Factores de riesgo

Factores de riesgo

Algunos factores de riesgo para alergia alimentaria incluyen los siguientes:

  • Antecedentes familiares. Si en tu familia son comunes el asma, el eccema, la urticaria o las alergias como la rinitis alérgica, tendrás un mayor riesgo de alergia alimentaria.
  • Otras alergias. Si ya eres alérgico a algún alimento en particular, es posible que tengas un mayor riesgo de ser alérgico a otro. Asimismo, si ya tienes otros tipos de reacciones alérgicas, como rinitis alérgica o eccema, tu riesgo de padecer alergia alimentaria será mayor.
  • Edad. Las alergias alimentarias son más comunes en niños, especialmente en bebés y niños pequeños. A medida que los niños crecen, sus aparatos digestivos maduran y es menos probable que sus cuerpos absorban alimentos o ingredientes que desencadenen alergias. Los niños generalmente superan las alergias a la leche, la soja, el trigo y los huevos cuando crecen. Las alergias graves y las alergias a los frutos secos y a los mariscos suelen ser de por vida.
  • Asma. El asma y las alergias alimentarias comúnmente se manifiestan juntas. En estos casos, es probable que los síntomas de ambas, tanto de las alergias alimentarias como del asma, sean graves.

Diagnóstico

Diagnóstico

No existe una prueba infalible para confirmar o descartar una alergia alimentaria. Tu equipo de atención médica considerará algunos factores antes de hacer un diagnóstico. Estos factores incluyen los siguientes:

  • Tus síntomas. Explícale detalladamente al equipo de atención médica los antecedentes de tus síntomas o los de tu hijo (qué alimentos y en qué cantidades parecen causar problemas).
  • Tus antecedentes familiares de alergias. Comparte también información sobre los miembros de tu familia que tengan algún tipo de alergia.
  • Un examen físico. Con frecuencia, un examen minucioso puede ayudar a identificar o descartar otros problemas médicos.
  • Una prueba cutánea. Una prueba de punción epidérmica puede determinar tu reacción a un alimento en particular. Para esta prueba, se coloca sobre la piel del antebrazo o la espalda una pequeña cantidad del alimento del que se sospecha que podría causar una reacción alérgica. Si eres alérgico a la sustancia que se está probando, te aparecerá un pequeño bulto o una reacción. Sin embargo, una reacción positiva a esta prueba no es suficiente para confirmar una alergia al alimento en cuestión.
  • Un análisis de sangre. Un análisis de sangre puede medir la respuesta del sistema inmunitario ante un alimento en particular, ya que mide un anticuerpo, denominado inmunoglobulina E, que se relaciona con las alergias.

Causas

Causas

Cuando tienes una alergia alimentaria, tu sistema inmunitario identifica erróneamente un alimento específico o una sustancia en los alimentos como algo dañino. En respuesta, el sistema inmunitario hace que las células liberen un anticuerpo que se denomina inmunoglobulina E para neutralizar el alérgeno, es decir, el alimento o la sustancia alimenticia que causa la alergia.

La mayoría de las alergias alimentarias se desencadenan a causa de ciertas proteínas presentes en los siguientes alimentos:

  • Mariscos crustáceos, como camarones, langosta y cangrejo
  • Maníes (cacahuates)
  • Frutos secos, como nueces y nueces pecanas
  • Pescado
  • Huevos de gallina
  • Leche de vaca
  • Trigo
  • Soja

Cuando hace calor, el cuerpo se enfría principalmente a través de la sudoración. La evaporación de la sudoración regula la temperatura corporal. Pero cuando haces ejercicio extenuante o te esfuerzas de forma excesiva en un clima cálido y húmedo, el cuerpo no puede enfriarse bien y se producen calambres por calor. Estos calambres son el tipo más leve de una enfermedad relacionada con el calor.

Los síntomas de calambres por calor a menudo comprenden sudoración intensa, fatiga, sed y calambres musculares. El tratamiento inmediato puede evitar que los calambres por calor avancen hasta otras enfermedades más graves, como agotamiento por calor.

Beber líquidos o bebidas deportivas con electrolitos puede ayudar a tratar los calambres por calor. Otra opción para estos calambres es ir a lugares más frescos, como aquellos donde hay aire acondicionado o sombra, y descansar.

Síndrome de alergia al polen alimentario

También conocido como síndrome de alergia oral, el síndrome de alergia al polen alimentario afecta a muchas personas con rinitis alérgica. En esta afección, ciertas frutas y verduras frescas o frutos secos y especias pueden desencadenar una reacción alérgica que causa cosquilleo o picazón en la boca. En casos graves, la reacción produce hinchazón de la garganta o incluso anafilaxia.

Alergia alimentaria inducida por el ejercicio

Ingerir ciertos alimentos puede hacer que algunas personas sientan picazón y aturdimiento poco después de comenzar a hacer ejercicio. En casos graves, los episodios pueden incluir la aparición de urticaria o la anafilaxia. No comer por un par de horas antes de hacer ejercicio y evitar ciertos alimentos puede ayudar a prevenir este problema.

Intolerancia alimentaria y otras reacciones

La intolerancia alimentaria o una reacción a otra sustancia que hayas comido pueden causar los mismos síntomas que la alergia alimentaria, como náuseas, vómitos, calambres y diarrea.

Según el tipo de intolerancia alimentaria que tengas, tal vez puedas comer pequeñas cantidades de los alimentos problemáticos sin tener una reacción. En cambio, si tienes una verdadera alergia alimentaria, incluso una cantidad diminuta del alimento en cuestión puede desencadenar una reacción alérgica.

Uno de los aspectos engañosos del diagnóstico de la intolerancia alimentaria es que algunas personas no son sensibles al alimento en sí, sino a una sustancia o ingrediente utilizado para su preparación.

Tratamiento

Tratamiento

La única forma de evitar una reacción alérgica es no comer los alimentos que pueden causar síntomas. Sin embargo, a pesar de tus esfuerzos, puedes entrar en contacto con un alimento que causa una reacción.

En caso de una reacción alérgica leve, los antihistamínicos de venta libre o de venta con receta médica pueden ayudar a reducir los síntomas. Estos medicamentos pueden tomarse después de la exposición al alimento que causa la alergia para ayudarte a aliviar la picazón o la urticaria. Sin embargo, los antihistamínicos no sirven para tratar una reacción alérgica grave.

En caso de una reacción alérgica grave, es posible que debas acudir a la sala de emergencias para que te administren una inyección de epinefrina de inmediato. Muchas personas con alergias llevan consigo un autoinyector de epinefrina. Este dispositivo combina una jeringa y una aguja oculta que inyecta una sola dosis del medicamento cuando se lo presiona contra el muslo.

Si te han recetado un autoinyector de epinefrina:

  • Debes saber cómo usar el autoinyector. Además, asegúrate de que las personas más cercanas a ti sepan cómo darte el medicamento; si están contigo durante una urgencia anafiláctica, podrían salvarte la vida.
  • Llévalo contigo en todo momento. Quizá sea una buena idea tener un autoinyector adicional en el auto o en el escritorio del trabajo.
  • Asegúrate siempre de reemplazar la epinefrina antes de la fecha de caducidad; de lo contrario, podría no funcionar correctamente.

Prevención

Prevención

Cuando ya se desarrolló una alergia alimentaria, la mejor manera de prevenir una reacción alérgica es conocer y evitar los alimentos que causan los signos y los síntomas.

Si sabes que tienes una alergia alimentaria, sigue estos pasos:

  • Sé consciente de lo que comes y bebes. Asegúrate de leer cuidadosamente las etiquetas de los alimentos.
  • Si ya tuviste una reacción grave, usa un brazalete o un collar de alerta médica que les informe a los demás que tienes una alergia alimentaria, en caso de que sufras una reacción y no puedas comunicarte.
  • Habla con el equipo de atención médica sobre la prescripción de epinefrina de emergencia. Es posible que debas llevar un autoinyector de epinefrina si corres riesgo de sufrir una reacción alérgica grave.
  • Ten cuidado en los restaurantes. Asegúrate de que la persona que te atiende o el cocinero sepa que no puedes comer los alimentos a los que eres alérgico bajo ninguna circunstancia y que necesitas estar completamente seguro de que la comida que pides no los contiene.
  • Planifica las comidas y los refrigerios antes de salir de tu casa. Si es necesario, lleva una nevera portátil (hielera) con alimentos que no contengan alérgenos cuando viajes o vayas a un evento. Si tú o tu hijo no pueden comer la torta (pastel) o el postre en una fiesta, lleva algo especial que puedan comer para que nadie se sienta excluido de la celebración.

Síntomas

Agotamiento por calor

El agotamiento por calor es una afección que se produce cuando el cuerpo se sobrecalienta. Los síntomas pueden incluir sudoración intensa y pulso acelerado. El agotamiento por calor es una de las tres enfermedades relacionadas con el calor, siendo la más leve la de los calambres por calor y la más grave el golpe de calor.

Las causas de las enfermedades relacionadas con el calor incluyen la exposición a temperaturas altas, sobre todo cuando también hay mucha humedad, y la actividad física intensa. Si no se trata de inmediato, el agotamiento por calor puede llevar a un golpe de calor, afección que pone en riesgo la vida. Por suerte, el agotamiento por calor puede prevenirse.

Síntomas

Los síntomas del agotamiento por calor pueden aparecer de repente o con el paso del tiempo, especialmente con períodos prolongados de ejercicio. Los síntomas posibles del agotamiento por calor comprenden los siguientes:

  • Piel fría, húmeda y erizada cuando se está al calor
  • Sudoración intensa
  • Desmayos
  • Mareos
  • Cansancio
  • Pulso débil y rápido
  • Presión arterial baja al ponerse de pie
  • Calambres musculares
  • Nauseas
  • Dolor de cabeza
¿Cuándo consultar al médico?

Si crees que tienes agotamiento por calor:

  • Suspende todas las actividades y descansa.
  • Busca un lugar más fresco.
  • Bebe agua fresca o bebidas deportivas.

Si estás con una persona que tiene agotamiento por calor, busca ayuda médica inmediata si se siente confundida o afligida, pierde el conocimiento o no puede beber. Si la temperatura corporal central (medida con un termómetro rectal) alcanza los 40 °C o más, la persona necesita enfriamiento de inmediato y atención médica de urgencia.

Consulta al médico si los síntomas empeoran o si no mejoran dentro de una hora.

Factores de riesgo

Factores de riesgo

Cualquier persona puede tener una enfermedad causada por el calor, pero ciertos factores aumentan la sensibilidad a este. Estos incluyen los siguientes:

  • La edad temprana o la edad avanzada. Los bebés y los niños menores de 4 años, así como los adultos mayores de 65 años, tienen un mayor riesgo de padecer agotamiento por calor.
  • Determinados medicamentos. Algunos medicamentos pueden afectar la capacidad del organismo para mantenerse hidratado y responder debidamente al calor.
  • Obesidad. Tener exceso de peso puede afectar la capacidad del cuerpo para regular la temperatura y hacer que retenga más calor.
  • Los cambios bruscos de temperatura. Si no estás acostumbrado al calor, eres más vulnerable a las enfermedades pertinentes, como el agotamiento por calor. El cuerpo necesita tiempo para acostumbrarse a temperaturas más altas.
  • Un índice alto de calor. El índice de calor es un valor único para la temperatura que considera cómo te hacen sentir la temperatura exterior y la humedad. Cuando el índice de calor es de 33 °C o más, deberías tomar medidas para mantenerte fresco.

Causas

Causas

El calor del cuerpo combinado con el calor del ambiente produce lo que se denomina temperatura central, que es la temperatura interna del cuerpo. El cuerpo necesita regular la obtención de calor en climas cálidos o la pérdida de calor en climas fríos para mantener tu temperatura central habitual. La temperatura central promedio es de 37 °C.

Cuando el cuerpo no se puede enfriar por sí mismo

Cuando hace calor, el cuerpo se enfría principalmente a través de la sudoración. La evaporación de la sudoración regula la temperatura corporal. Pero cuando haces ejercicio extenuante o te esfuerzas de forma excesiva en un clima cálido y húmedo, el cuerpo no puede enfriarse bien y se producen calambres por calor. Estos calambres son el tipo más leve de una enfermedad relacionada con el calor.

Los síntomas de calambres por calor a menudo comprenden sudoración intensa, fatiga, sed y calambres musculares. El tratamiento inmediato puede evitar que los calambres por calor avancen hasta otras enfermedades más graves, como agotamiento por calor.

Beber líquidos o bebidas deportivas con electrolitos puede ayudar a tratar los calambres por calor. Otra opción para estos calambres es ir a lugares más frescos, como aquellos donde hay aire acondicionado o sombra, y descansar.

Otras cuasas

Además del clima cálido y la actividad extenuante, otras causas del agotamiento por calor son:

  • Deshidratación, que disminuye la capacidad del cuerpo de transpirar y mantener una temperatura normal.
  • Consumo de alcohol, lo que puede afectar la capacidad del cuerpo para regular la temperatura.
  • Exceso de vestimenta, especialmente con ropa que no deja que la sudoración se evapore con facilidad.

Diagnóstico

Diagnóstico

Si necesitas atención médica debido a un agotamiento por calor, el personal médico puede tomarte la temperatura rectal para confirmar el diagnóstico y descartar un golpe de calor. Si el equipo de atención médica sospecha que el agotamiento por calor derivó en un golpe de calor, podrías necesitar más pruebas, como las siguientes:

  • Un análisis de sangre, para verificar si hay un nivel bajo de sodio o potasio en la sangre, así como el contenido de gases en la sangre.
  • Un análisis de orina, para comprobar la concentración y la composición de la orina. Este análisis también permite comprobar el funcionamiento renal, que puede verse afectado por un golpe de calor.
  • Pruebas del funcionamiento de los músculos, para verificar si hay rabdomiólisis (daño grave en los tejidos musculares).
  • Radiografías y otras imágenes, para verificar si hay daños en los órganos internos.

Tratamiento

Tratamiento

En la mayoría de los casos, puedes tratar el agotamiento por calor tú mismo haciendo lo siguiente:

  • Descansa en un lugar fresco. Lo mejor es entrar a un edificio con aire acondicionado, pero, si no es posible, encuentra un lugar a la sombra o siéntate frente a un ventilador. Acuéstate boca arriba y eleva las piernas por encima del nivel del corazón.
  • Bebe líquidos fríos. Toma agua o bebidas deportivas. No consumas bebidas alcohólicas, ya que pueden sumar a la deshidratación.
  • Prueba medidas de enfriamiento. De ser posible, toma una ducha o baño fríos, o coloca toallas humedecidas en agua fría sobre la piel. Si estás al aire libre y alejado de un refugio, remojarte en un estanque o arroyo fresco puede ayudar a bajar la temperatura.
  • Afloja la ropa. Quítate la ropa innecesaria, y asegúrate de que la ropa sea liviana y no ajustada.

Si no empiezas a sentirte mejor dentro de una hora de aplicar estas medidas de tratamiento, busca atención médica inmediata.

Para enfriar el cuerpo a una temperatura normal, el equipo de atención médica puede usar estas técnicas de tratamiento para el golpe de calor:

  • Sumergirte en agua fría. Un baño con agua fría o helada ha demostrado ser el método más eficaz para bajar de manera más rápida la temperatura corporal central. Mientras más rápido te sumerjas en agua fría, menores serán los riesgos de sufrir daños en los órganos y la muerte.
  • Usar técnicas de enfriamiento por evaporación. Si no es posible sumergirte en agua fría, los profesionales de atención médica pueden tratar de bajar la temperatura corporal a través de métodos por evaporación. Se rocía agua fría en tu cuerpo mientras un ventilador hace circular aire tibio sobre ti. Esto hace que el agua se evapore y te enfríe la piel.