Un examen pélvico es un procedimiento simple que un médico familiar, un ginecólogo, o algún otro profesional de cuidados de la salud puede realizar.
- Es muy importante someterse a exámenes pélvicos regularmente cuando la mujer empieza a ser sexualmente activa.
- Un examen pélvico generalmente es parte de una exploración física de rutina.
- Los exámenes pélvicos son importantes, ya que pueden detectar diversos problemas, incluyendo quistes, tumores, infecciones, o debilidad muscular que ocasiona que el útero o la vagina cuelgue.
Para practicar un examen pélvico, el médico te pedirá que te acuestes boca arriba sobre una mesa de exploraciones, con las rodillas flexionadas. Generalmente, los talones descansan en soportes metálicos conocidos como estribos.
Examen externo: El médico examina primero los genitales externos, para asegurarse de que su apariencia sea normal, es decir, que no tengan úlceras, cambios de color o hinchazón.
Examen interno: Para explorar el interior de las paredes de la vagina y el cérvix, el médico inserta un instrumento llamado espéculo, que mantiene las paredes vaginales separadas, y luego, ilumina el interior en busca de lesiones, alguna inflamación, signos de secreción anormal, o cualquier otra cosa inusual.
- Un examen ginecológico regular a menudo incluye un estudio de tu historia médica y una exploración de las mamas. Si has empezado a menstruar, el médico querrá saber la fecha del último periodo menstrual.
- Probablemente, te preguntará respecto a embarazos anteriores y sus resultados; también, respecto a qué método de anticoncepción utilizas, si es que lo haces.
- El médico tal vez puede tomar tu peso y tu presión arterial, y puede pedirte muestras de orina y de sangre, para analizarlas en el laboratorio. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (de Estados Unidos) recomienda que te practiquen un examen pélvico inicial a los 18 años de edad, o antes, en caso de que hayas iniciado ya tu vida sexual.