Factores de riesgo

Factores de riesgo

Por lo general, la depresión comienza en la adolescencia o entre los veinte o treinta y tantos años, pero puede aparecer en cualquier momento de la vida. Esta enfermedad se les diagnostica más a las mujeres que a los hombres, pero puede ser, en parte, porque es más probable que las primeras busquen recibir tratamiento.

Algunos de los factores que parecen aumentar el riesgo de que se manifieste o se desencadene la depresión son:

  • Ciertos rasgos de la personalidad, como tener la autoestima baja y ser demasiado dependiente, muy autocrítico o pesimista
  • Situaciones traumáticas o estresantes, como maltrato físico o abuso sexual, la muerte o la pérdida de un ser querido, una relación difícil o problemas económicos
  • Familiares consanguíneos que tienen antecedentes de depresión, trastorno bipolar, alcoholismo o suicidio
  • Ser lesbiana, gay, bisexual, transgénero o presentar variaciones en el desarrollo de los órganos genitales que no son claramente ni masculinos ni femeninos (intersexualidad) en un entorno que no brinda apoyo
  • Antecedentes de otros trastornos de salud mental, como un trastorno de ansiedad, de la alimentación o de estrés postraumático
  • Una enfermedad grave o crónica, como cáncer, un accidente cerebrovascular, dolor crónico o una enfermedad cardíaca
  • Ciertos medicamentos, como los que se indican para la presión arterial alta o las pastillas para dormir (habla con el médico antes de suspender la toma de cualquier medicamento

Diagnóstico

Diagnóstico

El médico puede determinar un diagnóstico de depresión a partir de lo siguiente:

  • Exploración física. Es probable que el médico te realice una exploración física y te haga preguntas sobre tu salud. En algunos casos, la depresión puede estar relacionada con un problema de salud físico no diagnosticado.
  • Análisis de laboratorio. Por ejemplo, el médico puede realizarte un análisis de sangre llamado «hemograma completo» o analizar la glándula tiroides para asegurarse de que funcione correctamente.
  • Evaluación psiquiátrica. El profesional de salud mental te realizará preguntas acerca de tus síntomas, tus pensamientos, tus sentimientos y tus patrones de conducta. Es posible que te pida que completes un cuestionario para ayudar a responder estas preguntas.
  • DSM-5. El profesional de salud mental puede utilizar los criterios que se describen en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5) (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría).

Tratamiento

Tratamiento

Los medicamentos y la psicoterapia son eficaces para la mayoría de las personas con depresión. Tu médico o psiquiatra te pueden recetar medicamentos para aliviar los síntomas. Sin embargo, muchas personas que padecen depresión también se benefician con ver a un psiquiatra, a un psicólogo o a otro profesional de salud mental.

Si sufres depresión grave, es posible que necesites una estancia hospitalaria o participar en un programa de tratamiento para pacientes ambulatorios hasta que los síntomas mejoren.

Medicamentos

Se encuentran disponibles muchos tipos de antidepresivos. Asegúrate de hablar con el médico o con el farmacéutico sobre los efectos secundarios más importantes.

  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
  • Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina
  • Antidepresivos atípicos
  • Antidepresivos tricíclicos
  • Inhibidores de la monoaminooxidasa
Los antidepresivos y el embarazo

Si estás embarazada o en período de lactancia, es posible que algunos antidepresivos representen un mayor riesgo para la salud del feto o del bebé lactante. Habla con el médico si estás embarazada o si piensas tener un bebé.

Psicoterapia

La psicoterapia es un término general que se usa para aludir al tratamiento de la depresión mediante la conversación con un profesional de salud mental acerca de la enfermedad y de los problemas relacionados. La psicoterapia también se conoce como “terapia de conversación” o “terapia psicológica”.
Hay diferentes tipos de psicoterapias que pueden ser efectivas para tratar la depresión, como la terapia cognitiva conductual o la terapia interpersonal.

Tratamiento hospitalario y residencial.

En algunos casos, la depresión es tan grave que se necesita una estancia hospitalaria. Esto puede ser necesario si no te puedes cuidar solo adecuadamente o si estás en peligro inminente de lastimarte a ti mismo o a alguien más. El tratamiento psiquiátrico en un hospital te puede ayudar a mantenerte tranquilo y seguro hasta que mejore tu estado de ánimo.

Causas

Causas

Se desconoce la causa exacta de la depresión. Al igual que sucede con muchos trastornos mentales, puede comprender diversos factores, como:

  • Diferencias biológicas. Las personas con depresión tienen cambios físicos en el cerebro. La importancia de estos cambios aún es incierta, pero con el tiempo pueden ayudar a identificar las causas.
  • Química del cerebro. Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encuentran naturalmente en el cerebro y que probablemente desempeñan un rol en la depresión. Las investigaciones recientes indican que los cambios en la función y el efecto de estos neurotransmisores, y cómo interactúan con los neurocircuitos involucrados en mantener la estabilidad del estado de ánimo pueden tener un rol importante en la depresión y su tratamiento.
  • Hormonas. Es posible que los cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo tengan un rol al causar o desencadenar la depresión. Los cambios hormonales pueden presentarse en el embarazo y durante las semanas o meses después del parto (posparto), y por problemas de tiroides, menopausia u otros trastornos.
  • Rasgos hereditarios. La depresión es más frecuente en las personas cuyos parientes consanguíneos también tienen este trastorno. Los investigadores están buscando genes que puedan intervenir en el origen de la depresión.

Síntomas

Depresión en adolescentes

La depresión en adolescentes es un problema de salud mental grave que provoca un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. Afecta la manera en que tu hijo adolescente piensa, se siente y se comporta, y puede provocar problemas emocionales, funcionales y físicos. Aunque la depresión puede ocurrir en cualquier momento de la vida, los síntomas entre los adolescentes y los adultos pueden ser diferentes.

Algunos problemas como la presión de sus compañeros, las expectativas académicas y los cuerpos que cambian pueden ocasionar muchos altibajos en los adolescentes. Sin embargo, para algunos adolescentes, estar deprimido es mucho más que solo sentimientos temporales, sino que es un síntoma de depresión.

La depresión en adolescentes no es una debilidad o algo que se pueda superar con fuerza de voluntad, puede tener consecuencias graves y requiere tratamientos a largo plazo. Para la mayoría de los adolescentes, los síntomas de depresión se calman con tratamientos como medicamentos y terapia psicológica.

Síntomas

Los signos y síntomas de depresión en los adolescentes incluyen un cambio en la actitud y el comportamiento previos del adolescente que pueden provocar angustia y dificultades importantes en la escuela o el hogar, en actividades sociales o en otros aspectos de la vida.

Los síntomas de depresión pueden variar en su gravedad, pero los cambios en las emociones y el comportamiento del adolescente pueden incluir los siguientes ejemplos.

Debes prestar atención a los cambios emocionales, tales como:

  • Sentimientos de tristeza, los cuales pueden incluir episodios de llanto sin razón aparente
  • Frustración o sentimientos de ira, incluso por asuntos menores
  • Sentimientos de desesperanza o vacío
  • Estado de ánimo irritable o molesto
  • Pérdida del interés o del placer en las actividades cotidianas
  • Autoestima baja
  • Sentimientos de falta de valoración de sí mismo o culpa
  • Fijación en fallas pasadas o autoinculpación o autocrítica excesiva
  • Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio

Debes estar atento a cambios en el comportamiento, como, por ejemplo:

  • Cansancio y pérdida de energía
  • Insomnio o dormir demasiado
  • Aislamiento social
  • Bajo rendimiento escolar o ausencias frecuentes de la escuela
  • Menor atención a la higiene o al aspecto personales
  • Arrebatos de ira, comportamiento problemático o arriesgado, u otros comportamientos para llamar la atención.
  • Autolesiones: por ejemplo, cortarse o quemarse
  • Armar un plan de suicido o un intento de suicidio
¿Cuándo consultar al médico?

Si los signos y síntomas de la depresión continúan, comienzan a interferir en la vida de tu hijo adolescente o te causan inquietudes relacionadas con el suicidio o la seguridad de tu hijo adolescente, habla con un médico o profesional de salud mental capacitado para trabajar con adolescentes. Un buen inicio sería consultar con el médico de cabecera o el pediatra de tu hijo. O tal vez podrían recomendarte a alguien en la escuela de tu hijo.

Prevención

Prevención

No existe una manera segura para evitar la depresión. Sin embargo, las siguientes estrategias pueden ser útiles.

  • Toma medidas para controlar el estrés, mejorar tu resiliencia y levantar tu autoestima.
  • Acércate a la familia y a los amigos, especialmente en momentos de crisis, para que te ayuden a superar los malos tiempos.
  • Consigue tratamiento ante el primer signo de un problema para que te ayude a impedir que la depresión empeore.
  • Considera tener tratamiento de apoyo de larga duración para que te ayude a prevenir la reaparición de los síntomas.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

Existen muchos factores que aumentan el riesgo de que se manifieste o se desencadene la depresión adolescente. Entre estos, se incluyen los siguientes:

  • Tener problemas que impacten de forma negativa en su autoestima, como obesidad, malas relaciones con sus compañeros, acoso prolongado o dificultades académicas.
  • Haber sido víctima de violencia o testigo de casos de violencia, como abuso sexual o físico.
  • Tener otras afecciones de salud mental, como trastorno bipolar, de ansiedad o de la personalidad; sufrir anorexia o bulimia.
  • Tener problemas de aprendizaje o trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
  • Tener dolor constante o una enfermedad física crónica, como cáncer, diabetes o asma.
  • Tener ciertos rasgos de personalidad, como autoestima baja o depender demasiado de los demás, ser autocrítico o pesimista.
  • Consumir alcohol, nicotina u otras sustancias ilícitas.
  • Ser gay, lesbiana, bisexual o transgénero en un entorno que no le brinda apoyo.

Los antecedentes familiares y los problemas en el hogar o con otras personas pueden aumentar el riesgo de que el adolescente sufra depresión. Por ejemplo:

  • Tener padres, abuelos u otros parientes consanguíneos con depresión, trastorno bipolar o problemas por consumo de alcohol.
  • Tener un familiar que se haya suicidado.
  • Tener un familiar con problemas importantes para relacionarse o comunicarse.
  • Haber vivido eventos de vida estresantes recientes, como el divorcio de los padres, el servicio militar de los padres o la muerte de un ser querido.

Causas

Causas

Se desconoce la causa exacta de la depresión, pero puede haber varios problemas implicados. Estos incluyen los siguientes:

  • Neuroquímica cerebral. Los neurotrasmisores son sustancias químicas que se encuentran naturalmente en el cerebro y que trasmiten señales a otras partes del cerebro y del cuerpo. Cuando estas sustancias químicas son anormales o se ven alteradas, la función de los receptores y sistemas nerviosos cambia, lo que genera depresión.
  • Rasgos hereditarios. La depresión es más común en las personas que tienen parientes consanguíneos (como uno de los padres o de los abuelos) con este trastorno.
  • Trauma de la primera infancia. Los eventos traumáticos durante la infancia, como el abuso físico o emocional o la pérdida de uno de los padres, pueden causar cambios en el cerebro que aumentan el riesgo de presentar depresión.
  • Patrones aprendidos de pensamiento negativo. La depresión en los adolescentes puede estar asociada a aprender a sentirse inútil, contrario a aprender a sentirse capaz de encontrar soluciones para los desafíos de la vida.

Tratamiento

Tratamiento

El tratamiento depende del tipo y de la gravedad de los síntomas de depresión del adolescente. Una combinación de terapia de conversación (psicoterapia) y medicamentos puede ser muy efectiva para la mayoría de los adolescentes con depresión.

Si el adolescente sufre depresión grave o corre peligro de autolesionarse, es posible que necesite una internación hospitalaria o participar en un programa de tratamiento ambulatorio hasta que mejoren sus síntomas.

A continuación, se presentan con más detalle las opciones de tratamiento para la depresión.

Medicamentos

La mayoría de los antidepresivos suelen ser seguros, pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) exige que todos los antidepresivos tengan una advertencia en un recuadro negro, que es la advertencia más estricta para los medicamentos recetados.

Psicoterapia

La psicoterapia, también llamada asesoramiento psicológico o terapia de conversación, es un término general para tratar la depresión en la que se habla con un profesional de salud mental sobre la depresión y otras cuestiones relacionadas. Los diferentes tipos de psicoterapia pueden resultar efectivos para la depresión, como la terapia cognitivo-conductual o la terapia interpersonal.

La psicoterapia puede realizarse de manera individual, con los miembros de la familia o en grupo. A lo largo de las sesiones regulares, su hijo podrá:

  • Aprender sobre las causas de la depresión
  • Aprender a identificar y modificar las conductas o pensamientos perjudiciales para la salud.
  • Explorar relaciones y experiencias
  • Encontrar mejores formas de enfrentar y solucionar problemas
  • Establecer objetivos realistas
  • Recuperar el sentimiento de felicidad y de control.
  • Ayudar a aliviar los síntomas de depresión, como la desesperanza y el enojo
  • Adaptarse a una crisis u otra dificultad actual

Hospitalización y otros programas de tratamiento

En algunos adolescentes, la depresión es tan grave que se requiere la hospitalización, especialmente si hay riesgos de que se autolesionen o lastimen a otras personas. El tratamiento psiquiátrico en un hospital puede ayudar a que el joven se sienta tranquilo y seguro hasta que mejore su capacidad de afrontar una situación difícil y se desarrolle un plan de seguridad.

Los programas de tratamiento de día también pueden ayudar. Estos programas brindan el apoyo y el asesoramiento necesarios mientras el adolescente trabaja para controlar los síntomas de depresión.

Diagnóstico

Diagnóstico

Cuando se sospecha de depresión adolescente, el médico habitualmente realiza estos exámenes y pruebas.

  • Examen físico. El médico puede hacer un examen físico y hacer preguntas exhaustivas sobre la salud de tu hijo adolescente para determinar la posible causa de la depresión. En algunos casos, la depresión puede estar vinculada con un problema de salud no diagnosticado.
  • Análisis de laboratorio. Por ejemplo, el médico de tu hijo puede hacer una prueba de sangre llamada hemograma completo o analizar la tiroides de tu hijo para asegurarse de que esté funcionando correctamente.
  • Evaluación psicológica. Un médico o un profesional de salud mental pueden hablar con tu hijo adolescente sobre sus pensamientos, sentimientos y comportamientos, y también puede incluir un cuestionario. Esto permitirá llegar a un diagnóstico y revisar las complicaciones relacionadas.

Los síntomas causados por la depresión mayor pueden variar de una persona a otra. A fin de aclarar el tipo de depresión que padece tu hijo adolescente, el médico puede utilizar uno o más especificadores, lo cual significa depresión con características específicas. A continuación, te ofrecemos algunos ejemplos:

  • Ansiedad: depresión con inquietud inusual o preocupación por posibles eventos o pérdida del control.
  • Características melancólicas: depresión grave con falta de respuesta a algo que solía causar placer y está relacionado con el despertar temprano por la mañana, empeoramiento en el estado de ánimo de la mañana, cambios importantes en los hábitos alimenticios y sentimientos de culpa, nerviosismo o lentitud.
  • Características atípicas: depresión que incluye la capacidad de estar temporalmente alegre como consecuencia de eventos felices, mayor apetito, aumento excesivo de sueño, sensibilidad al rechazo y pesadez en brazos o piernas.