo sexual no es lo mismo que impotencia. Ésta se refiere a la incapacidad para usar el pene para actividad sexual incluso cuando están presentes el deseo y la oportunidad.

Los hombres pueden notar que los orgasmos son menos intensos, el volumen de la eyaculación se reduce y el tiempo de recuperación entre erecciones aumenta

Factores de riesgo

  • Enfermedades y trastornos físicos. Las enfermedades crónicas de los pulmones, hígado, riñones, corazón, nervios, arterias o venas pueden producir impotencia.
  • La acumulación de depósitos en las arterias (aterosclerosis) también puede evitar que entre suficiente sangre al pene.
  • La cirugía para cáncer de próstata o para cáncer colorrectal podría producir problemas de impotencia.
  • Algunos medicamentos pueden producir impotencia al interferir con los impulsos nerviosos o el flujo sanguíneo al pene.
  • Abuso de sustancias. El uso crónico de alcohol, marihuana u otras drogas a menudo produce impotencia y disminución del impulso sexual.
  • Estrés, ansiedad o depresión. Las condiciones psicológicas también contribuyen con algunos casos de impotencia.

Tratamiento

El tratamiento para la impotencia incluye desde los medicamentos y dispositivos mecánicos simples hasta cirugía y consejo psicológico. El tratamiento que el médico recomiende dependerá de la causa y la gravedad de la condición:

  • Consejo psicológico. Si el estrés, ansiedad o depresión son causa de impotencia, el médico podría sugerir que tú y tu pareja, visiten a un psicólogo o psiquiatra con experiencia en tratamiento de problemas sexuales.
  • Medicamentos orales. Éstos fortalecen los efectos del óxido nítrico, un mensajero químico que relaja los músculos lisos en el pene.
  • Terapia de reemplazo hormonal. En el caso de los pocos varones cuya impotencia está relacionada con deficiencias hormonales, las hormonas sintéticas pueden ayudar.
  • Cirugía. Las opciones quirúrgicas pueden considerarse si otros tratamientos fracasan. Están disponibles varios tipos de implantes de pene.

Consulta a tu médico para saber cuál sería el mejor tratamiento para ti.

¿Qué puedes hacer?

Estos pasos podrían ayudar a disminuir la probabilidad de presentar impotencia:

  • Limita o evita el consumo de alcohol y otras drogas similares.
  • Deja de fumar.
  • Ejercítate regularmente.
  • Reduce el estrés.
  • Duerme lo suficiente.
  • Trata la ansiedad y depresión.
  • Comunícate honesta y abiertamente con la pareja.
  • Considera buscar consejo como pareja.

Disminución del deseo. La testosterona regula el impulso sexual. Y, aunque los varones no tienen menopausia, la testosterona disminuye de manera gradual con el tiempo. Esta disminución probablemente es responsable de cierta pérdida del deseo sexual con la edad.

Algunos medicamentos, como los utilizados para la depresión y la presión arterial alta, también pueden reducir el deseo sexual. Si estás bajo estrés emocional intenso, también podrías perder el interés por el sexo.
Si estás preocupado acerca de la disminución en el deseo sexual, habla con tu médico.

Osteoporosis

Osteoporosis

Aspectos básicos

La osteoporosis es una enfermedad que hace que los huesos se debiliten, sean frágiles y propensos a las fracturas. Hasta hace poco, la osteoporosis era considerada una parte natural del envejecimiento. Pero no hay nada natural en ella.

Los niveles reducidos de calcio, fósforo y otros minerales por lo general son lo que causa que los huesos sean más débiles. Con menos minerales, la fuerza del hueso disminuye y los huesos pierden su estructura interna de soporte. La debilidad de los huesos también puede ser resultado de trastornos endocrinos o uso excesivo de medicamentos como los corticoesteroides.

Se alcanza el pico de masa ósea entre los 30 y 40 años. No obtener suficiente vitamina D y calcio de la dieta puede acelerar el proceso.

En las primeras etapas de pérdida ósea, por lo general no hay síntomas. Pero una vez que los huesos se han debilitado por la osteoporosis se pueden presentar signos y síntomas. Éstos incluyen:

  • Dolor de espalda después de la fractura de una vértebra
  • Pérdida de altura con el tiempo, con una postura encorvada acompañante
  • Fractura de las vértebras, muñecas, caderas u otros huesos
Pérdida de masa ósea.A medida que las personas envejecen, la masa ósea se pierde más rápido de lo que se crea.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo para la osteoporosis incluyen:

  • Género. Las fracturas por osteoporosis son el doble de frecuentes en mujeres que en varones.
  • Edad. Los huesos se debilitan con la edad.
  • Complexión. Las personas que son excepcionalmente delgadas o que tienen una complexión pequeña están en mayor riesgo, debido a que a menudo han acumulado menor masa ósea para cuando envejecen.
  • Fumar altera la absorción de calcio y la formación ósea.
  • Medicamentos. El uso a largo plazo de esteroides daña al hueso. Demasiada hormona tiroidea para tratar a la tiroides hipoactiva (hipotiroidismo) puede causar pérdida ósea.
  • Cantidades inadecuadas de calcio y vitamina D. No obtener lo suficiente de estos nutrientes formadores de hueso, en especial cuando se es joven, reduce la masa ósea máxima.
  • Estilo de vida sedentario. La salud ósea empieza en la infancia. Los niños que son más activos físicamente cuando crecen tienen la mayor densidad ósea.

Tratamiento

La terapia de reemplazo hormonal (TRH) es la forma mejor conocida para prevenir la osteoporosis en mujeres; pero puede dar como resultado importantes efectos secundarios y riesgos de salud, y se usa con menos frecuencia en la actualidad. Para ayudar a retrasar la pérdida ósea y posiblemente incluso aumentar la densidad ósea, hay otros medicamentos de prescripción que se pueden usar.

Éstos incluyen:

  • Bifosfonatos. Al igual que los estrógenos, los bifosfonatos pueden inhibir la pérdida ósea, conservar la masa ósea e incluso aumentar la densidad ósea en la columna vertebral y la cadera.
  • Teriparatida. Este medicamento aumenta la formación ósea.
  • El raloxifén está aprobado sólo para mujeres. Simula los efectos favorables de los estrógenos en la densidad ósea, sin algunos de los riesgos asociados con ellos.

Consulta a tu médico para conocer cuál es la mejor opción para que recibas un tratamiento.

¿Qué puedes hacer?

  • Las mujeres posmenopáusicas que usan terapia hormonal deben consumir por lo menos 1200 miligramos de calcio y 400 unidades internacionales de vitamina D todos los días. Los varones menores de 65 años deben consumir 1000 miligramos de calcio todos los días y los mayores de 65 años, 1500 miligramos.
  • Si no obtienes el suficiente calcio de la dieta, prueba los suplementos de calcio. Son efectivos, baratos y por lo general bien tolerados.
  • El ejercicio puede ayudar a construir huesos fuertes y a reducir la pérdida ósea.
  • No fumes. Fumar aumenta la pérdida ósea, tal vez al disminuir la cantidad de estrógeno que el cuerpo fabrica y reducir la absorción de calcio en el intestino.
  • Evita el exceso de alcohol. Los varones pueden consumir bajas cantidades de alcohol sin que cause efectos adversos en tu esqueleto, siempre y cuando mantengas una buena nutrición.

Hipertensión

Hipertensión

Aspectos básicos

Debido a que es tan común, muchas personas piensan que tener presión arterial alta no es un problema grande. Lo es. La presión arterial alta es una causa principal
de evento vascular cerebral, ataque cardiaco, insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal y demencia.

La presión arterial se determina al medir la presión dentro de las arterias. Dos cifras igual de importantes están involucradas en la lectura de la presión arterial. La presión arterial sistólica (primer número o superior) es la cantidad de presión dentro de las arterias cuando el corazón se contrae. La presión arterial diastólica (segundo número o inferior) dice cuánta presión permanece en las arterias entre los latidos, cuando el corazón está relajado.

Una presión arterial ideal para un adulto de cualquier edad es 115/75 milímetros de mercurio (mm Hg) o menos. Una vez que la presión arterial se eleva por arriba de este umbral, el riesgo de enfermedad cardiovascular puede empezar a aumentar. La presión arterial todavía se considera normal si es menor de 120/80 mm Hg. Se considera alta si la presión sistólica es en promedio 140 mm Hg o más o si la presión diastólica es en promedio 90 mm Hg o mayor.
Las lecturas de presión arterial de 120/80 mm Hg a 139/89 mm Hg por lo general se refieren como prehipertensión.

Factores de riesgo

Hay cuatro factores de riesgo principales para hipertensión que no se pueden controlar:

  • Edad. El riesgo de presión arterial alta aumenta conforme se incrementa la edad, en particular después de los 65 años.
  • Género. En la adultez temprana y en la edad media, los varones son más susceptibles que las mujeres. Después de los 50 años sucede lo contrario.
  • Historia familiar. La presión arterial alta tiende a presentarse en familias.

Los factores de riesgo que se pueden controlar o manejar incluyen:

  • Obesidad. Mientras más pese, más sangre necesitará para suministrar oxígeno y nutrientes a sus tejidos.
  • Inactividad. Si es una persona inactiva, tiende a tener frecuencia cardiaca más alta.
  • Exceso de alcohol. No se comprende la razón exacta y el mecanismo por el cual el alcohol aumenta la presión arterial.
  • Estrés. El estrés no produce presión arterial alta persistente, pero un alto nivel de estrés puede producir un aumento temporal pero dramático de la presión arterial.
Consumo de tabaco. Las sustancias químicas en el tabaco pueden dañar el recubrimiento de las paredes arteriales, haciendo que se formen depósitos grasos (placas) que contienen colesterol dentro de las arterias.

Tratamiento

La forma más segura de controlar la presión arterial es cambiar su estilo de vida al comer bien, ejercitarse y adoptar otros hábitos saludables. Pero algunas veces, los cambios de estilo de vida solos no pueden reducir lo suficiente la presión arterial. En este caso, podrían ser necesarios los medicamentos.
Sin embargo, tomar medicamentos para la hipertensión no significa que tengas que abandonar los hábitos saludables. Mantener un estilo de vida saludable puede mejorar la efectividad de los medicamentos y significar que necesitarás menos medicamentos o dosis menores.

Toma de presión arterial. La presión arterial alta se puede detectar fácilmente y, una vez que sabes que la tienes, puedes trabajar con el médico para controlarla.

¿Qué puedes hacer?

  • Consume una dieta nutritiva. Enfatiza en las frutas y verduras, los granos enteros y los lácteos de bajo contenido graso en la dieta.
  • Mantén un peso saludable. Si tienes sobrepeso, perder sólo 5 kg puede reducir la presión arterial.
  • Mantente físicamente activo. El ejercicio aeróbico regular puede reducir la presión arterial en algunas personas.
  • No fumes. Fumar puede llevar al desarrollo de pequeños depósitos (placas) en los vasos sanguíneos y constriñe el flujo de sangre a través de los vasos.
  • Limita el consumo de alcohol y cafeína. Reducir a un nivel moderado el consumo de alcohol puede disminuir la presión arterial sistólica.
  • Maneja el estrés. Si te sientes estresado, intenta simplificar tu esquema diario y experimentar con técnicas de relajación.
  • Duerme bien. Cuando estás descansado eres más capaz de abordar los problemas cotidianos, lo cual te permite lidiar mejor con el estrés.

Estreñimiento

Estreñimiento

Aspectos básicos

La frecuencia normal de las evacuaciones varía ampliamente —desde tres al día hasta tres a la semana—. Lo que es normal para una persona puede no ser normal para otra. Sin embargo, si tienes evacuaciones sólo una a dos veces a la semana, o si tienes que pujar para evacuar, es probable que estés estreñido.

El estreñimiento se puede presentar por muchas razones, y tiende a hacerse más común con la edad. Muchos medicamentos, incluyendo muchos narcóticos, antiácidos que contienen aluminio, y fármacos utilizados para tratar la enfermedad de Parkinson, la presión arterial alta y la depresión, pueden causar estreñimiento.

En casos raros, el estreñimiento puede ser signo de una condición médica más importante. Visita al médico si presentas inicio reciente inexplicable de estreñimiento o cambios en los hábitos intestinales, o cualquiera de los siguientes signos o síntomas:

  • Dolor abdominal intenso.
  • Sangre en las heces.
  • Dolor rectal.
  • Heces delgadas, en forma de lápices.
  • Pérdida de peso inexplicable.

Factores de riesgo

Es más probable que tengas problemas de estreñimiento si eres inactivo, consumes una dieta con bajo contenido en fibra o no tomas suficientes líquidos. También estás en mayor riesgo si tomas ciertos medicamentos o si te estás sometiendo a quimioterapia para tratar el cáncer.

Tratamiento

Los cambios en el estilo de vida son la forma más segura de manejar el estreñimiento. Unos pocos cambios razonables en el estilo de vida, como hacer más ejercicio, comer alimentos con alto contenido de fibra y tomar abundante agua, pueden ayudar a prevenir o aliviar muchos casos de estreñimiento.
Los laxantes también alivian el estreñimiento, pero habla con tu médico antes de tomar un laxante, exceptuando los suplementos de fibra.

¿Qué puedes hacer?

  • Toma abundantes líquidos todos los días. El líquido ayuda a mantener las heces suaves. Intenta tomar ocho vasos de 250 mL al día. El agua es preferible.
  • Agrega gradualmente más alimentos con alto contenido de fibra a tu dieta. La fibra ayuda a dar volumen y ablandar las heces de manera que pasen con más suavidad a través del tracto digestivo.
  • Limita los alimentos problemáticos. Los alimentos que tienen alto contenido de grasa y azúcar y los que tienen poca fibra pueden causar o agravar el estreñimiento.
  • Ejercítate regularmente. El ejercicio estimula a los músculos digestivos, apresurando el paso de los alimentos a través del tracto digestivo.
  • Reduce el estrés. El estrés puede hacer más lenta la digestión. Para algunas formas de estreñimiento crónico, las prácticas de relajación como el yoga, el masaje, la acupresión o la aromaterapia pueden reducir los síntomas.

Diarrea

Diarrea

Aspectos básicos

La diarrea es un cambio hacia una consistencia más líquida de las heces, un aumento en la frecuencia y la cantidad de las heces que se expulsan, o una combinación de todo lo anterior.

La diarrea puede surgir cuando el recubrimiento del intestino delgado se inflama, y los intestinos no son capaces de absorber los nutrientes y los líquidos. Otros signos
y síntomas asociados con la diarrea podrían incluir dolor abdominal o cólicos, fiebre y sangrado.

La diarrea también puede ser un efecto secundario de muchos medicamentos, en especial de los antibióticos, los cuales pueden alterar el equilibrio natural de las bacterias en los intestinos. Una vez que deja de tomar el medicamento, la diarrea por lo general se resuelve.
La diarrea por lo general dura unos días cuando mucho. Cuando persiste o recurre con frecuencia, por lo general está relacionada con un trastorno intestinal.

Infección viral la causa más común. El virus invasor puede dañar a la membrana mucosa que recubre al intestino delgado, alterando la absorción de líquidos y nutrientes.

Factores de riesgo

La cafeína y el alcohol pueden estimular el paso de heces. Si los consume en exceso, pueden causar que los desechos alimenticios se muevan a través del intestino delgado y el colon muy rápidamente.
Malos hábitos alimenticios y comer alimentos poco salubres.

Tratamiento

Si una infección parasitaria es lo que está causando la diarrea, los antibióticos de prescripción pueden ayudar a aliviar los síntomas. Si el médico determina que un antibiótico es el responsable de la diarrea, necesitarás dejar de tomarlo y modificar tu plan de tratamiento. Si un trastorno intestinal es la causa probable, es importante identificarlo y después empezar el tratamiento.

¿Qué puedes hacer?

  • Limita tu consumo de cafeína y alcohol. Estos estimulantes pueden desencadenar diarrea o empeorar los síntomas.
  • No tomes antiácidos que contengan magnesio. El magnesio puede causar diarrea.
  • Pregunta acerca de los medicamentos. Pregunta al médico si puede ser un efecto secundario de algún medicamento.

Síndrome de intestino irritable

Síndrome de intestino irritable

Aspectos básicos

Cerca de 20 % de los adultos periódicamente tiene signos y síntomas de síndrome de intestino irritable (SII). Pero menos de la mitad busca ayuda médica. Si tienes un cambio persistente en los hábitos intestinales o algún otro síntoma de SII, visita a tu médico.

El síndrome de intestino irritable es un trastorno gastrointestinal caracterizado
por contracciones anormales en los músculos que recubren las paredes intestinales. Normalmente, estos músculos se contraen y se relajan en un ritmo coordinado.

En el SII, las contracciones son más fuertes y duran más tiempo de lo normal, causando dolor y paso rápido de alimentos a través de los intestinos. Algunas veces sucede lo contrario. El paso de alimentos se hace lento, lo cual produce heces duras y secas.

Sólo un pequeño porcentaje de personas con SII tiene signos y síntomas graves. Para la mayoría de las personas, el SII es leve. Entre los más comunes están:

  • Dolor abdominal o cólico.
  • Distensión.
  • Gas (flatulencia).
  • Diarrea o estreñimiento — las personas con SII pueden presentar brotes alternantes de estreñimiento y diarrea.
  • Moco en las heces.

Muchas personas tienen síntomas ocasionales de SII. En general, en las
mujeres la condición se presenta con una frecuencia dos a tres veces mayor, en comparación con los varones.
Una mala alimentación y niveles de estrés muy elevados también están relacionados con el síndrome de intestino irritable.

Síndrome de Intestino Irritable. Algunos investigadores piensan que la condición está relacionada con los nervios en los intestinos que controlan las sensaciones.

Factores de riesgo

Muchas personas tienen síntomas ocasionales de SII. En general, en las mujeres la condición se presenta con una frecuencia dos a tres veces mayor, en comparación con los varones.
Una mala alimentación y niveles de estrés muy elevados también están relacionados con el síndrome de intestino irritable.

Tratamiento

En la mayoría de los casos se pueden controlar con éxito los síntomas leves al aprender a manejar el estrés y hacer cambios en la dieta y estilo de vida. Los medicamentos de venta sin receta pueden también ayudar a aliviar la molestia mientras se están haciendo dichos cambios.
Sin embargo, si los síntomas son moderados a graves, es posible que se requiera más ayuda que la que pueden ofrecer los cambios de estilo de vida o los medicamentos de venta sin receta.

Dependiendo de los síntomas, el médico podría recomendar uno de los siguientes medicamentos:

  • Relajantes del músculo liso. Estos medicamentos anticolinérgicos antiespasmódicos pueden ayudar a relajar los músculos intestinales y aliviar los espasmos musculares.
  • Antidepresivos. Éstos pueden ayudar a aliviar la depresión asociada con síndrome de intestino irritable. Y también pueden ayudar a aliviar el dolor abdominal y la diarrea o el estreñimiento.

¿Qué puedes hacer?

  • Evita los alimentos problemáticos. Los culpables comunes son los alimentos grasosos, el alcohol, las bebidas carbonatadas, los frijoles y otros alimentos productores de gas.
  • Ten cuidado con los productos lácteos. Si eres intolerante a la lactosa, intenta sustituir el yogur o la leche; o usar un producto enzimático para ayudar a metabolizar la lactosa.
  • Consume alimentos con bajo contenido graso. La grasa estimula las contracciones del intestino grueso (colon), agravando los síntomas del SII.

  • Consume fibra. Los alimentos con alto contenido de fibra suavizan y aceleran el paso de heces, reduciendo el estreñimiento.
  • Bebe abundantes líquidos al día. Los líquidos pueden ayudar a aliviar el estreñimiento y reemplazar los líquidos corporales absorbidos por la fibra.
  • Ejercítate regularmente. El ejercicio ayuda a aliviar el estrés, estimula las contracciones normales de los intestinos y puede ayudarlo a sentirse mejor consigo mismo. Intente hacer 30 minutos la mayoría de los días de la semana.
  • Aprende a relajarte y a manejar el estrés. Algunas personas se benefician con yoga, biorretroalimentación, masaje o meditación.