Aprende a leer de forma saludable

Empieza a leer

La lectura es una actividad enriquecedora que nos permite expandir nuestro conocimiento y estimular nuestra imaginación. Sin embargo, para garantizar que esta actividad no perjudique nuestra salud, es esencial adoptar ciertos hábitos saludables.

La lectura es una actividad enriquecedora que nos permite expandir nuestro conocimiento y estimular nuestra imaginación. Sin embargo, para garantizar que esta actividad no perjudique nuestra salud, es esencial adoptar ciertos hábitos saludables.

Buena Iluminación

Asegúrate de que el lugar donde lees esté bien iluminado. La luz natural es ideal, pero si lees en la noche, utiliza una lámpara que ilumine adecuadamente la página o la pantalla.

Postura Correcta

Mantén una postura ergonómica. Siéntate con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo. Evita leer acostado en posiciones incómodas por largos periodos de tiempo.

Descansos Regulares

Sigue la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mira algo a 20 pies (aproximadamente 6 metros) de distancia durante al menos 20 segundos. Esto ayuda a reducir la fatiga ocular.

Parpadea Frecuentemente

Cuando leemos, tendemos a parpadear menos, lo que puede causar sequedad ocular. Recuerda parpadear con frecuencia para mantener los ojos hidratados.

Ajusta el Tamaño del Texto

Si estás leyendo en una pantalla, ajusta el tamaño del texto para que sea cómodo de leer sin forzar la vista. El uso de aplicaciones o dispositivos con opciones de personalización de texto puede ser útil.

Empieza a leer

Empieza a leer

La lectura es un pasatiempo que vale la pena realizar. Perderse en un buen libro tiene más beneficios que simplemente ser una forma divertida de relajarse.

Reduce el estrés

No es necesario ir a leer a la playa para experimentar la reducción del estrés que supone perderse en un buen libro. La lectura es una increíble fuente de relajación y ¡es más barata que un masaje!

Protege tu cerebro

La estimulación intelectual de la lectura puede proteger el cerebro de la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo a medida que envejecemos. Las personas que leen pueden incluso tener tasas más bajas de demencia por Alzheimer en sus últimos años.

Te hace más inteligente

Las personas que Ieen tienen un vocabulario más amplio, desarrollan habilidades cognitivas, aprenden cosas nuevas y están expuestas a más hechos e ideas. Entre las páginas de un libro se pueden encontrar conocimientos sobre muchos temas interesantes y útiles.

Aumenta la empatía

La lectura proporciona un portal al mundo de otra persona, incluso si esa persona es ficticia. Explorar un punto de vista diferente desarrolla la compasión hacia los demás y aumenta nuestra capacidad para desarrollar relaciones de calidad.

Impulsa la creatividad

La exposición a una amplia gama de ideas e imágenes puede mejorar los músculos creativos de tu cerebro. Ya sea que leas para aprender algo nuevo o simplemente te sumergas en una historia creativa, es muy probable que encuentres inspiración.

Lazos espirituales y tu salud

Lazos espirituales y tu salud

Además de una actitud optimista y una red fuerte de apoyo, los estudios científicos sugieren que las creencias y prácticas religiosas, y el bienestar espiritual, pueden tener una influencia positiva sobre la calidad de su vida y su capacidad de manejar el estrés y la adversidad.

Lo mismo que el optimismo y el apoyo social, un sentido fuerte de la espiritualidad puede mejorar su salud mental y física.

Es frecuente que las personas usen la palabra espiritualidad de manera intercambiable con religión. Aunque hay una superposición considerable entre ambos conceptos, los términos no necesariamente son sinónimos.

La relación entre religión, espiritualidad y salud mental y física cada vez gana más atención médica. Más investigaciones sugieren que cuando uno cree en algo
superior a uno mismo, refuerza su capacidad para enfrentar todo lo que la vida traiga.

Tus creencias religiosas pueden ayudarte a darle sentido al mundo que te rodea, especialmente durante tiempos de crisis o cuando surgen tragedias.

Creer en algo superior te puede ayudar a aceptar y enfrentar los sucesos que están fuera de tu control. Al aprender a aceptar las cosas que no pueden cambiarse, es posible dedicar más energía a las cosas de tu vida que sí puedes controlar.

Tener una buena vida

Tener una buena vida

La fórmula para tener una buena vida es:

Alguien a quien amar.

Las personas por lo general son más sanas y felices cuando tienen a alguien a quien amar o a quien cuidar, ya sea una pareja, hijos, nietos o una mascota. Pasar el tiempo con la familia y amigos ayuda a evitar la depresión y refuerza las conductas saludables.

Algo que hacer.

Estar involucrado activamente con el mundo, sentirse con retos y productivo, es la clave para la satisfacción. Estar involucrado, buscando oportunidades para aprender, construir y amar, da un sentimiento de propósito e identidad.

Algo que desear.

Para muchas personas, los últimos años de la vida son un momento para explorar nuevas aventuras, beneficiar a otros en la comunidad, o compartir su conocimiento con familia y amigos. A las personas les gusta saber que se retan a sí mismos o que han hecho la diferencia, y ver los resultados de sus esfuerzos.

Mantén los factores clave para una buena vida:

  • Tener un propósito
  • Llevar una dieta saludable
  • Mantenerse físicamente activo
  • Evitar el tabaco y el exceso de alcohol
  • Estimular el cerebro
  • Mantenerse social y espiritualmente conectado
  • Cultivar una actitud positiva

La compañía y tu salud

La compañía y tu salud

A lo largo de la vida, los lazos familiares fuertes y las buenas amistades contribuyen al bienestar mental y emocional, pero los estudios también muestran que las personas que disfrutan de un “apoyo social”, es decir que tienen fuertes vínculos con familiares, amigos y parejas, no sólo tienden a tener mejor salud, sino a vivir más.

Beneficios de tener compañía:

  • Tener con quien hablar cuando vienen tiempos difíciles proporciona un amortiguador psicológico contra estrés, ansiedad y depresión.
  • Incluso cuando no hay una crisis en la vida, las redes sociales incrementan el sentido de pertenencia y autoestima, y promueven la salud mental positiva.

  • Las personas con mayores niveles de apoyo tienen menos tendencia a sufrir ansiedad en general, la cual, en el caso de la enfermedad cardiovascular, está asociada con un incremento en el riesgo de fallecimiento y muerte cardiaca súbita.
  • Refuerza la inmunidad. Es evidente que el estrés puede suprimir la inmunidad.
  • El amor y la amistad ayudan a reducir el estrés. Resulta interesante señalar que un estudio determinó que las personas con redes sociales más diversas eran menos susceptibles al resfriado común.

Nunca es tarde para crear y mantener una relación fuerte y saludable con tus familiares y amigos.

Memoria y edad

Memoria y edad

La siguiente información, brinda ejemplos de las diferencias entre fallas mentales comunes y declinación relacionada con enfermedad. Recuerda que los olvidos ocasionales son normales, mientras que el olvido causado por enfermedad es continuo y empeora progresivamente.

¿Qué es normal?

  • Olvidos ocasionales. Olvidar una cita, un plazo o el nombre de un compañero de trabajo.
  • Distraerse de vez en cuando, dejar algo en el horno demasiado tiempo o no recordar servir una parte de la comida.
  • Problemas ocasionales para encontrar la palabra correcta.
  • Desorientación ocasional, olvidar el día de la semana o qué necesitas de la tienda.

¿Qué no es normal?

  • Olvidos frecuentes o confusión inexplicable en el lugar de trabajo o en casa, hasta el punto de afectar tus habilidades laborales.
  • Problemas con el lenguaje, olvidar palabras fáciles o sustituir por palabras inadecuadas, haciendo que sean difíciles de entender las oraciones.
  • Desorientación en tiempo y espacio, como perderte en tu propia calle, olvidar en dónde estás, cómo llegaste ahí o cómo ir a casa.
  • Juicio deficiente o disminuido, usar una bata de baño para ir a la tienda o una chamarra de invierno en un día cálido.
  • Problemas con el pensamiento abstracto, dificultad para reconocer los números u olvidar cómo realizar sumas o restas básicas.

¿Puedes volverte optimista?

¿Puedes volverte optimista?

Por lo general, las personas no eligen ser optimistas o pesimistas. Lo más probable es que la actitud que tomes ante los sucesos de la vida sea una combinación de la genética y tus experiencias de vida.

El pesimismo puede cambiarse en cierto grado. Al tomar conciencia de la manera en que tus puntos de vista te abaten o influyen en la manera que piensas, puedes ser capaz de visualizar algunos hechos de manera diferente. He aquí algunas sugerencias.

  • Sé consciente de tus pensamientos negativos. Pon atención a los mensajes que te envías a ti mismo.

  • Pon las cosas en perspectiva. Hay personas que son tan negativas, que incluso cuando fallan cosas pequeñas, se sienten como si fueran víctimas de una maldición. Recuerda, todos tenemos altas y bajas y no hay ninguna vida perfecta.
  • Cuenta tus bendiciones. La gratitud puede ayudarte a concentrarte en lo que es bueno en tu vida. Mira a tu alrededor y haz una lista mental de todas las cosas que están siempre presentes, pero por las cuales estás en verdad agradecido.
  • Perdona. Aprende de tus errores, perdónate a ti mismo y a los demás, y sigue adelante.

Reta a tu cuerpo: mantén la motivación

Reta a tu cuerpo: mantén la motivación

Las personas que son inactivas tienen el doble de probabilidad de presentar síntomas de depresión que quienes son físicamente activas. El ejercicio combate la depresión al activar los neurotransmisores cerebrales, los químicos utilizados por las células nerviosas para comunicarse unas con otras.

Cuando se presenta depresión, el nivel del neurotransmisor serotonina o norepinefrina puede estar fuera de balance. El ejercicio puede ayudar a sincronizar estos químicos cerebrales

El ejercicio también estimula la producción de endorfinas, otros neurotransmisores que producen sentimientos de bienestar. Muchas personas tendrán esta sensación con sólo 12 minutos de una rutina.

Un estudio encontró que las personas deprimidas presentaban significativamente menos depresión después de ejercitarse de 20 minutos a una hora tres veces a la semana por cinco semanas.

Otro estudio sugirió que el ejercicio podría estimular el crecimiento de nuevas células cerebrales que fomentan la memoria y el aprendizaje, dos funciones afectadas por la depresión. Se ha sugerido que la actividad física regular puede reducir o prevenir el riesgo de desarrollar depresión y algunas formas de demencia, aunque se requiere más investigación.

No lo pienses más, no necesitas mayor motivación para mantenerte activo y retar a tu cuerpo.

¿Cómo los pasatiempos ayudan a tu salud emocional?

¿Cómo los pasatiempos ayudan a tu salud emocional?

La OMS ha emitido una guía sobre cómo las personas pueden cuidar su salud mental durante los momentos complicados. El consejo central se basa en tratar de mantener un patrón regular de alimentación, sueño, higiene y ejercicio.

Pero hay una recomendación a la que normalmente no se le atención, y es asegurarse de encontrar espacio en nuestras ocupaciones para hacer las cosas que disfrutamos.

Las investigaciones muestran que tener un pasatiempo está relacionado con niveles menores de depresión, e incluso puede prevenir o retardar el proceso hacia la depresión en algunos casos.

Consejos para iniciar con un pasatiempo

  • ¿No tienes ni idea de lo que te gustaría hacer? Piensa en lo que te gustaba jugar cuando eras niño, o las cosas que siempre quisiste y que no pudiste tener.
  • Escribe una lista con todos tus intereses y habilidades. Por ejemplo, si te gusta escribir, puedes pensar en crear tu propio blog.
  • Prueba antes de decidirte. No te pongas bajo presión durante tu búsqueda. Al fin y al cabo, lo que quieres es encontrar una afición con la que disfrutar y no preocuparte.

Recuerda, lo importante es divertirte y entretenerte, no permitas que tu nuevo pasatiempo se vuelva una actividad estresante.

No te estanques, mantente activo

No te estanques, mantente activo

La actividad física mejora el flujo sanguíneo, lo cual lleva mayor oxígeno al cerebro y reduce el riesgo de enfermedad cardiaca y evento vascular cerebral, lo cual podría finalmente reducir el riesgo de declinación mental y enfermedad. También es posible que la actividad física ayude al cerebro al disminuir los efectos dañinos de las hormonas de estrés.

Cierta investigación incluso sugiere que la actividad física puede promover la regeneración de las células cerebrales o el nacimiento de nuevas.

Además, la actividad no tiene que ser extenuante para tener un efecto: caminar por lo menos una hora y media a la semana a un paso tranquilo brinda beneficios mentales.

El ejercicio es una actividad de oportunidades iguales. Las personas con condiciones crónicas pueden mejorar su condición, visión mental y capacidad
para realizar tareas cotidianas con el ejercicio.

Al introducir una cantidad moderada de actividad física en la vida diaria, se puede mejorar significativamente la salud general, el bienestar y la calidad de vida. El tipo de actividad que elijas hacer depende de ti. Y ten en mente: mientras más te ejercites, más te beneficiarás.

No olvides consultar con tu médico, ya que él puede indicarte las actividades que son seguras para ti de acuerdo con tu edad y condición.