Introducción

 Introducción

 

Algunas afecciones médicas, como ataques de pánico o depresión, se pueden confundir con los signos y síntomas del estrés.

 

¿Estás deprimido?

 ¿Está deprimido?

 

Los sucesos estresantes, como la muerte algún ser querido, separación, o enfermedad, pueden desencadenar la depresión. El tratamiento oportuno puede evitar que la depresión se agrave.

Los signos y síntomas de la depresión pueden incluir:

  • Tristeza persistente
  • Irritabilidad frecuente
  • Sentimientos agobiantes de ansiedad
  • Pérdida de interés o de placer en la vida
  • Descuido de las responsabilidades personales o de la atención personal
  • Cambio en los hábitos alimenticios
  • Cambios en los patrones de sueño
  • Fatiga persistente y falta de energía
  • Disminución de la concentración, atención y memoria
  • Cambios extremos de humor
  • Sensación de impotencia, aprisionamiento, desesperanza o insignificancia
  • Pensamientos negativos continuos
  • Síntomas físicos, como dolores de cabeza o dolor crónico, que no responden al tratamiento
  • Aumento del uso de alcohol o drogas
  • Pensamientos de muerte o suicidio

 

Consulta a tu médico o a otro profesional de la salud si has presentado cualquiera de los signos y síntomas anteriores durante las últimas semanas. Si piensas con frecuencia en el suicidio o haces planes para llevarlo a cabo, busca de inmediato atención médica.

Cómo reconocer un ataque de pánico

 Cómo reconocer un ataque de pánico

 

Un ataque de pánico es un episodio repentino de temor intenso que provoca reacciones físicas. Con frecuencia inicia de manera abrupta y alcanza su máximo en 10 minutos. Si sufres con frecuencia ataques de pánico, o si el temor a éstos afecta tus actividades, quizá presentes un padecimiento llamado trastorno de pánico.

Los signos y síntomas de un ataque de pánico pueden incluir:

  • Aceleración del ritmo cardiaco
  • Mareo o vahído
  • Náusea o trastornos estomacales
  • Dificultad para respirar o sensación de sofoco
  • Sensación de asfixia
  • Temblor, escalofrío
  • Bochorno, sudoración
  • Dolor o molestias en el pecho
  • Sensación agobiante de que va a ocurrir un suceso negativo
  • Temor de perder el control
  • Temor a la muerte

Aunque antes se ignoraban, al considerarlos como nerviosismo o estrés, ahora se reconocen como un trastorno potencialmente discapacitante pero tratable. Si crees que es posible que padezcas ataques de pánico, habla de tus síntomas con tu médico.

Una variedad de métodos, que incluyen medicamentos, terapia y técnicas de relajamiento, pueden ayudarte a controlar o prevenir los ataques de pánico.