Definición:
Sin importar el color o tipo de tu piel o su edad, limitar la exposición al sol, y a tus rayos ultravioleta (UV), puede ayudar a prevenir los daños y, con el tiempo, el cáncer de la piel.
La exposición al sol mejora la producción de vitamina D, sin embargo, los proveedores de cuidados de la salud a menudo recomiendan alimentos fortificados y complementos de vitamina D, para prevenir la exposición prolongada y, por lo tanto, el riesgo de cáncer de piel.
- La ropa protectora, el uso diario del bloqueador solar sobre la piel expuesta al sol, y la lubricación o humectación diarias son importantes.
- La limpieza adecuada es importante para proteger tu piel. Tu rutina de limpieza de la piel debe ser según tu tipo de piel: grasosa, seca, equilibrada o mixta.
- No te expongas al humo del cigarro, la nicotina afecta la piel y hace que envejezca con mayor rapidez.
Ayuda médica
- Cuando laves tu cara, usa agua templada o tibia (nunca caliente) y una toallita o esponja para eliminar las células muertas.
- Emplea un jabón neutro.
- Quizá requieras limpiar la piel grasosa 2 o 3 veces al día.
- Evita lavar tu cuerpo con agua muy caliente o jabones fuertes.
- Si acostumbras afeitarte la barba con la máquina de hojas, verifica que éstas tengan el filo adecuado.
- Las rasuradoras eléctricas suelen irritar la piel. Existen preparaciones adecuadas para tratar este tipo de irritación.
- Escoge cosméticos adecuados a tu tipo de piel.
- Las mujeres deben retirar el maquillaje de los ojos antes de realizar la limpieza facial.
- Usar torundas de algodón evita dañar el delicado tejido que rodea a los ojos.
- Utiliza un protector solar con un factor de protección solar (FPS) de 15 o más alto y de amplio espectro (protección contra los rayos UVA y UVB).