Factores de riesgo

Factores de riesgo

Algunos factores ponen a los bebés en mayor riesgo de contraer un resfriado común.

  • Sistemas inmunitarios inmaduros. Por naturaleza, los bebés están en riesgo de contraer resfriados comunes porque aún no han estado expuestos o no han desarrollado resistencia a la mayoría de los virus que los causan.
  • Contacto con otros niños. Al pasar tiempo con otros niños, que no siempre se lavan las manos o se cubren la boca al toser y estornudar, puede aumentar el riesgo de que tu bebé contraiga un resfriado. El riesgo de resfriarse aumenta al exponerse a cualquier persona que tenga un resfriado.
  • Época del año. Los resfriados son más comunes desde el otoño hasta finales de la primavera, pero tu bebé puede resfriarse en cualquier momento.

Diagnóstico

Diagnóstico

Si tu bebé tiene menos de 3 meses, llama al médico al comienzo de la enfermedad. En los recién nacidos, es especialmente importante asegurarse de que no haya una enfermedad más grave, en particular si tu bebé tiene fiebre.

En general, no es necesario acudir al médico si un bebé mayor tiene un resfriado común. Si tienes dudas o si los síntomas de tu bebé empeoran o no desaparecen, puede que sea el momento de ir al médico.

Por lo general, el médico de tu bebé puede diagnosticar un resfriado común por los signos y síntomas de tu bebé. Si el médico sospecha que tu bebé tiene una infección bacteriana u otra afección, puede pedir una radiografía de tórax u otras pruebas para excluir otras causas de los síntomas de tu bebé.

Causas

Causas

El resfriado común es una infección de la nariz y la garganta (infección del tracto respiratorio superior) que puede estar causada por uno de más de 200 virus. Los rinovirus son los más comunes.

Un virus del resfriado entra en el cuerpo de tu bebé a través de la boca, los ojos o la nariz.

Una vez que se haya infectado con el virus, por lo general tu bebé será inmune a ese virus. Pero dado que muchos virus causan resfriados, tu bebé puede tener varios resfriados al año y muchos a lo largo de su vida. Además, algunos virus no producen una inmunidad duradera.

Tu bebé puede infectarse con un virus por:

  • Aire. Cuando alguien que está enfermo tose, estornuda o habla, puede propagar el virus directamente a tu bebé.
  • Contacto directo. Alguien que tenga un resfriado y toque la mano de tu bebé puede trasmitirle el virus del resfriado, y el bebé puede infectarse si se toca los ojos, la nariz o la boca.
  • Superficies contaminadas. Algunos virus viven en superficies durante dos horas o más. Tu bebé puede contagiarse del virus al tocar una superficie contaminada, como un juguete.

Prevención

Prevención

No hay vacuna para el resfriado común. La mejor defensa contra el resfriado común es tomar precauciones con sentido común y el lavado frecuente de manos.

  • Mantén a tu bebé alejado de cualquier persona que esté enferma. Si tienes un recién nacido, no permitas que nadie que esté enfermo lo visite. Si es posible, evita el transporte público y los lugares con mucha concentración de público con tu recién nacido.
  • Lávate las manos antes de alimentar o tocar a tu bebé. Lávate las manos muy bien y con frecuencia con agua y jabón durante al menos 20 segundos. Si no dispones de agua ni jabón, usa un desinfectante de manos a base de alcohol que contenga por lo menos un 60 % de alcohol.
  • Limpia los juguetes y chupetes de tu bebé con frecuencia. Limpia las superficies que se tocan con frecuencia. Esto es de particular importancia si alguien en tu familia o un amiguito de tu bebé tiene un resfriado.
  • Enséñales a todos en la casa a toser o estornudar en un pañuelo desechable. Tira los pañuelos desechables usados inmediatamente y luego lávate bien las manos. Si no tienes un pañuelo desechable a tu alcance, tose o estornuda en la parte interna del codo. Luego lávate las manos.
  • Revisa las políticas del centro de cuidado infantil de tu hijo. Busca un ambiente de cuidado infantil con buenas prácticas de higiene y políticas claras acerca de mantener a los niños enfermos en el hogar.

Tratamiento

Tratamiento

No hay cura para el resfriado común. La mayoría de los casos de resfriado común mejoran sin tratamiento, normalmente en un plazo de una semana a 10 días, pero la tos puede durar una semana o más. Los antibióticos no funcionan contra los virus del resfriado.

Intenta que tu bebé esté más cómodo con medidas como asegurarte de que beba suficiente líquido, succionar moco nasal y mantener el aire húmedo. Por lo general, se debe evitar darles medicamentos de venta libre a los bebés.

Autocuidados

En muchos casos, puedes tratar el resfriado de un bebé de mayor edad en casa. Para hacer que tu bebé esté lo más cómodo posible, intenta algunas de estas sugerencias:

  • Ofrece mucho líquido. Los líquidos son importantes para evitar la deshidratación.
  • Succiona la nariz de tu bebé. Mantén los conductos nasales de tu bebé limpios con una pera de goma.
  • Usa gotas nasales de solución salina. El médico de tu bebé puede recomendar gotas nasales de solución salina para humedecer los conductos nasales y aflojar el moco espeso.
  • Humedece el aire. El uso de un humidificador de agua fría en la habitación de tu bebé puede aliviar la congestión nasal. Cambia el agua diariamente y sigue las instrucciones del fabricante para limpiar la unidad.

Causas

Causas

El síndrome metabólico se vincula estrechamente con el sobrepeso, la obesidad y la falta de actividad física.

También se vincula con una afección denominada resistencia a la insulina. En condiciones normales, el sistema digestivo descompone los alimentos que ingieres y los transforma en azúcar. La insulina es una hormona generada por el páncreas que ayuda al ingreso del azúcar a las células para utilizarla como combustible.

En las personas con resistencia a la insulina, las células no responden normalmente a la insulina y la glucosa no puede ingresar a las células con tanta facilidad. Como resultado, los niveles de glucemia aumentan incluso cuando tu cuerpo produce más insulina para intentar disminuir la glucemia.

Síntomas

Síndrome metabólico

El síndrome metabólico es un grupo de trastornos que se presentan al mismo tiempo y aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2. Estos trastornos incluyen aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en sangre, exceso de grasa corporal alrededor de la cintura y niveles anormales de colesterol o triglicéridos.

Tener solo uno de estos trastornos no significa que tienes síndrome metabólico. Pero sí significa que tienes un mayor riesgo de contraer una enfermedad grave. Y si desarrollas más de estos trastornos, tu riesgo de complicaciones, como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas, aumenta aún más.

El síndrome metabólico es cada vez más frecuente, y hasta un tercio de los adultos estadounidenses lo tienen. Si tienes síndrome metabólico o cualquiera de sus componentes, los cambios radicales en el estilo de vida pueden demorar o incluso evitar la aparición de problemas de salud graves.

Síntomas

La mayoría de los trastornos asociados con el síndrome metabólico no tiene signos ni síntomas evidentes. Un signo que es visible es la circunferencia grande de la cintura. Si el azúcar en sangre es alto, podrías notar los signos y los síntomas de la diabetes, como aumento de la sed y la orina, cansancio y visión borrosa.

¿Cuándo consultar al médico?

Si sabes que presentas al menos un componente del síndrome metabólico, consulta al médico para ver si debes realizarte análisis para detectar otros componentes.

Diagnóstico

Diagnóstico

Según las pautas de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), padeces el síndrome metabólico si tienes tres o más de estos rasgos, incluidos los rasgos para los que puedes estar tomando medicamentos para controlarlos:

  • Circunferencia grande de cintura: una cintura que mide al menos 35 pulgadas (89 centímetros) en el caso de las mujeres y 40 pulgadas (102 centímetros) en el caso de los hombres.
  • Niveles elevados de triglicéridos: 150 miligramos por decilitro (mg/dl) o 1,7 milimoles por litro (mmol/l) o niveles superiores de este tipo de grasa en sangre.
  • Colesterol «bueno» o de Lipoproteína de alta densidad reducido: menos de 40 miligramos por decilitro (1,04 milimoles por litro) en los hombres o menos de 50 miligramos por decilitro (1,3 milimoles por litro) en las mujeres.
  • Una prueba cutánea. Una prueba de punción epidérmica puede determinar tu reacción a un alimento en particular. Para esta prueba, se coloca sobre la piel del antebrazo o la espalda una pequeña cantidad del alimento del que se sospecha que podría causar una reacción alérgica. Si eres alérgico a la sustancia que se está probando, te aparecerá un pequeño bulto o una reacción. Sin embargo, una reacción positiva a esta prueba no es suficiente para confirmar una alergia al alimento en cuestión.
  • Hipertensión arterial: 130/85 milímetros de mercurio (mm Hg) o más.
  • Glucosa sanguínea en ayunas elevada: 100 miligramos por decilitro (5,6 milimoles por litro) o más.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

Los siguientes factores aumentan las posibilidades de tener síndrome metabólico:

  • Edad. El riesgo de padecer síndrome metabólico aumenta con la edad.
  • Origen étnico. En los Estados Unidos, los hispanos, en especial las mujeres hispanas, parecen tener el mayor riesgo de desarrollar el síndrome metabólico. Las razones de esto no están del todo claras.
  • Obesidad. Tener sobrepeso, especialmente en el abdomen, aumenta el riesgo de síndrome metabólico.
  • Diabetes. Es más probable que tengas síndrome metabólico si tuviste diabetes durante el embarazo (diabetes gestacional) o si tienes antecedentes familiares de diabetes tipo 2.
  • Otras enfermedades. Tienes más riesgo de experimentar síndrome metabólico si alguna vez tuviste la enfermedad del hígado graso no alcohólico, el síndrome de ovario poliquístico o una apnea del sueño.

Prevención

Prevención

Un compromiso de por vida con un estilo de vida saludable puede prevenir las afecciones que causan el síndrome metabólico. Un estilo de vida saludable incluye lo siguiente:

  • Hacer actividad física al menos 30 minutos la mayoría de los días
  • Comer muchas verduras, frutas, proteínas magras y cereales integrales
  • Limitar la sal y las grasas saturadas en tu dieta
  • Mantener un peso saludable
  • No fumar