Estreñimiento

Estreñimiento

Aspectos básicos

La frecuencia normal de las evacuaciones varía ampliamente —desde tres al día hasta tres a la semana—. Lo que es normal para una persona puede no ser normal para otra. Sin embargo, si tienes evacuaciones sólo una a dos veces a la semana, o si tienes que pujar para evacuar, es probable que estés estreñido.

El estreñimiento se puede presentar por muchas razones, y tiende a hacerse más común con la edad. Muchos medicamentos, incluyendo muchos narcóticos, antiácidos que contienen aluminio, y fármacos utilizados para tratar la enfermedad de Parkinson, la presión arterial alta y la depresión, pueden causar estreñimiento.

En casos raros, el estreñimiento puede ser signo de una condición médica más importante. Visita al médico si presentas inicio reciente inexplicable de estreñimiento o cambios en los hábitos intestinales, o cualquiera de los siguientes signos o síntomas:

  • Dolor abdominal intenso.
  • Sangre en las heces.
  • Dolor rectal.
  • Heces delgadas, en forma de lápices.
  • Pérdida de peso inexplicable.

Factores de riesgo

Es más probable que tengas problemas de estreñimiento si eres inactivo, consumes una dieta con bajo contenido en fibra o no tomas suficientes líquidos. También estás en mayor riesgo si tomas ciertos medicamentos o si te estás sometiendo a quimioterapia para tratar el cáncer.

Tratamiento

Los cambios en el estilo de vida son la forma más segura de manejar el estreñimiento. Unos pocos cambios razonables en el estilo de vida, como hacer más ejercicio, comer alimentos con alto contenido de fibra y tomar abundante agua, pueden ayudar a prevenir o aliviar muchos casos de estreñimiento.
Los laxantes también alivian el estreñimiento, pero habla con tu médico antes de tomar un laxante, exceptuando los suplementos de fibra.

¿Qué puedes hacer?

  • Toma abundantes líquidos todos los días. El líquido ayuda a mantener las heces suaves. Intenta tomar ocho vasos de 250 mL al día. El agua es preferible.
  • Agrega gradualmente más alimentos con alto contenido de fibra a tu dieta. La fibra ayuda a dar volumen y ablandar las heces de manera que pasen con más suavidad a través del tracto digestivo.
  • Limita los alimentos problemáticos. Los alimentos que tienen alto contenido de grasa y azúcar y los que tienen poca fibra pueden causar o agravar el estreñimiento.
  • Ejercítate regularmente. El ejercicio estimula a los músculos digestivos, apresurando el paso de los alimentos a través del tracto digestivo.
  • Reduce el estrés. El estrés puede hacer más lenta la digestión. Para algunas formas de estreñimiento crónico, las prácticas de relajación como el yoga, el masaje, la acupresión o la aromaterapia pueden reducir los síntomas.

Diarrea

Diarrea

Aspectos básicos

La diarrea es un cambio hacia una consistencia más líquida de las heces, un aumento en la frecuencia y la cantidad de las heces que se expulsan, o una combinación de todo lo anterior.

La diarrea puede surgir cuando el recubrimiento del intestino delgado se inflama, y los intestinos no son capaces de absorber los nutrientes y los líquidos. Otros signos
y síntomas asociados con la diarrea podrían incluir dolor abdominal o cólicos, fiebre y sangrado.

La diarrea también puede ser un efecto secundario de muchos medicamentos, en especial de los antibióticos, los cuales pueden alterar el equilibrio natural de las bacterias en los intestinos. Una vez que deja de tomar el medicamento, la diarrea por lo general se resuelve.
La diarrea por lo general dura unos días cuando mucho. Cuando persiste o recurre con frecuencia, por lo general está relacionada con un trastorno intestinal.

Infección viral la causa más común. El virus invasor puede dañar a la membrana mucosa que recubre al intestino delgado, alterando la absorción de líquidos y nutrientes.

Factores de riesgo

La cafeína y el alcohol pueden estimular el paso de heces. Si los consume en exceso, pueden causar que los desechos alimenticios se muevan a través del intestino delgado y el colon muy rápidamente.
Malos hábitos alimenticios y comer alimentos poco salubres.

Tratamiento

Si una infección parasitaria es lo que está causando la diarrea, los antibióticos de prescripción pueden ayudar a aliviar los síntomas. Si el médico determina que un antibiótico es el responsable de la diarrea, necesitarás dejar de tomarlo y modificar tu plan de tratamiento. Si un trastorno intestinal es la causa probable, es importante identificarlo y después empezar el tratamiento.

¿Qué puedes hacer?

  • Limita tu consumo de cafeína y alcohol. Estos estimulantes pueden desencadenar diarrea o empeorar los síntomas.
  • No tomes antiácidos que contengan magnesio. El magnesio puede causar diarrea.
  • Pregunta acerca de los medicamentos. Pregunta al médico si puede ser un efecto secundario de algún medicamento.

Síndrome de intestino irritable

Síndrome de intestino irritable

Aspectos básicos

Cerca de 20 % de los adultos periódicamente tiene signos y síntomas de síndrome de intestino irritable (SII). Pero menos de la mitad busca ayuda médica. Si tienes un cambio persistente en los hábitos intestinales o algún otro síntoma de SII, visita a tu médico.

El síndrome de intestino irritable es un trastorno gastrointestinal caracterizado
por contracciones anormales en los músculos que recubren las paredes intestinales. Normalmente, estos músculos se contraen y se relajan en un ritmo coordinado.

En el SII, las contracciones son más fuertes y duran más tiempo de lo normal, causando dolor y paso rápido de alimentos a través de los intestinos. Algunas veces sucede lo contrario. El paso de alimentos se hace lento, lo cual produce heces duras y secas.

Sólo un pequeño porcentaje de personas con SII tiene signos y síntomas graves. Para la mayoría de las personas, el SII es leve. Entre los más comunes están:

  • Dolor abdominal o cólico.
  • Distensión.
  • Gas (flatulencia).
  • Diarrea o estreñimiento — las personas con SII pueden presentar brotes alternantes de estreñimiento y diarrea.
  • Moco en las heces.

Muchas personas tienen síntomas ocasionales de SII. En general, en las
mujeres la condición se presenta con una frecuencia dos a tres veces mayor, en comparación con los varones.
Una mala alimentación y niveles de estrés muy elevados también están relacionados con el síndrome de intestino irritable.

Síndrome de Intestino Irritable. Algunos investigadores piensan que la condición está relacionada con los nervios en los intestinos que controlan las sensaciones.

Factores de riesgo

Muchas personas tienen síntomas ocasionales de SII. En general, en las mujeres la condición se presenta con una frecuencia dos a tres veces mayor, en comparación con los varones.
Una mala alimentación y niveles de estrés muy elevados también están relacionados con el síndrome de intestino irritable.

Tratamiento

En la mayoría de los casos se pueden controlar con éxito los síntomas leves al aprender a manejar el estrés y hacer cambios en la dieta y estilo de vida. Los medicamentos de venta sin receta pueden también ayudar a aliviar la molestia mientras se están haciendo dichos cambios.
Sin embargo, si los síntomas son moderados a graves, es posible que se requiera más ayuda que la que pueden ofrecer los cambios de estilo de vida o los medicamentos de venta sin receta.

Dependiendo de los síntomas, el médico podría recomendar uno de los siguientes medicamentos:

  • Relajantes del músculo liso. Estos medicamentos anticolinérgicos antiespasmódicos pueden ayudar a relajar los músculos intestinales y aliviar los espasmos musculares.
  • Antidepresivos. Éstos pueden ayudar a aliviar la depresión asociada con síndrome de intestino irritable. Y también pueden ayudar a aliviar el dolor abdominal y la diarrea o el estreñimiento.

¿Qué puedes hacer?

  • Evita los alimentos problemáticos. Los culpables comunes son los alimentos grasosos, el alcohol, las bebidas carbonatadas, los frijoles y otros alimentos productores de gas.
  • Ten cuidado con los productos lácteos. Si eres intolerante a la lactosa, intenta sustituir el yogur o la leche; o usar un producto enzimático para ayudar a metabolizar la lactosa.
  • Consume alimentos con bajo contenido graso. La grasa estimula las contracciones del intestino grueso (colon), agravando los síntomas del SII.

  • Consume fibra. Los alimentos con alto contenido de fibra suavizan y aceleran el paso de heces, reduciendo el estreñimiento.
  • Bebe abundantes líquidos al día. Los líquidos pueden ayudar a aliviar el estreñimiento y reemplazar los líquidos corporales absorbidos por la fibra.
  • Ejercítate regularmente. El ejercicio ayuda a aliviar el estrés, estimula las contracciones normales de los intestinos y puede ayudarlo a sentirse mejor consigo mismo. Intente hacer 30 minutos la mayoría de los días de la semana.
  • Aprende a relajarte y a manejar el estrés. Algunas personas se benefician con yoga, biorretroalimentación, masaje o meditación.

Úlcera péptica

Úlcera péptica

Aspectos básicos

Una úlcera péptica es una úlcera abierta que se desarrolla en la capa interna del estómago, parte superior del intestino delgado, o esófago. Las úlceras pépticas son
muy comunes. Las estadísticas sugieren que una de cada 10 personas presentará una úlcera péptica en algún momento de su vida.

Dependiendo de su localización, las úlceras tienen diferentes nombres. Una úlcera péptica que se presenta en el estómago se llama úlcera gástrica. La que se
desarrolla en la parte superior del intestino delgado (duodeno) se llama úlcera duodenal. Una úlcera esofágica por lo general está localizada en la porción inferior del esófago.

El síntoma más común de una úlcera péptica es un dolor corrosivo en la parte superior del abdomen entre el ombligo y el hueso del pecho (esternón). El dolor a menudo es peor cuando el estómago está vacío, y por lo tanto comer, beber o tomar un antiácido a menudo alivia el dolor.

Úlcera péptica. Muchas úlceras son causadas por la bacteria Helicobacter pylori, la cual vive y se multiplica dentro de la capa mucosa que cubre y protege el recubrimiento del estómago y el intestino delgado.

Factores de riesgo

No está exactamente claro cómo se disemina H. pylori. Se puede transmitir de una persona a otra por contacto cercano, como besarse. Las personas también podrían contraer H. pylori por medio de los alimentos y el agua.
Otros factores:

  • Tabaquismo. La nicotina presente en el tabaco aumenta el volumen y la concentración de ácido gástrico, aumentando el riesgo de formar una úlcera.
  • Consumo excesivo de alcohol. El alcohol puede irritar y erosionar el recubrimiento mucoso del estómago, y aumenta la cantidad de ácido gástrico que se produce.

Tratamiento

Una úlcera no es algo que debas tratar tú solo. Los antiácidos de venta sin receta y los bloqueadores de ácido pueden aliviar el dolor, pero el alivio dura poco tiempo. Con la ayuda de tu médico, puedes encontrar alivio rápido para el dolor ulceroso, así como una cura de la enfermedad para toda la vida.

Debido a que la mayoría de las úlceras son originadas por la bacteria H. pylori, el tratamiento por lo general está enfocado en lograr dos objetivos. El primero es matar a la bacteria. El segundo es reducir el nivel de ácido en el sistema digestivo para aliviar el dolor y favorecer la curación.

La cirugía puede ser una opción en casos en los cuales la úlcera no responde al tratamiento o cuando surgen complicaciones importantes, como hemorragia, obstrucción o perforación. Con el advenimiento de medicamentos más recientes y la mejor comprensión de lo que causa la mayoría de las úlceras, el tratamiento quirúrgico de la úlcera péptica es poco común ahora.

¿Qué puedes hacer?

  • Cuida lo que comes y controla el estrés. Los alimentos ácidos o condimentados pueden aumentar el dolor ulceroso. Lo mismo sucede con el estrés.
  • No fumes y limita o evita el alcohol. El uso del tabaco y consumir cantidades excesivas de alcohol contribuyen con el desarrollo de úlceras, y retardan o evitan la curación en personas que tienen una úlcera.
  • Si tienes antecedente de úlceras, menciónalo cuando debas tomar un nuevo medicamento. El médico puede prescribir un segundo medicamento para reducir el riesgo de una úlcera recurrente.

Dispepsia no ulcerosa

Dispepsia no ulcerosa

Aspectos básicos

Algunas veces, las personas verán al médico por lo que ellas piensan que es una úlcera, pero no lo es.
Aunque podrían tener dolor corrosivo en la parte superior del abdomen, las pruebas diagnósticas no revelan una úlcera u otro problema digestivo. Muchas de estas personas tienen dispepsia no ulcerosa.

La dispepsia no ulcerosa es un trastorno del tracto gastrointestinal superior. Los signos y síntomas podrían incluir distensión, eructos, gas, náusea y sensación pronta de saciedad con las comidas. Se desconoce la causa exacta
de la dispepsia no ulcerosa.

En algunos casos, el culpable puede ser un problema temporal, como comer demasiado rápido, sobrealimentarse o enfrentar un evento
estresante. La dispepsia no ulcerosa puede ser una condición crónica, pero para muchas personas sus síntomas son de corta duración y prevenibles.

Dispepsia no ulcerosa. Su síntoma más común es el dolor, o una sensación incómoda en el abdomen superior.

Factores de riesgo

Ciertos factores de estilo de vida pueden aumentar el riesgo de esta condición:

  • Comer demasiado rápido, algunas veces deglutiendo aire.
  • Sobrealimentarse.
  • Tomar bebidas carbonatadas.
  • Consumir alimentos condimentados.
  • Consumir alimentos grasosos.
  • Consumir demasiada cafeína o alcohol.
  • Fumar.
  • Tomar ciertos medicamentos, en especial antibióticos y antiinflamatorios no esteroideos.
  • Estrés.

Tratamiento

La dispepsia no ulcerosa se trata más a menudo cambiando los hábitos diarios. Esto puede incluir evitar alimentos que parecen empeorar los síntomas y controlar el estrés.

Algunas personas encuentran que tener comidas más frecuentes, de porciones menores, y alimentos de bajo contenido graso también mejora los síntomas.

Si estas prácticas no ayudan, el médico podría recomendar la terapia farmacológica. Muchos de los mismos medicamentos usados para tratar las úlceras se recomiendan para la dispepsia no ulcerosa.

¿Qué puedes hacer?

  • Consume comidas más frecuentes, con porciones menores. Tener el estómago vacío puede algunas veces producir signos y síntomas similares a los de la dispepsia no ulcerosa.
  • Evita alimentos desencadenantes. Algunos alimentos pueden desencadenar la dispepsia no ulcerosa, como los alimentos grasosos o condimentados, bebidas carbonatadas, cafeína y alcohol.
  • Come lentamente. Mastica la comida lenta y minuciosamente.
  • Intenta no deglutir aire excesivo cuando comas.
  • No fumes, masques chicle, no tomes bebidas carbonatadas o comas demasiado rápido. Esto puede ayudar a reducir el exceso de gas y eructo.
  • No te acuestes después de la comida. Espera un par de horas.
  • Mantén un peso saludable. El exceso de kilos aplica presión en el abdomen, empujando al estómago hacia arriba y produciendo reflujo ácido.
  • Aprende a manejar el estrés. Experimenta con ejercicio, música suave, técnicas de relajación o actividades, como los pasatiempos.

Enfermedad por reflujo gastroesofágico

Enfermedad por reflujo gastroesofágico

Aspectos básicos

Casi todos hemos experimentado agruras, esa sensación quemante en el tórax o garganta por el ácido gástrico que se regresa hacia el esófago.
Un episodio ocasional de agruras por lo general no es algo para preocuparse. Sin embargo, las agruras frecuentes pueden ser un problema importante, y requieren atención médica.

Cuando comes, el alimento desciende por el esófago hacia una válvula muscular llamada esfínter esofágico inferior, el cual se abre para permitir que el alimento pase hacia el estómago y se cierra nuevamente. Algunas veces, esta válvula se relaja de manera anormal o se debilita, permitiendo que el ácido gástrico se regrese hacia la parte inferior del esófago, produciendo agruras frecuentes. Con el tiempo, este retorno constante de ácido puede irritar el recubrimiento del esófago, haciendo que se inflame (esofagitis).

La mayoría de las personas presentan malestares como reflujo ácido y agruras. Pero también se puede presentar lo siguiente:

  • Dolor en el pecho, en especial después de un alimento pesado o en la noche mientras está acostado.
  • Dificultad para deglutir (disfagia).
  • Tos, sibilancias, asma, ronquera o dolor de garganta.
  • Sangre regurgitada.
  • Heces negras, lo cual podría significar que contiene sangre parcialmente digerida.

Si presenta agruras por lo menos dos veces a la semana durante varias semanas o los síntomas parecen empeorar, vea al médico.

Reflujo. Con el tiempo, el retorno constante de ácido puede irritar al recubrimiento del esófago, haciendo que se inflame (esofagitis).

Factores de riesgo

  • Hernia hiatal. En esta condición, parte del estómago protruye hacia la parte inferior del tórax. Si la protrusión es grande, puede empeorar las agruras al debilitar más al esfínter esofágico inferior.
  • Ciertos alimentos. La cafeína, la grasa o los alimentos condimentados, el chocolate, la cebolla, la menta y la goma de mascar pueden contribuir.
  • Tener sobrepeso. El exceso de peso aplica presión extra en el estómago y el diafragma, obligando a abrir el esfínter esofágico inferior.
  • Exceso de alcohol. El alcohol reduce la presión del esfínter esofágico inferior, dejando que se relaje y se abra.
  • Tabaquismo. Puede aumentar la producción de ácido y agravar el reflujo.

Tratamiento

El primer paso en el tratamiento es hacer cambios de estilo de vida saludables, como reducir los alimentos grasosos, consumir comidas menos abundantes y perder peso. Para las personas con síntomas más graves, los medicamentos son por lo general la principal línea de tratamiento. Los medicamentos utilizados incluyen:

  • Antiácidos. Los antiácidos de venta sin receta disponibles neutralizan el ácido gástrico y brindan alivio rápido temporal. Pero no curan la causa del reflujo.
  • Inhibidores de la bomba de protones. Estos medicamentos, más a menudo prescritos para los síntomas graves, son el tratamiento más efectivo. Los inhibidores de la bomba de protones inhiben la producción de ácido y dan tiempo para que el tejido esofágico dañado se cure.

¿Qué puedes hacer?

  • Los cambios en el estilo de vida son una parte importante de la prevención.
  • No fumes. El tabaquismo aumenta el reflujo ácido.
  • Consume porciones pequeñas de alimentos. Esto disminuye la presión sobre el esfínter esofágico inferior, reduciendo el reflujo ácido.
  • Limita los alimentos grasosos. Éstos relajan al esfínter esofágico inferior y hacen más lento el vaciamiento gástrico, ambos contribuyen al reflujo ácido.
  • Limita o evita el alcohol. El alcohol relaja al esfínter esofágico inferior y puede irritar al esófago, empeorando los síntomas.
  • Pierde peso. El exceso de peso aplica presión extra en el abdomen, empujando hacia arriba al estómago y haciendo que el ácido se regrese al esófago.
  • Eleva la cabecera de la cama. Esto ayuda a evitar que el ácido se regrese hacia el esófago cuando se duerme.

Diabetes

Diabetes

Aspectos básicos

Más personas que nunca antes tienen diabetes. Esto se debe a que la diabetes se puede desarrollar de manera gradual durante muchos años, a menudo sin síntomas.

La diabetes es una condición que afecta la manera en la que el cuerpo utiliza la glucosa sanguínea, la principal fuente de energía. Normalmente la glucosa es capaz de entrar a las células con la ayuda de la insulina, una hormona secretada por el páncreas. Pero en la diabetes este proceso está alterado. En lugar de ser transportada hacia las células, la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo y finalmente se excreta en la orina.

La diabetes principalmente se presenta en dos formas. La diabetes tipo 1 se desarrolla cuando el páncreas fabrica poco o nada de insulina.
La diabetes tipo 2 se presenta cuando el cuerpo es resistente a los efectos de la insulina o cuando el páncreas produce algo de insulina, pero no lo suficiente para mantener un nivel de glucosa normal.

A menudo, la diabetes produce signos y síntomas que se pasan por alto fácilmente. Esto es más común con la diabetes tipo 2. Otras veces se pueden desarrollar signos y síntomas de manera súbita. Éstos pueden incluir:

  • Aumento de sed.
  • Diuresis frecuente.
  • Apetito.
  • Una sensación semejante a gripe, incluyendo debilidad y fatiga.
  • Pérdida de peso inexplicable.
  • Visión borrosa.
  • Irritabilidad.
  • Curación lenta de cortadas y moretones.
  • Hormigueo o entumecimiento de manos o pies.
  • Infecciones recurrentes de las encías, piel, vagina o vejiga.
Diabetes. La acumulación de glucosa en la sangre puede dañar a casi todos los órganos principales del cuerpo.

Factores de riesgo

  • Historia familiar. Las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 1 o tipo 2 aumentan si uno de los padres o hermanos tiene la enfermedad.
  • Tener sobrepeso. Mientras más tejido graso se tenga, las células se hacen más resistentes a la propia insulina.
  • Inactividad. Mientras menos activo seas, mayor es el riesgo de diabetes.
  • Edad. El riesgo de diabetes tipo 2 aumenta conforme se incrementa la edad en especial después de los 45 años.

Tratamiento

Algunas personas pueden controlar su diabetes con dieta, ejercicio y pérdida de peso. Pero si estos cambios de estilo de vida no son suficientes, es posible que necesiten la ayuda de los medicamentos. Los fármacos utilizados para tratar la diabetes incluyen:

  • Insulina. Todas las personas con diabetes tipo 1 y algunas con diabetes tipo 2 deben aplicarse insulina todos los días para sustituir lo que su páncreas es incapaz de producir.
  • Medicamentos orales. Además de la insulina, hay cinco familias diferentes de medicamentos orales para tratar la diabetes. Cada una tiene su propio método de reducir la glucosa sanguínea.

¿Qué puedes hacer?

  • No fumes. Las personas con diabetes que fuman tienen una probabilidad tres veces mayor de morir por enfermedad cardiovascular que los no fumadores.
  • Mantén un peso saludable. Para algunas personas con diabetes tipo 2, la pérdida de peso es todo lo que necesitan para restablecer la glucosa sanguínea al nivel normal.
  • Come bien. Come más frutas, verduras y granos enteros, y menos alimentos con alto contenido en grasa y azúcar.
  • Haz por lo menos 30 minutos de ejercicio la mayoría de los días de la semana.
Vigila tus niveles de glucosa. Si tienes diabetes, hacer pruebas es crucial para mantener tus niveles de glucosa en un rango seguro.

Enfermedad coronaria

Enfermedad coronaria

Aspectos básicos

La enfermedad coronaria es el tipo más común de enfermedad cardiaca; afecta aproximadamente a 13 millones de mexicanos. Es posible que la enfermedad coronaria no presente señales de alarma o pueda producir síntomas muy notables como dolor del pecho y falta de aire. Algunas personas no saben que tienen enfermedad coronaria hasta que presentan un ataque cardiaco o desarrollan síntomas de insuficiencia cardiaca.

Las arterias coronarias rodean el corazón como una corona y se ramifican dentro del músculo cardiaco, suministrando sangre. Cuando están sanas, estas arterias son lisas y están libres de obstrucciones.

Se puede prevenir o retrasar la enfermedad coronaria dando pasos para mejorar la salud del corazón y los vasos sanguíneos. Los medicamentos y las técnicas quirúrgicas también pueden reparar las arterias coronarias estrechas.
Sin embargo, la mejor solución a largo plazo es un estilo de vida saludable para controlar los factores de riesgo de la enfermedad.

Arterias coronarias. Las paredes arteriales son flexibles y se pueden expandir para dejar que pase más sangre cuando es necesario.

Factores de riesgo

  • Género. Los varones por lo general están en mayor riesgo de enfermedad cardiaca que las mujeres.
  • Herencia. Si tus hermanos, padres o abuelos tienen enfermedad coronaria, es posible que tú también estés en riesgo.
  • Edad. La mayoría de las personas que mueren de enfermedad coronaria son mayores de 65 años.

Los factores de riesgo controlables para la enfermedad coronaria incluyen:

  • Tabaquismo. La exposición al humo del cigarro daña los vasos sanguíneos.
  • Presión arterial alta. Con el tiempo, la presión arterial alta puede dañar a las arterias coronarias al acelerar la aterosclerosis.
  • Colesterol sanguíneo alto. El riesgo de enfermedad coronaria aumenta conforme se elevan los niveles de colesterol.
  • Diabetes. Las personas con diabetes tienen mayor riesgo de enfermedad coronaria.
  • Obesidad. El exceso de peso aumenta el esfuerzo en el corazón, eleva la presión arterial, aumenta los niveles de colesterol sanguíneo e incrementa el riesgo de diabetes.
  • Inactividad física. El ejercicio regular es importante para prevenir la enfermedad cardiaca.
Arterias dañadas. Con el tiempo, los depósitos de grasa, colesterol, calcio y otras acumulaciones celulares pueden estrechar las arterias coronarias, de manera que fluye menos sangre al músculo cardiaco.

Tratamiento

Cambiar los hábitos es la forma más efectiva de tratar la aterosclerosis subyacente y prevenir la progresión de enfermedad coronaria. Una dieta con bajo contenido
de colesterol y grasa saturada ayuda a reducir el colesterol sanguíneo alto, una causa principal de aterosclerosis. Consumir una dieta rica en frutas y verduras y tener por lo menos una o dos raciones de pescado a la semana también puede reducir el riesgo de ataque cardiaco. Dejar de fumar y hacer ejercicio regular reduce de manera importante el riesgo de complicaciones por aterosclerosis.
Si los cambios en el estilo de vida por sí solos no son suficientes, el médico podría recomendar terapia farmacológica.

¿Qué puedes hacer?

Los siguientes pasos pueden ayudar a prevenir la enfermedad coronaria, así como el ataque cardiaco y la insuficiencia cardiaca congestiva.

  • No fumes y evita el humo de segunda mano. La nicotina constriñe los vasos sanguíneos y obliga al corazón a trabajar más.
  • Sométete a revisiones regulares. Algunos de los principales factores de riesgo de enfermedad coronaria —colesterol sanguíneo alto, presión arterial alta y diabetes— no tienen síntomas en sus etapas iniciales. Pero el médico puede revisar en busca de estas condiciones.
  • Ejercítate por lo menos 30 minutos la mayor parte de los días. El ejercicio ayuda a prevenir la enfermedad coronaria.
  • Mantén un peso saludable. Tener sobrepeso aumenta el riesgo de enfermedad coronaria. Perder peso puede reducir tal riesgo.
  • Consume una dieta saludable para el corazón. Demasiada grasa saturada y colesterol en la dieta pueden estrechar las arterias que nutren al corazón.

Depresión

Depresión

Aspectos básicos

La depresión es un trastorno médico que influencia los pensamientos, estados de ánimo, sentimientos, conducta y salud física.

La depresión es una enfermedad con una base biológica que a menudo está influenciada por el estrés psicológico y social. Se piensa que una interconexión compleja de factores que incluyen genética, estrés, y cambios en la función cerebral y corporal tienen un papel en su desarrollo.
La depresión puede tomar muchas formas. La más común es la depresión mayor.

Sus síntomas característicos son:

  • Estado de ánimo deprimido.
  • Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.

Otros signos y síntomas podrían incluir:

  • Alteraciones del sueño, como despertar temprano, dormir demasiado o tener problemas para conciliar el sueño.
  • Disminución de la concentración, la atención y la memoria.
  • Aumento o disminución del apetito y aumento o pérdida de peso inexplicables.
  • Inquietud, agitación, irritabilidad, molestia o ambivalencia.
  • Fatiga y pérdida de energía.
  • Sentimientos de desamparo, desesperanza, pérdida de valor o culpa.
  • Pesimismo continuo.
  • Rechazo en la responsabilidad personal o el cuidado personal.
  • Disminución del interés por el sexo.
  • Pensamientos de muerte o suicidio.

Factores de riesgo

  • Situaciones estresantes. Los eventos principales de la vida, en particular la pérdida o la amenaza de pérdida de un ser querido por muerte o divorcio, pueden desencadenar depresión.
  • Experiencias pasadas. Las personas que han sobrevivido a eventos profundamente difíciles en el pasado, están en mayor riesgo de desarrollar depresión.
  • Dependencia al alcohol o a drogas. Cerca de 30 por ciento de las personas que abusan del alcohol cumple con los criterios médicos para depresión.
  • Aspectos psicológicos. Ciertos rasgos de la personalidad, como tener baja autoestima, ser demasiado autocrítico o pesimista o agobiarse fácilmente por el estrés, pueden hacer que una persona sea más vulnerable a la depresión.
  • Otras enfermedades mentales. Más de 60 por ciento de las personas con trastorno de ansiedad también presentan depresión.
  • Condiciones médicas. Tener una enfermedad crónica, como enfermedad cardiaca, evento vascular cerebral, diabetes, cáncer o dolor crónico.

Tratamiento

Los antidepresivos, los cuales afectan los niveles o la disponibilidad de los neurotransmisores en el cerebro, a menudo son la primera línea del tratamiento para la depresión. Éstos pueden aliviar los síntomas y por lo general tienen pocos efectos colaterales. Están disponibles muchos tipos de antidepresivos.

El médico determinará cuál podría ser el mejor con base en los síntomas, antecedentes familiares, y relación entre síntomas y efectos del medicamento.

Otro tratamiento común para la depresión es la psicoterapia. La psicoterapia incluye reunirse con un profesional de la salud mental que puede ayudarlo a comprender el origen de sus sentimientos y encontrar mejores formas de lidiar con problemas y conflictos que se podrían estar desencadenando.

¿Qué puedes hacer?

  • No te aísles. Participa en actividades que te hagan sentir bien o sentirte como si hubieras logrado algo.
  • Come bien, ejercítate y duerme lo suficiente. Esto te ayuda a mantener fuerza y energía.
  • Evita el alcohol y las drogas recreativas. El abuso de alcohol y drogas reducirá o evitará la recuperación.
  • Aprende formas saludables de manejar el enojo y la tristeza. Esto puede ayudarte a mantener tu bienestar emocional.

Cáncer de próstata

Cáncer de próstata

Aspectos básicos

Conforme avanza la edad, aumenta el riesgo de cáncer de próstata. La edad promedio al momento del diagnóstico de este cáncer es de 72 años.

El cáncer de próstata es el cáncer de la glándula prostática —la glándula pequeña en forma de nuez que rodea la porción inferior de la vejiga de los varones y los primeros 3 cm del tubo urinario (uretra).
El cáncer de próstata a menudo no produce ningún síntoma en sus etapas iniciales. Éste es el motivo por el cual muchos casos no se detectan hasta que se han diseminado más allá de la próstata. Cuando se presentan signos y síntomas, éstos incluyen:

  • Dolor sordo en el área pélvica inferior.
  • Urgencia urinaria.
  • Dificultad para empezar a orinar.
  • Dolor al orinar.
  • Flujo de orina débil y goteo.
  • Flujo de orina intermitente.
  • Sensación de que la vejiga no se vacía después de orinar.
  • Diuresis frecuente durante la noche.
  • Sangre en la orina.
  • Eyaculación dolorosa.

Se usan un examen rectal digital y una prueba de sangre llamada antígeno prostático específico (APE) para detectar el cáncer de próstata.


Cáncer de próstata. Típicamente, crece con lentitud y permanece confinado a la glándula prostática, en donde por lo general no produce un daño importante.

Factores de riesgo

  • Edad. Conforme aumenta la edad el riesgo de cáncer de próstata se incrementa.
  • Antecedente familiar. Si el padre o un hermano tienen o han tenido cáncer de próstata el riesgo de la enfermedad aumenta.
  • Una dieta con alto contenido graso y la obesidad podrían aumentar el riesgo de cáncer de próstata.
  • Los varones con antecedente de enfermedad de transmisión sexual (ETS) podrían estar en mayor riesgo de cáncer de próstata.
  • Tabaco. Fumar cigarrillos podría aumentar el riesgo de cáncer de próstata en varones más jóvenes.

Tratamiento

El cáncer de próstata se puede tratar de varias formas. Para algunos varones, funciona mejor una combinación de tratamientos. El tratamiento que elijan el paciente y el médico dependerá de qué tan rápido está creciendo el cáncer, si se ha diseminado más allá de la próstata, y de la edad y salud en general.
La eliminación quirúrgica de la glándula prostática es la forma más efectiva de tratar el cáncer que está confinado a la glándula.

Si el paciente tiene una edad muy avanzada o mala salud y es posible que tenga problemas para soportar la cirugía, la radioterapia por lo general es el tratamiento preferido para el tratamiento de cáncer de próstata.

La terapia hormonal usa medicamentos para hacer que el cuerpo deje de producir la mayoría de las hormonas sexuales masculinas o bloquear la entrada de las hormonas a las células cancerosas.

La quimioterapia por lo general se usa en situaciones en las que el cáncer ha seguido creciendo y diseminándose a pesar de otras formas de tratamiento.

¿Qué puedes hacer?

  • Come bien. Las dietas con alto contenido en grasa se han relacionado con el cáncer de próstata.
  • Haz ejercicio regularmente. Los estudios indican que el ejercicio regular puede reducir el riesgo de cáncer, incluyendo el riesgo de cáncer de próstata.
  • Sométete a pruebas de detección. Pregúntale a tu médico cuándo debes empezar a hacerte estudios de detección y durante cuánto tiempo.