Tratamiento

Tratamiento

El objetivo del tratamiento es deshacerse de la infección. Para lograrlo, el dentista puede hacer lo siguiente:

  • Abrir (hacer una incisión) y drenar el absceso. El dentista hace un corte pequeño en el absceso, que permite que drene el pus y luego lava el área con agua salada (solución salina). Ocasionalmente, se coloca un pequeño drenaje de goma para mantener abierta el área y drenar mientras la hinchazón disminuye.
  • Hacer un procedimiento del canal radicular. Esto puede ayudar a eliminar la infección y salvar el diente. Para hacerlo, el dentista perfora el diente, elimina el tejido central afectado (pulpa) y drena el absceso. Luego, llena y sella la cámara de la pulpa y el canal radicular del diente. El diente puede cubrirse con una corona para hacerlo más fuerte, especialmente si se trata de una muela. Si cuidas el diente arreglado de manera adecuada, puede durar toda la vida.
  • Extraer el diente afectado. Si el diente afectado no se puede salvar, el dentista lo sacará (extraerá) y drenará el absceso para eliminar la infección.
  • Recetar antibióticos. Si la infección se limita al área del absceso, es posible que no necesites antibióticos. Pero si la infección se ha propagado a los dientes cercanos, la mandíbula u otras áreas, es posible que el dentista te recete antibióticos para detener la propagación. También puede recomendar antibióticos si tienes un sistema inmunitario debilitado.

Autocuidados

Mientras la zona cicatriza, el dentista te podría recomendar estas medidas para ayudar a aliviar las molestias:

  • Enjuagarte la boca con agua tibia con sal.
  • Tomar analgésicos de venta libre, sin embargo, es importante que antes de automedicarte visites a tu médico.