Mujer, sé feliz

Mujer, sé feliz

Enciende tu vitalidad. Toma esas decisiones que dejaste pendiente.

Atiéndete. No te dejes llevar por conflictos pasajeros que te compliquen la vida.

Comparte. Comparte buenos momentos con tus seres queridos.

Ríe. Hay días difíciles, sin embargo, siempre trata de ver el lado positivo de las situaciones.

Simplifícate. No hagas más de lo que tu cuerpo o tu tiempo te permitan.

Disfruta la vida. Date tiempo para realizar actividades que te agraden.

Desafíate. Todos los días haz tu mejor esfuerzo para crecer.

Protégete. Cuida tu salud, visita a tu médico periódicamente.

Lleva a cabo ejercicios de respiración

Lleva a cabo ejercicios de respiración

1 Siéntate en una silla, con los brazos a los lados y las piernas sin cruzar.

2. Observa cualquier tensión en tus músculos.

3. Coloca una mano en tu pecho y la otra en tu abdomen.

4. Inhala lenta y profundamente por la nariz. Deja que tu abdomen se expanda y empuje tu mano hacia arriba. Después de que tu abdomen se llene de aire, deja que tu pecho se expanda y empuje a tu otra mano. Ésta es una inhalación larga y continua.

5. Sostén el aire dentro por tres segundos.

6. Pliega los labios y exhala a través de tu boca. Haz un sonido relajante semejante a un silbido.

7. Continúa tomando inhalaciones largas y lentas a través de la nariz y exhala despacio y largamente por la boca

8. Concéntrate en el sonido y en la sensación de respiración profunda. Continúa durante tres o cinco minutos.

Conoce tus niveles de estrés

Conoce tus niveles de estrés

El estrés afecta de diversas maneras a tu organismo, conocer tus niveles de estrés y qué te lo provoca, puede ayudarte a evitar daños en tu cuerpo.

Sistema digestivo. Puede presentarse dolor de estómago o diarrea debido al estrés.

Sistema inmune. El estrés crónico debilita el sistema inmune, haciendo que el organismo sea más susceptible a resfriados y otras infecciones.

Sistema nervioso. Las cantidades excesivas de cortisol también suelen causar trastornos del sueño y pérdida del impulso sexual.

Además, puede generar depresión y aumentar o reducir el apetito, lo que afecta tu peso.

Otros efectos en la salud. Por ejemplo, puede desencadenar ataques de asma y empeorar muchos problemas de la piel, como psoriasis, eczema, urticaria y acné.

Evalúa tu forma de reaccionar ante el estrés

Evalúa tu forma de reaccionar ante el estrés

El manejo del estrés no surge naturalmente. Sin embargo, puedes aprender nuevas habilidades para el manejo del estrés o modificar tus habilidades existentes para ayudarte a sobrellevar la situación de una mejor manera.

A continuación, te presentamos algunas reacciones ante el estrés que son frecuentes pero poco saludables.

Dolor. Puede que, inconscientemente, aprietes la mandíbula o los puños o que manifiestes tensión muscular, especialmente en el cuello y en los hombros; todo esto puede provocar un dolor físico inexplicable.

Comer en exceso. El estrés puede hacer que comas incluso cuando no tienes hambre, o que te saltees el ejercicio.

Ira. Cuando te encuentras bajo presión, puede que hasta discutas con colegas, amigos o seres queridos, a veces ante la mínima provocación o acerca de cosas que no tienen nada que ver con tu situación estresante.

Llanto. El estrés puede desencadenar ataques de llanto, a veces, sin una advertencia aparente.

Depresión. Es posible que evites el problema, que no vayas a trabajar, que te sientas desesperado o que, simplemente, te rindas. El estrés crónico puede ser un factor en la manifestación de la depresión o de trastornos de ansiedad.

Negatividad. Cuando no sobrellevas bien el estrés, puede que automáticamente esperes lo peor o que magnifiques los aspectos negativos de cualquier situación indeseable.

¿Cómo ser más resiliente? Movimiento consciente

¿Cómo ser más resiliente? Movimiento consciente

Cuando algo va mal, ¿tiendes a retroceder o derrumbarte?

Cuando tienes resiliencia recurres a la fuerza interior que te ayuda a recuperarte de alguna dificultad o reto. Si careces de resiliencia puedes obsesionarte con los problemas, considerarte una víctima, sentirte agobiado o adoptar mecanismos de adaptación que no son saludables.

La resiliencia no hace que los problemas desaparezcan, pero sí te da la capacidad de ver más allá de éstos, disfrutar la vida y manejar mejor el estrés. Si no tienes tanta resiliencia como te gustaría, puedes desarrollar habilidades para mejorar tu capacidad de recuperación. Imagina que acabas de tener un día estresante en el trabajo. Vas al gimnasio, te subes a la caminadora, repasas tu día y piensas en todo lo que te falta por hacer mañana.

Ahora imagina que acabas de tener un día estresante, pero en lugar de subir a la caminadora, sales a caminar al aire libre con un amigo y mantienen una maravillosa conversación para ponerse al día sobre sus vidas. Ambos formatos de ejercicio te ayudarán a manejar el estrés, pero tu enfoque mental es diferente en cada uno. El movimiento consciente consiste en darte cuenta de tus pensamientos mientras te ejercitas.