El cuerpo es extremadamente complejo, y mientras todo funciona bien, no estamos conscientes de ello, hasta que aparece un problema.
Esta sección se enfoca en los problemas relacionados con las extremidades. A continuación, información general.
Muchos de tus 650 músculos te ayudan a moverte. Cada músculo esquelético está unido a los huesos por bandas llamadas tendones. Los pares de músculos funcionan juntos para mover las articulaciones al jalar los huesos. Un músculo se relaja mientras el otro se tensa. Si eres activo, los músculos te permiten realizar todas sus actividades cotidianas, y cuando se sienten adoloridos y tiesos, te dejan saber que te has excedido.
Las causas más comunes de lesiones musculares incluyen:
- Accidentes
- Tensión
- Movimientos repentinos
- Ejercicio excesivo e inflamación
Puede evitar muchos de estos dolores si:
- Haces ejercicio con regularidad y de forma moderada. También si aumentas la actividad de manera gradual.
- Estira tus músculos con suavidad antes y después de ejercitarte.
- Bebe mucha agua. Consumir 6 a 8 vasos de agua al día mantiene una buena hidratación, aunque esto no sustituye a la actividad física.
- Fortalece tus músculos con ejercicios de resistencia.
- Tienes cuidado cuando te ejercitas, en especial si tienes una lesión previa.
No puedes verlo, pero los 206 huesos del cuerpo cambian constantemente. Las proteínas se encargan de formar la estructura. Los minerales, en especial el calcio y el fosfato, se encargan de rellenarlos para darles fuerzas.
Los padecimientos comunes de los huesos incluyen:
- Roturas, que resultan de un estrés mayor del que puede soportar un hueso específico
- Hematomas, por lo general consecuencia de un traumatismo
- Debilitamiento ocasionado por la pérdida de minerales (osteoporosis)
Los huesos de un niño suelen ser más elásticos que los de un adulto, y al madurar se vuelven más rígidos.