Determina tu nivel de enojo
El enojo en sí mismo no es malo. Si se expresa de la manera adecuada, puede ser sano. Ayuda a protegerte de situaciones peligrosas o, por ejemplo, te energiza para resolver problemas.
- Las frustraciones cotidianas, la impaciencia y el resentimiento pueden hacer que tu temperamento se encienda.
- Para muchas personas, éstos son momentos breves que no logran alterarlos y rápidamente recuperan la calma sin explotar.