Un ataque de pánico es un episodio repentino de temor intenso que provoca reacciones físicas. Con frecuencia inicia de manera abrupta y alcanza su máximo en 10 minutos. Si sufres con frecuencia ataques de pánico, o si el temor a éstos afecta tus actividades, quizá presentes un padecimiento llamado trastorno de pánico.
Los signos y síntomas de un ataque de pánico pueden incluir:
- Aceleración del ritmo cardiaco
- Mareo o vahído
- Náusea o trastornos estomacales
- Dificultad para respirar o sensación de sofoco
- Sensación de asfixia
- Temblor, escalofrío
- Bochorno, sudoración
- Dolor o molestias en el pecho
- Sensación agobiante de que va a ocurrir un suceso negativo
- Temor de perder el control
- Temor a la muerte
Aunque antes se ignoraban, al considerarlos como nerviosismo o estrés, ahora se reconocen como un trastorno potencialmente discapacitante pero tratable. Si crees que es posible que padezcas ataques de pánico, habla de tus síntomas con tu médico.
Una variedad de métodos, que incluyen medicamentos, terapia y técnicas de relajamiento, pueden ayudarte a controlar o prevenir los ataques de pánico.