Lazos espirituales y tu salud

Lazos espirituales y tu salud

Además de una actitud optimista y una red fuerte de apoyo, los estudios científicos sugieren que las creencias y prácticas religiosas, y el bienestar espiritual, pueden tener una influencia positiva sobre la calidad de su vida y su capacidad de manejar el estrés y la adversidad.

Lo mismo que el optimismo y el apoyo social, un sentido fuerte de la espiritualidad puede mejorar su salud mental y física.

Es frecuente que las personas usen la palabra espiritualidad de manera intercambiable con religión. Aunque hay una superposición considerable entre ambos conceptos, los términos no necesariamente son sinónimos.

La relación entre religión, espiritualidad y salud mental y física cada vez gana más atención médica. Más investigaciones sugieren que cuando uno cree en algo
superior a uno mismo, refuerza su capacidad para enfrentar todo lo que la vida traiga.

Tus creencias religiosas pueden ayudarte a darle sentido al mundo que te rodea, especialmente durante tiempos de crisis o cuando surgen tragedias.

Creer en algo superior te puede ayudar a aceptar y enfrentar los sucesos que están fuera de tu control. Al aprender a aceptar las cosas que no pueden cambiarse, es posible dedicar más energía a las cosas de tu vida que sí puedes controlar.

Tener una buena vida

Tener una buena vida

La fórmula para tener una buena vida es:

Alguien a quien amar.

Las personas por lo general son más sanas y felices cuando tienen a alguien a quien amar o a quien cuidar, ya sea una pareja, hijos, nietos o una mascota. Pasar el tiempo con la familia y amigos ayuda a evitar la depresión y refuerza las conductas saludables.

Algo que hacer.

Estar involucrado activamente con el mundo, sentirse con retos y productivo, es la clave para la satisfacción. Estar involucrado, buscando oportunidades para aprender, construir y amar, da un sentimiento de propósito e identidad.

Algo que desear.

Para muchas personas, los últimos años de la vida son un momento para explorar nuevas aventuras, beneficiar a otros en la comunidad, o compartir su conocimiento con familia y amigos. A las personas les gusta saber que se retan a sí mismos o que han hecho la diferencia, y ver los resultados de sus esfuerzos.

Mantén los factores clave para una buena vida:

  • Tener un propósito
  • Llevar una dieta saludable
  • Mantenerse físicamente activo
  • Evitar el tabaco y el exceso de alcohol
  • Estimular el cerebro
  • Mantenerse social y espiritualmente conectado
  • Cultivar una actitud positiva

La compañía y tu salud

La compañía y tu salud

A lo largo de la vida, los lazos familiares fuertes y las buenas amistades contribuyen al bienestar mental y emocional, pero los estudios también muestran que las personas que disfrutan de un “apoyo social”, es decir que tienen fuertes vínculos con familiares, amigos y parejas, no sólo tienden a tener mejor salud, sino a vivir más.

Beneficios de tener compañía:

  • Tener con quien hablar cuando vienen tiempos difíciles proporciona un amortiguador psicológico contra estrés, ansiedad y depresión.
  • Incluso cuando no hay una crisis en la vida, las redes sociales incrementan el sentido de pertenencia y autoestima, y promueven la salud mental positiva.

  • Las personas con mayores niveles de apoyo tienen menos tendencia a sufrir ansiedad en general, la cual, en el caso de la enfermedad cardiovascular, está asociada con un incremento en el riesgo de fallecimiento y muerte cardiaca súbita.
  • Refuerza la inmunidad. Es evidente que el estrés puede suprimir la inmunidad.
  • El amor y la amistad ayudan a reducir el estrés. Resulta interesante señalar que un estudio determinó que las personas con redes sociales más diversas eran menos susceptibles al resfriado común.

Nunca es tarde para crear y mantener una relación fuerte y saludable con tus familiares y amigos.

Memoria y edad

Memoria y edad

La siguiente información, brinda ejemplos de las diferencias entre fallas mentales comunes y declinación relacionada con enfermedad. Recuerda que los olvidos ocasionales son normales, mientras que el olvido causado por enfermedad es continuo y empeora progresivamente.

¿Qué es normal?

  • Olvidos ocasionales. Olvidar una cita, un plazo o el nombre de un compañero de trabajo.
  • Distraerse de vez en cuando, dejar algo en el horno demasiado tiempo o no recordar servir una parte de la comida.
  • Problemas ocasionales para encontrar la palabra correcta.
  • Desorientación ocasional, olvidar el día de la semana o qué necesitas de la tienda.

¿Qué no es normal?

  • Olvidos frecuentes o confusión inexplicable en el lugar de trabajo o en casa, hasta el punto de afectar tus habilidades laborales.
  • Problemas con el lenguaje, olvidar palabras fáciles o sustituir por palabras inadecuadas, haciendo que sean difíciles de entender las oraciones.
  • Desorientación en tiempo y espacio, como perderte en tu propia calle, olvidar en dónde estás, cómo llegaste ahí o cómo ir a casa.
  • Juicio deficiente o disminuido, usar una bata de baño para ir a la tienda o una chamarra de invierno en un día cálido.
  • Problemas con el pensamiento abstracto, dificultad para reconocer los números u olvidar cómo realizar sumas o restas básicas.

¿Puedes volverte optimista?

¿Puedes volverte optimista?

Por lo general, las personas no eligen ser optimistas o pesimistas. Lo más probable es que la actitud que tomes ante los sucesos de la vida sea una combinación de la genética y tus experiencias de vida.

El pesimismo puede cambiarse en cierto grado. Al tomar conciencia de la manera en que tus puntos de vista te abaten o influyen en la manera que piensas, puedes ser capaz de visualizar algunos hechos de manera diferente. He aquí algunas sugerencias.

  • Sé consciente de tus pensamientos negativos. Pon atención a los mensajes que te envías a ti mismo.

  • Pon las cosas en perspectiva. Hay personas que son tan negativas, que incluso cuando fallan cosas pequeñas, se sienten como si fueran víctimas de una maldición. Recuerda, todos tenemos altas y bajas y no hay ninguna vida perfecta.
  • Cuenta tus bendiciones. La gratitud puede ayudarte a concentrarte en lo que es bueno en tu vida. Mira a tu alrededor y haz una lista mental de todas las cosas que están siempre presentes, pero por las cuales estás en verdad agradecido.
  • Perdona. Aprende de tus errores, perdónate a ti mismo y a los demás, y sigue adelante.

Reta a tu cuerpo: mantén la motivación

Reta a tu cuerpo: mantén la motivación

Las personas que son inactivas tienen el doble de probabilidad de presentar síntomas de depresión que quienes son físicamente activas. El ejercicio combate la depresión al activar los neurotransmisores cerebrales, los químicos utilizados por las células nerviosas para comunicarse unas con otras.

Cuando se presenta depresión, el nivel del neurotransmisor serotonina o norepinefrina puede estar fuera de balance. El ejercicio puede ayudar a sincronizar estos químicos cerebrales

El ejercicio también estimula la producción de endorfinas, otros neurotransmisores que producen sentimientos de bienestar. Muchas personas tendrán esta sensación con sólo 12 minutos de una rutina.

Un estudio encontró que las personas deprimidas presentaban significativamente menos depresión después de ejercitarse de 20 minutos a una hora tres veces a la semana por cinco semanas.

Otro estudio sugirió que el ejercicio podría estimular el crecimiento de nuevas células cerebrales que fomentan la memoria y el aprendizaje, dos funciones afectadas por la depresión. Se ha sugerido que la actividad física regular puede reducir o prevenir el riesgo de desarrollar depresión y algunas formas de demencia, aunque se requiere más investigación.

No lo pienses más, no necesitas mayor motivación para mantenerte activo y retar a tu cuerpo.

¿Cuál es tu propósito?

¿Cuál es tu propósito?

Las actividades significativas respaldan lo que estás tratando de obtener de la vida, y te ayudan a sentirte conectado con el motivo por el cuál vives. Te dan algo por lo cual esforzarte, una razón para vivir y un motivo para sentirte emocionado cada día.

Tener este sentido de propósito puede evitar que despiertes una mañana, veas hacia atrás en tu vida y te preguntes: ¿qué ha pasado?

Un sentido de propósito puede significar cosas diferentes para distintas personas. Para muchos de nosotros, esto incluye una sensación de que importamos, que otros dependen de nosotros, están interesados en nosotros y se preocupan acerca de lo que nos sucede.

Pasar tiempo en cosas que son significativas para ti y que disfrutes puede ayudarte a sentirte mejor acerca de ti mismo y mejorar tu estado de ánimo y actitud ante la vida.

Sin un sentido de misión, algunas personas se vuelven vulnerables a la depresión, lo cual puede llevar a un autocuidado deficiente y a problemas de salud. La sensación de que importas y que otros te necesitan también es crucial para la salud mental, según los psicólogos.

Por ello, entonces, ¿cómo encuentras tu propósito?

Crea una buena relación con tu médico

Crea una buena relación con tu médico

La mejor atención médica se obtiene cuando uno comparte información con su doctor y colabora con él. He aquí algunas maneras en que puedes ayudar a construir y fortalecer esa relación.

  • Sé puntual para tus citas. Si debes cancelar, trata de hacerlo por lo menos con 24 horas de anticipación.
  • Prepárate para las citas. Antes de cada consulta, anota un par de los problemas que te preocupan y cualquier cambio relevante dentro de tu historial de salud.
  • Contesta todas las preguntas de tu médico de manera veraz y completa. Esto ayudará al médico a vigilar mejor tu salud.

  • Asegúrate de comprender lo que se te dice. Si no comprendes algo, pide a tu médico que lo aclare hasta que lo entiendas.
  • Cuando el médico te prescriba un medicamento u otra forma de tratamiento, haz lo que te recomiende.
  • Lleva a un amigo o familiar a tu cita. Éste podrá proporcionarte apoyo moral, recordarte preguntas que deseas hacer y tomar notas para ayudarte a recordar lo que se te dijo.
  • Habla sobre exámenes preventivos. Los exámenes preventivos regulares son importantes porque le ayudan a tu médico a evaluar tu salud general y a identificar los posibles factores de riesgo para enfermedades.

Infórmate sobre suplementos

Infórmate sobre suplementos

A diferencia de los medicamentos de prescripción y los de venta sin receta, los cuales son probados rigurosamente para comprobar sus beneficios e identificar sus riesgos, la mayoría de los suplementos dietéticos no lo son.

Y el hecho es que es mucho más probable mejorar la dieta y proteger la salud con buenos hábitos de estilo de vida que con suplementos dietéticos. Podría parecer más fácil tomar unas pastillas que preparar una comida equilibrada. El problema es que, si depende de los suplementos para su nutrición, se pierde de los beneficios potenciales de los antioxidantes, fitoquímicos, fibra y otros nutrientes que sólo los alimentos pueden proporcionar.

Tener el equilibrio correcto de vitaminas y minerales en el cuerpo es esencial. Las deficiencias de ciertas vitaminas o minerales pueden producir enfermedades o condiciones específicas, como la anemia perniciosa (deficiencia de vitamina B12) o anemia (deficiencia de hierro).

Sin embargo, demasiado de algunas vitaminas y minerales tampoco es bueno. Las cantidades excesivas de suplementos de dosis altas pueden producir reacciones tóxicas.

Es por ello por lo que es de suma importancia que consultes a tu médico antes de consumir algún suplemento. Tu médico sabrá decirte qué suplemento es bueno para ti de acuerdo con tu edad, sexo y afecciones.